La revolución será feminista o no será. El mundo lo ha aprendido y cada vez lo tiene más claro. Los últimos años han sido claves en la lucha por terminar con machismo que permanecía más clavado en la sociedad de lo que parecía. Estamos en 2020, pero el acoso, el techo de cristal o la falta de oportunidades siguen siendo un lastre para las mujeres en países avanzados y modernos.
A pesar de todo, sigue habiendo mujeres a las que todavía les asusta la palabra 'feminismo', pero suelen añadir que sí que creen en “la igualdad entre hombres y mujeres”. Casi nadie tiene la desfachatez de decir que no cree en esa igualdad que todavía no ha llegado, pero existen personas que van muchos pasos atrás y que incluso defienden que por supuesto que hay diferencias y que negarlas es luchar contra la naturaleza. Una de ellas fue Phyllis McAlpin Stewart Schlafly, más conocida como Phyllis Schlafly, que se granjeo un nombre por considerarse abiertamente antifeminista y luchar contra mujeres que pedían la igualdad real entre sexos.
Schlafly se ganó un nombre como escritora, activista y miembro beligerante del partido republicano en contra del matrimonio homosexual, el aborto… y el feminismo. Su posición fue clave para que no se ratificara la enmienda de igualdad de derechos entre hombres y mujeres en la Constitución de EEUU. Eso significa que, ahora mismo, en el texto legal más importante del país esa igualdad no existe. Actualmente siguen sin conseguirlo.
Un personaje desagradable, que hasta fundó su propia asociación desde la que se enfrentó a nombres como Gloria Steinem. Por eso es extraño que la ficción se haya fijado en ella para una nueva serie, producida por FX y que en nuestro país se estrenará el 15 de abril en HBO. La historia del feminismo vista por su enemiga número 1, por una de esas excepciones que defendían que la mujer debía ser madre y esposa, porque era su naturaleza.
La creadora es Dahvi Waller, que había escrito episodios de series emblemáticas como Mad Men o Halt and catch fire, y que ha dado el papel de Phyllis Schlafly a Cate Blanchett, brillante y apuntando a todos los premios de la temporada por dar vida a un personaje a priori desagradable pero de que el público no puede apartar la mirada. La otra cara de la lucha por la igualdad y que sorprende por lo actual de su propuesta, porque al escuchar las palabras de Schlafly uno escucho a la extrema derecha actual, empezando por la calificación que la dieron: “la novia de la mayoría silenciosa de América”. Sin ir más lejos, Vox recuperó ese término para referirse a la España silenciosa.
El movimiento de liberación las Mujeres ha sellado su propio destino colgando deliberadamente de su cuello el albatros del aborto, el lesbianismo, la pornografía y el control federal
Lo mejor para ver la postura radical de la activista antifeminista -además de ver la serie- es leer alguna de sus declaraciones, como cuando casi culpaba a las mujeres que habían sufrido acoso diciendo que “el acoso sexual en el trabajo o es un problema si eres una mujer virtuosa”. Provocaciones y reflexiones también sobre el feminismo, al que considera “condenado al fracaso porque se basa en un intento de derogar y reestructurar la naturaleza humana”.
También se opone a la igualdad salarial, y considera que las mujeres que se quejan es sólo porque sus maridos no ganan suficiente. “Mientras su esposo obtenga buenos ingresos, a ella no le importa la brecha salarial entre ellos”, decía ella que siempre consideró que las mujeres deben ser madres: "Sin el instinto materno innato de la mujer, la raza humana se habría extinguido hace siglos ... La necesidad psicológica dominante de una mujer es amar algo vivo. Un bebé satisface esta necesidad en la vida de la mayoría de las mujeres”. Para ella su defensa era de “los derechos reales de las mujeres, ya que una mujer debe tener derecho a estar en el hogar como esposa y madre".
Para Phyllis Schlafly “el movimiento de liberación las Mujeres ha sellado su propio destino colgando deliberadamente de su cuello el albatros del aborto, el lesbianismo, la pornografía y el control federal", y creía que lo que defendían sólo tenía un destino: el lesbianismo. "Si el hombre es el enemigo, y el objetivo final de la liberación de la mujer es la independencia del hombre y evitar el embarazo y sus consecuencias, entonces el lesbianismo es lógicamente la forma más elevada en el ritual de la liberación de la mujer", dijo en 1977. Schlafly se posicionó a favor de un pin parental, como el que Vox quiere instaurar, ya que estaba en contra de la educación sexual y pedía que los padres pudieran prohibir a los niños acudir a unas lecciones que ella definía como “fiestas en favor del aborto".
Por supuesto se posicionó en contra de la inmigración, de la defensa de los valores americanos, de su idioma… Disfrutaba con la provocación, y lo mostraba en todos los actos donde muchas veces entraba en acción con la siguiente frase: "En primer lugar, quiero agradecer a mi esposo Fred, por dejarme venir. ¡Siempre me gusta decir eso, porque hace que las liberales se cabreen muchísimo”. Han pasado 50 años, y sin embargo, escuchando todas sus bestialidades parece que estamos presenciando un discurso de ciertos políticos de 2020.