Desde que estalló la pandemia del coronavirus, varias organizaciones internacionales, entre ellas la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Internacional de Trabajo, venían avisando de que las consecuencias de la crisis se cebarían con las mujeres. Ellas son no sólo la mayoría en los sectores más afectados, sino también las que más carga de cuidados asumen en los hogares.

Por ello, el Instituto de la Mujer ha elaborado el informe “La perspectiva de género, esencial en la respuesta a la Covid-19”, que alerta de la necesidad de adoptar la perspectiva de género en las medidas que se tomen para salir de esta crisis para que las soluciones que se implementen eviten que lo peor de la pandemia recaiga sobre ellas. "Ignorar el impacto de género tendría consecuencias económicas y sociales que agravarían la desigualdad”, dice el documento.

Uno de los principales factores que pone a las mujeres en el centro de la pandemia, es el porcentaje de empleo femenino en los sectores más afectados por la crisis: a nivel económico, siendo mayoría en los sectores que más sufrirán el paro, y a nivel sanitario, estando en primera línea de combate al virus, exponiéndose al contagio. 

Sanidad

Las mujeres representan el 70% del personal sanitario en todo el mundo y son mayoría en los servicios de limpieza hospitalaria también. En España, según los datos de la Encuesta de Población Activa, las cifras son similares y las mujeres son un 66% del personal. Desglosado por sectores, en enfermería ocupan el 84% de las plazas y, en medicina, son el 51%.

También en el sector farmacéutico son mayoría, alcanzando un 72% del empleo. Y en una crisis que ha puesto a prueba la salud mental de los ciudadanos, las psicólogas representan un 82% de las plazas. 

España es uno de los países con más contagios entre personal sanitario, cerca de un 22% del total de infectados ocurrieron en este sector.

Residencias de ancianos

Una de las situaciones más dramáticas se ha vivido en las residencias de ancianos, población de riesgo, que se ha visto especialmente afectada en esta crisis. En las residencias, ellas también son la inmensa mayoría, representando un 84% de la totalidad de los trabajadores contratados. 

Trabajadoras del hogar

Un colectivo especialmente vulnerable desde siempre y que, en esta pandemia se colocó en el centro. Hay cerca de 600.000 trabajadoras del hogar en España y ellas representan casi un 90% de los empleados del sector.

Durante la pandemia se han sucedido los relatos de abuso, por parte de los empleadores, con jornadas interminables, sin días de descanso o con amenazas de despido. El Instituto de la Mujer hace hincapié en la situación de las trabajadoras del hogar por tratarse de un sector precarizado, en el que la existencia del despido por desistimiento, la no inclusión plena en el régimen general de la Seguridad Social, el no reconocimiento de la prestación por desempleo y el elevado riesgo de  contagio las sitúan como uno de los colectivos más vulnerables. Muchas de ellas trabajan en la economía informal.

A ellas se suman limpiadoras, dependientas y cajeras de tiendas de alimentación y supermercados, un conjunto de profesiones imprescindibles y feminizadas que evidencian la necesidad de que los cuidados formen parte de la estrategia social y económica de los estados y que ésta incluya el enfoque de género. 

Comercio, hostelería y servicios

El confinamiento y la paralización de la actividad de las empresas por la pandemia incidirán en el incremento del desempleo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que podrían perderse hasta 25 millones de empleos.

Se prevé, además, una importante pérdida de ingresos que afectará de forma más acusada a los empleos más precarios y a los que forman parte de la economía informal, en su mayoría desempeñados por mujeres.

Serán los sectores del comercio, la hostelería y los servicios, que cuentan con más presencia de mujeres, los que sufran en mayor medida la crisis económica derivada de la pandemia.

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