La llegada de María Gámez a la dirección de la Guardia Civil en enero de 2020, por decisión del ministro Fernando Grande-Marlaska, supuso un cambio en el cuerpo y no sólo en la gestión, también en su imagen.

La Guardia Civil es la institución de las Fuerzas de Seguridad del Estado con menos mujeres tanto en la base como en la cúpula. Sólo un 8% del total de estos uniformados es mujer, unas 6.000 agentes femeninos frente a los 76.000 hombres.

Y eso que la mujer lleva en el Cuerpo desde hace más de 30 años, 32 concretamente: fue en el año 1988 entraron las primeras valientes en una institución que no había planeado bien su incorporación ni en sus instalaciones (baños de chicos para todas) ni en su uniforme (falda pantalón y tacones para perseguir a delincuentes).

Cómo ha cambiado el uniforme de las mujeres guardias civiles.

Estas mujeres que llevan décadas en el cuerpo se han ido ganando su respeto a base de esfuerzo, sin embargo, no han logrado incrementar su presencia ni por abajo ni por arriba, por lo que está claro que se necesita algo más que declaraciones.

¿Reserva de plazas? ¿Cupos? Por ahí pasa el futuro de la Guardia Civil y la primera decisión al respecto del equipo de María Gámez ha sido guardar el 30% de las plazas de la convocatoria interna para el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro a mujeres.

Y esta cifra mágica del 30% podría imponerse también en la próxima convocatoria de empleo público para las nuevas plazas de guardias civiles que saque el Ministerio del Interior, lo que supondría una revolución para el Cuerpo pero también para las oposiciones al resto de Fuerzas de Seguridad del Estado. 

María del Pilar Cascales Lázaro, de 'Mujer y Guardia Civil', se muestra totalmente a favor de esta opción por "ser necesaria en los trabajos mayoritariamente masculinos" y siempre que "no se olvide que sería una medida transitoria", asegura en una opinión que no representa a la institución.

"Para llegar a la ansiada igualdad en la Guardia Civil y en el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad hace falta que se establezcan cuotas. Siempre que se habla de reserva de plazas hay mucha polémica porque no la quieren ni hombres ni mujeres y es debido a una falsa creencia de que las cuotas benefician a las mujeres y no es cierto, benefician a la sociedad, a todos y todas", añade.

"Sin barreras"

Fuentes próximas a la institución explicaron a MagasIN que "la Guardia Civil ha reservado esta cuota del 30% con el objetivo de equilibrar la presencia de mujeres y hombres", en referencia al primer paso de Valdemoro, pero que elevarla al resto de convocatorias tiene que ser una decisión de los mandos y "es posible que las nuevas ofertas de empleo público también salgan así".

Gámez y su dirección llevan tiempo trabajando en planes de igualdad (como el presentado el pasado mes de marzo) y acciones que eleven ese pírrico 8% de féminas. La propia directora de la Guardia Civil aseguró, en marzo, durante un acto sobre igualdad que "no hay barreras para las mujeres ni en la Guardia Civil ni en el resto de ámbitos de la sociedad" y que ya estaban presentes "en prácticamente todas las unidades del Cuerpo".

Pero "barreras" y "prácticamente todas las unidades" reflejan claramente que faltan muchas mujeres guardias civiles para poder hablar de una situación pareja a la que se vive, al menos, en otros responsables de la seguridad ciudadana como la Policía Nacional (con más de 13% de chicas) o las propias Fuerzas Armadas (con un 12,7%). 

Y eso que este año, en la 125º promoción, se ha producido el mayor porcentaje de acceso femenino en la historia de la Guardia Civil con un total de 331 mujeres, lo que supone un 16,24% del total de esa generación de agentes. "Y ya es, porque antes nunca se pasaba de 200 en cada promoción. Éramos las 200", explica con un poso de amargura una veterana ya retirada tras décadas de servicio.

Estos datos evidencian que las cuotas podría ser un mecanismo más efectivo para hacer el cuerpo más paritario y el que la dirección tiene encima de la mesa.

De hecho, en 2019, tras una pregunta de Unidas Podemos sobre estos porcentajes, el Gobierno aseguró que "la Dirección General de la Guardia Civil está estudiando tanto el establecimiento de cupos para el acceso como otras medidas que permitan la plena incorporación de las mujeres en la Guardia Civil aplicándose, para ello, condiciones de igualdad y equidad".

"Los guardias civiles se quejan de que no hay mujeres en la calle y no quieren cuotas ¿cómo quieren que haya mujeres en la calle si somos tan pocas? Es imposible. Entramos en 1988 y en 32 años no llegamos ni al 8% y para dar un buen servicio a la ciudadanía se necesitan mujeres. Hay que recordar que hay más mujeres en España que hombres", añade Cascales Lázaro.

Cúpula

Pero el problema no está sólo en la base. A día de hoy, la Guardia Civil sólo cuenta con tres tenientes coroneles mujer de los más de 230 cargos que hay a este nivel. Y es el más alto escalafón al que ha llegado una chica en España. La primera en serlo fue Cristina Moreno, ascendida en diciembre de 2016, y que ahora forma parte del gabinete del ministro. 

La segunda teniente coronel, María Dolores Gimeno, no llegó hasta dos años después, en 2018. Ni una más.

Todos los miembros del cuerpo, hombres y mujeres, saben que mover por arriba es cuestión de tiempo pero que nada cambiará si no se empieza por abajo y la reserva de un 30% es un paso

Plataformas de mujeres guardias civiles están completamente de acuerdo con que se impusiera esta fórmula e insisten en que nadie debería de llevarse las manos a la cabeza cuando se habla de un cuerpo como el de la Guardia Civil, que ya cuenta con una reserva del 40% de las plazas cada año para militares. "Nadie debería escandalizarse si hablamos de cupos para mujeres".

"Sería extraordinario que se establecieran cuotas para mujeres en la Guardia Civil, seríamos más operativos y más igualitarios", concluye María del Pilar Cascales Lázaro.

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