Natalia de Santiago lleva años explicando las finanzas con el lenguaje de la calle, con el de andar por casa... y hasta con el de la moda, si se tercia. En su libro, Invierte en ti (Planeta) muestra cómo hay que reorganizar nuestras finanzas, casi como si fuera el armario, para adaptarnos a la nueva situación de crisis.
"Los estudios demuestran que a las mujeres nos falta más educación financiera y no es porque se nos den peor las finanzas, pero nos da más vergüenza preguntar, somos más tímidas, y si vemos que es un tema que no dominamos, no preguntamos ni nos formamos más. Ese es un problema que hay que solventar para que la desigualdad no se perpetúe", insiste.
Así que vamos a organizar nuestras cuentas en sólo 11 pasos, donde hay aspectos clave como conocer bien nuestro presupuesto, nuestra capacidad de reacción (es decir, esos gastos que podemos eliminar de un día para otro) y nuestro nivel de ahorro, un concepto que parece que se nos había borrado de nuestro vocabulario antes de la llegada de la Covid-19.
"Tenemos la sensación de que ahorrar es de pobre, como de renunciar, no gastar en lo que te gusta, y no es verdad porque los ricos ahorran muchísimo. Tenemos una opinión negativa del ahorro cuando en realidad es una herramienta financiera más que nos puede sacar de muchísimos problemas y ser el pilar para un futuro mejor y para tener las finanzas más saneadas", advierte De Santiago.
El problema, según explica esta analista financiera, es que "sólo nos acordamos de ahorrar cuando las cosas van mal". "Cuando las cosas van bien, nos creemos invencibles, como si fuera a ir bien siempre y corremos más riesgos, nos atrevemos con una casa mejor, un coche mejor... y es al contrario, la teoría es que hay que ahorrar cuando las cosas van bien para poder tirar de esos ahorros cuando las cosas van mal", advierte.
Lo mínimo que deberíamos de meter debajo del colchón cada mes es un 10% de nuestro sueldo aunque lo idea, según explica Natalia de Santiago, sería un 20%. "Hay que aprender a aprovechar cuando las cosas van bien y hacer hucha".
11 trucos para ganar
1. ¿En qué gastas el dinero?
Natalia de Santiago aclara que lo primero que tenemos que hacer es un presupuesto real para que sepamos en qué nos gastamos el dinero y cómo. Es la foto que habla de cómo es nuestra vida y la regla de oro en este caso debe ser: "Gastar el dinero en lo que nos haga feliz".
"Al hacer un presupuesto, muchas veces salen duplicados o tres seguros de no sé qué, que se pueden evitar, y te das cuenta de que hay gastos que pensamos que son pequeños pero que suman mucho y se acumulan. Lo primero es ser realista para saber de dónde cortar. Hay que tener la información y hay que dedicarle un poco de tiempo".
2. Averigua cuánto vales
Tenemos que saber de cuánto contamos en dinero, tanto el disponible como el inmovilizado, para ser conscientes de nuestro patrimonio real. La fórmula utilizada en este caso son los activos menos los pasivos, pero en palabra de Natalia de Santiago: lo que tengo menos lo que debo.
De nuevo, las fórmulas que propone para ir mejorando ese valor no son la panacea sino ahorro y reducción de deuda: "Ahorrando, amortizando hipoteca o pagando deudas, aportaciones a un plan de pensiones, planes de ahorro o heredando", asegura.
3. Ahorra como los ricos
Para Natalia de Santiago, "las modas del 50-30-20 (uno debería, según los expertos, gastar un 50% en los gastos fijos, un 30% en ocio y, agarraos los machos, ahorrar un 20% del sueldo) me parecen igual de estupendas, idílicas e inspiradoras que el programa de fitness de una modelo de pasarela".
Sin embargo, esta analista rompe una lanza muy a favor del ahorro porque es una herramienta que nos puede ayudar a cambiar incluso de vida. "Lo bueno del ahorro es que no es como las dietas que hay que empezar quitándose lo mejor, como el helado o el chocolate, en las finanzas puedes empezar quitándote lo peor: las comisiones", advierte.
Como truco curioso, es mejor ahorrar a principio de mes porque las cantidades siempre nos parecen mayores o menores según el marco donde se encuentran.
4. Aprende el idioma de tu banco
Natalia de Santiago es consciente de que muchas veces no entendemos lo que nos están explicando en el banco y no entiende por qué se cuentan tan mal las cosas. "No sé si es deliberado o que no saben hacerlo de otra forma. No es necesario utilizar ese vocabulario, se pueden explicar todos los conceptos, hasta los más complejos, con palabras sencillas". Como ella hace en este libro.
Esta analista financiera nos recuerda que "cada banco suele tener un producto estrella cuyas condiciones son mejores que las de la competencia. Hay que intentar contratar el producto estrella de cada banco". En este punto hay diferencias entre hombres y mujeres puesto que en general somos "más aversas al riesgo, queremos productos más conservadores, más seguros y productos más de ahorro que de inversión. El hombre suele ser más lanzado".
Dentro de las comisiones, ataduras e intereses, Natalia nos da su truco: "Para saber qué producto finaciero nos conviene más, tenemos que comparar la TAE, que, por ley, nos tiene que facilitar el banco que comercializa el producto".
5. Compra una casa a tu medida
Antes de llegar a este punto, la autora deja claro que alquilar no es tirar el dinero y la casa no siempre es una inversión, puede ser una forma de ahorro. Así que nos toca decidir qué queremos con un consejo evidente: comprar la casa que podamos pagar.
Si ya tenemos una hipoteca, también es importante "amortizar anticipadamente porque es una de las formas más fáciles de reducir nuestros costes financieros ya que ahorras al pagar deuda y reduces la cantidad de intereses". El consejo de Natalia de Santiago: "Compensa amortizar al principio del préstamo y reduciendo plazo y no cuota".
6. Elige bien tu deuda
Lo más importante es saber bien qué deudas elegimos tener y sobre todo cuánto: "La suma de todas las cuotas de nuestros préstamos, incluida la hipoteca, no debe ser superior al 40 % de nuestros ingresos netos", advierte. Y señala que un coche puede ser una ruina por los gastos que supone, un peligro del que muchas mujeres están mejor vacunadas.
"Creo que tenemos más sentido común y nos da más igual comprar un coche de ocasión o segunda mano, y que se adecúe más a nuestras necesidades y no tiene por qué ser el más molón del mercado. En ese sentido somos más miradas y de cuidarlos más, para que nos duren. Tenemos una poca de ventaja".
7. Ponte siempre en lo peor
Las claves de la resiliencia financiera son cuatro elementos básicos: la deuda, el colchón emergencia, nuestra capacidad de reacción y las inversiones. Cuanto más bajo sea el porcentaje de nuestra deuda (la suma de todas las cuotas de nuestros préstamos) respecto a nuestros ingresos netos, más resilientes seremos.
Lo ideal, como ha venido ocurriendo con la pandemia, es tener un colchón de emergencia que nos cubra los gastos imprescindibles de seis meses para poder reaccionar. Nuestro plan de emergencias tendría que tenerlo en cuenta.
8. Piensa en mañana
Sólo mencionar la palabra futuro y Natalia de Santiago advierte: "Llegamos tarde a un plan de jubilación". Por eso recomienda cuánto antes tener uno: "Es fundamental para todos los que nos quedan 20 o 30 años para jubilarnos porque si hay una cosa clara es que no podemos contar con las pensiones que tienen nuestros padres y nuestros abuelos. Nosotros vamos a tener que tirar de ahorro, de inversiones o de previsión".
Pero ¿cuál elegimos? "Hay que intentar tener los ahorros a largo plazo en productos que nos den, como mínimo, una rentabilidad igual a la inflación".
9. Invierte en futuro
Esta analista financiera advierte de que la mejor inversión seguimos siendo nosotras mismas. Hay que actualizarse profesionalmente y formarse y formar a nuestros hijos en el mundo financiero.
"Hasta que enseñen en los colegios, que es lo suyo, hay que formarlos con cosas básicas como la hucha de toda la vida y la paga. La hucha nos enseña el concepto de ahorrar y la paga es muchísimo mejor que comprarles juguetes o caprichos para que les dé una idea de que no todo se puede comprar directamente. Les ayuda a diferenciar las cosas que son necesarias de lo que es un capricho y a planificarse un poco", recomienda.
10. Pon tu dinero a trabajar
Natalia de Santiago advierte de que invertir siempre conlleva un riesgo. De hecho, "esa es la diferencia entre ahorrar e invertir: como cuando invertimos asumimos ciertos riesgos, a cambio esperamos una recompensa en forma de una rentabilidad mejor. La única ley que siempre se cumple en esto de la inversión es que cuanto más retorno queramos, más riesgo hay que asumir".
La regla de oro para empezar es invertir sólo el dinero que no vayamos a necesitar en los próximos cinco años y que invertir a largo plazo reduce el riesgo.
11. Prepárate para el más allá
Esta analista financiera piensa en mejorar nuestra vida pero también en cómo debemos dejar las cosas atadas. Por eso, advierte, hay que escribir una lista con todo lo que deberían saber nuestros herederos, dejar la documentación a mano y ponerlo todo muy clarito. Hay que hablar de dinero incluso después de que dejemos de estar aquí. Y es que como advierte Natalia de Santiago, "nos hemos liberado en muchos temas que eran tabúes pero el tabú de hablar de dinero sigue estando ahí. La gente habla muy poco y hay que hablar más".