La sevillana Patricia López estuvo cuatro años trabajando en una multinacional del sector de la juguetería erótica y un día se le encendió la bombilla: ¿por qué se estaba celebrando una revolución sexual femenina -donde ya se buscaba el placer, el orgasmo, y se entendía que sexualidad forma parte de una vida saludable- pero para los hombres los productos estaban siempre vinculados al porno?
“En el ámbito sexual femenino, antes se llevaban los dildos de silicona con formas realistas, y sólo se abordaba la penetración, cuando hay muchísimos estudios que indican que sólo el 20% de las mujeres llegan al orgasmo por esa vía. Ahí la revolución consistió en preguntarles a las mujeres qué era lo que les provocaba placer y orientar la tecnología a satisfacer esas necesidades. Surgió el estimulador de clítoris como producto estrella”, explica la empresaria a este periódico.
Pero, ¿qué había para ellos? “Productos masturbadores, básicamente, que reproducían también una penetración con materiales de silicona o látex, pero no buscaban una funcionalidad más allá de reproducir esa penetración. No ayudaban, en realidad, a mejorar su vida sexual. Pensé que había ahí un nicho de mercado muy interesante”.
El 40% de los hombres
Recuerda que en el mercado de juguetes sexuales, “la mujer lleva la voz cantante”, y que sólo un “20-25% de los hombres los consume”. Por eso se le ocurrió inventar MyHixel, para comenzar a derribar tabúes como el de la disfunción eréctil o la eyaculación precoz o tardía.
“Quería que se normalizase hablar de sexo saludable y en términos que no estuviesen vinculados a la vergüenza. Si las mujeres han conseguido eliminar sus tabúes, es deseable que ellos también se sumen a este movimiento sin sentir estigmas. Nuestro producto está orientado a la eyaculación precoz porque es la disfunción sexual más extendida a nivel mundial. 1 de cada 3 hombres la sufre en algún momento de su vida. En España, más: el 40%”, relata.
“Sin embargo, el 80% de ellos no quiere acudir a profesionales por vergüenza. Así que decidimos que era interesante investigar este campo y diseñar un producto para eliminar esta barrera. Creamos algo que pudiesen tener en casa, un producto que fuese compatible con la terapia. Nos pusimos en manos de investigadores, buscamos la eficacia con estudios científicos y trabajamos junto al Instituto Sexológico de Murcia, que llevaba desde 2015 desarrollando una línea de investigación que consistía en un programa de entrenamiento del control de la eyaculación”, sostiene Patricia.
Y aquí está: una consulta médica online y un masturbador que se combina con una app que facilita la terapia de control de la eyaculación. “Es un programa dividido en ocho fases, cada una con un vídeo tutoría. Es como cuando alguien va al gimnasio y utiliza una pesa para entrenarse. El masturbador es aquí ese dispositivo, pero a la vez sigue el programa de entrenamiento mediante la aplicación”. De hecho, se dieron cuenta de que un gran número de hombres que no experimentaban eyaculación precoz también deseaban usarlo para aumentar el tiempo de sus relaciones sexuales.
Eyaculación retardada
O, por el contrario, para aprender a provocar la eyaculación en el caso de tardar demasiado -hasta resultar incómodo para el varón y para su pareja-. “No suele tratarse de un problema físico. De hecho, muchísimos urólogos acaban derivando a los pacientes a sexólogos, porque se necesita un trabajo psicológico: luchar contra las etapas de estrés, contra la ansiedad, contra la falta de autoestima… es una especie de círculo vicioso. Si tienes una relación en la que no consigues eyacular, en el siguiente encuentro vas todavía peor, más traumatizado, y te acaba ocurriendo de nuevo”.
En casos muy severos, indica, les recomiendan que se pongan en manos de profesionales, que suele achacarlo a “malos hábitos masturbatorios”: por ejemplo, en la eyaculación retardada, influye mucho que las nuevas generaciones sean consumidoras de porno desde la infancia. El precio del producto que ayuda a paliar la eyaculación precoz -masturbador, consulta médica y app- es de 239 euros. El que permite ayudar a controlar la eyaculación, 189.
El entrenamiento suele durar entre ocho y diez semanas. ¿Y puede usarse más veces si el resultado aún no es satisfactorio? “Siempre lo comparamos con montar en bicicleta. Una vez que lo aprendes, ya sabes en qué consiste. Luego depende de si entrenas tres veces por semana o sólo sales en bici una vez al año. En cualquier caso, puedes volver a resetear el programa y a empezar de cero. Si lo utilizas una vez, puedes usarlo las veces que te hagan falta”, confirma.
No hay 'problemas'
El rango de edad que más lo usa: de 25 a 40 años en primer lugar. Después, de 18 a 25. “Muy jóvenes, también por las expectativas del porno. A veces vienen diciendo que tienen eyaculación precoz porque duran quince minutos… y no”. ¿Cómo ha ayudado el feminismo a que el hombre indague en su salud sexual y no le pueda el ego o el terrible imperativo de tener que ser siempre una máquina sexual? “Han padecido la etiqueta de tener que satisfacer, y si no lo consiguen, llamarlo ‘problema’. Nosotros abogamos por una comunicación muy natural y esa palabra está prohibida en nuestro diccionario”, relata.
“La revolución sexual femenina tiene un impacto muy positivo: el hombre se acabará beneficiando, aunque no sea a corto plazo. Empezamos a ver nuevas masculinidades, empezamos a ver cómo marcas que antiguamente apostaban por el ‘macho ibérico’, ahora van cambiando sus mensajes, como Gilette. Cada hombre es como es y no es menos masculino por serlo. Tienen que quitarse esa presión y apostar por una masculinidad saludable”, explica la experta.
¿Ventas por comunidad autónoma? Primero Madrid, seguida por Cataluña, Andalucía y País Vasco. ¿Porcentaje de éxito? “De media, la mejora que experimentan nuestros clientes multiplica su dato de tiempo en eyacular por cuatro o por cinco”. ¿Lo mejor? Que no usan fármacos -esto es relevante, dado que a veces se emplean inhibidores de serotonina-.
Mujer líder
¿Cómo ha vivido Patricia López ser una mujer líder en un mundo tan masculinizado? “Por el camino me he encontrado de todo. Gente que me ha dicho -sobre todo en EEUU, que son más sensacionalistas-: ‘¿Has tenido alguna experiencia horrible y por eso has lanzado este producto?’. Y bromeo: sí, bueno, me divorcié… nada, es broma. A veces noto cierto escepticismo: ¿cómo una mujer nos va a explicar esto? Y luego ven que todo se trata de forma muy natural”, sonríe. “O me dicen: vaya, no pensaba que te fuera a ir bien, me equivoqué… siempre al tiempo, al principio no confían”.
¿Es diferente el liderazgo masculino al femenino? ¿Hay comportamientos nocivos que sería interesante que las mujeres líderes no emularan? “Las mujeres tenemos más capacidad empática, y eso se traduce en un tipo de liderazgo. Da ventajas. Yo quería una empresa de estructura horizontal donde todo el mundo tuviera voz y voto. Eso es bueno, porque los trabajadores se sienten involucrados en el proyecto y se sienten atraídos por nuestra filosofía. El nivel de compromiso es altísimo. Ahora somos 15 personas en el equipo: 10 mujeres y 5 hombres, todos perfectamente integrados”.