Golpe contra la mutilación genital femenina en Kenia: el Supremo ratifica su prohibición
El Tribunal Supremo del país ha rechazado una demanda que pedía declarar anticonstitucional la ley que prohíbe la ablación.
20 marzo, 2021 00:23Noticias relacionadas
El Tribunal Supremo de Kenia ha rechazado este miércoles una demanda presentada para declarar como anticonstitucional la prohibición de la mutilación genital femenina y ha ratificado de esta forma la legislación que prohíbe la práctica en el país africano.
El tribunal ha sostenido que esta práctica "viola el derecho a la salud, la dignidad y en ocasiones el derecho a la vida", por lo que ha rechazado la demanda, según ha informado el Instituto Katiba, que promueve la aplicación de la Constitución en el país.
"Estamos muy contentos porque el Supremo de Kenia ha ratificado la ley contra la mutilación genital femenina, que protege a mujeres y niñas contra esta práctica indignante", ha dicho la organización Equality Now, que apoya el fin de la ablación en el mundo.
"Esperamos que el Gobierno incremente ahora sus esfuerzos para poner fin a la mutilación genital femenina y libre a sus hijas de esta práctica dañina", ha señalado la Equality Now a través de su cuenta en la red social Twitter.
El fallo del tribunal llega en respuesta a una demanda presentada en 2017 por parte de un doctor que argumentó que la prohibición de la ablación era inconstitucional porque las mujeres tenían derecho a elegir qué hacer con su cuerpo.
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, se comprometió "personalmente" en 2019 el fin de la mutilación genital femenina en 2022, una práctica que sigue vigente en el país africano a pesar de que fue criminalizada en 2011.
Según datos de Naciones Unidas correspondientes a 2019, una de cada cinco mujeres y niñas de entre 15 y 49 años de Kenia han sido sometidas a esta práctica, que habitualmente implica la retirada parcial o total de los genitales.
Los líderes mundiales se han comprometido a poner fin a la práctica, que implica la retirada total o parcial de los genitales externos y que afecta a 200 millones de niñas y mujeres, según los objetivos de desarrollo acordados en 2015.