"Me llamo Fatima. Fatima Daas. He nacido por accidente, por cesárea. Mi nombre es el de un personaje simbólico del islam. Es un nombre que hay que honrar. Un nombre que no hay que ensuciar", repite una y otra vez la escritora francesa en su ópera prima, con la que ha ganado el Premio Internacional de Literatura de Alemania.
Fatima Daas (Francia, 1995) nació en Saint-Germain-en-Laye, aunque sus orígenes son argelinos y se crió en el día a día de un suburbio parisino. En el colegio se convierte en una niña rebelde que reivindica con sus textos ideas nuevas, comparte pensamientos que le atormentan, no se calla, grita y patalea por ser escuchada, leída. Tras matricularse en el máster de Creación Literaria de la Universidad de París 8 comienza a introducirse en el feminismo interseccional, con el que se siente identificada. La hija pequeña es su primera novela, una obra que está revolucionando la rentrée francesa y que ahora llega a España de la mano de Cabaret Volraire.
En esta novela altamente autobiográfica, Fatima Daas defiende que lo que parece imposible es posible: ser musulmana practicante y amar a dios y a las mujeres. Una constante contradicción entre sus creencias y sus sentimientos, su sexualidad y su amor por Dios. "Todo el mundo piensa que no existe. Quiero decir ser musulmán y homosexual. Le han dicho que la homosexualidad es un fenómeno social, una noción occidental que no está adaptada a las personas musulmanas", dice en sus páginas.
Lesbiana y musulmana
Fatima Daas acude al psicólogo pero también al iman de la mezquita. Forma parte de la masa cabreada del transporte público parisino y escucha rap de camino a su barrio. Es una chica normal que cuando llega a casa nota una gran diferencia entre el mundo de fuera y el de dentro.
Lucha contra la imposibilidad de amar que le atormenta porque no ha sido amada, es incapaz de mostrar todo el cariño o afecto que quisiera porque no ha aprendido lo que eso implica. Estas son algunas de las reflexiones íntimas que comparte la autora en su libro. Reconoce su homosexualidad como pecado en su fe, pero acepta esa contradicción y conflicto que ocasiona, y los compatibiliza.
Su no pertenencia a un lugar concreto le hace cuestionarse su identidad, y su proceso de aceptación le hace caer en relaciones heterosexuales fallidas, como quien juega al azar por si funciona, aunque en su relato ella sabe (y confiesa) que no funcionará. La hija pequeña es una novela tan contemporánea que hasta acoge el concepto de relación poliamorosa, algo tan opuesto a la visión religiosa que defiende la autora.
Más francesa o más argelina
Cuando la escritora viaja a Argelia siente extrañeza. Abrazos de familiares que no ha abrazado en mucho tiempo, olores, colores que siente suyos aunque es la primera vez que los ve ante sus ojos. "Me gusta la calidez argelina. La echo de menos cuando vuelvo a Francia", escribe en su libro.
De esta forma, Daas nos ayuda a entender lo complejo que es no sentirse de un lugar concreto, sino de muchas partes. La independencia de la que disfruta en Francia es sustituida por el cariño de las mujeres de su familia cuando esta en Argelia.
Un debut literario en el que la autora usa un pseudónimo porque como comentaba en algunas entrevistas "Fatima Daas somos todos: la pequeña y el pequeño de la familia, la chica que ha salido de su barrio popular, lesbiana y musulmana, pero también puede ser un hombre de religión católica".
Feminismo interseccional
Fatima Daas defiende el feminismo interseccional, aquel que hace patente que en la lucha por los derechos de todas las mujeres, una mujer blanca, cisheterosexual, con poder económico y acceso a la educación tiene privilegios por sobre las demás.
En La hija pequeña aborda los tabús que rodean a la identidad y sexualidad de los inmigrantes de segunda generación y origen magrebí. "Cuando escribo, leo mis textos en voz alta y quiero que cada frase sea como un golpe, que resuene", relata la autora.
Un libro imprescindible para comprender y empatizar con una realidad que nos rodea, de la que formamos parte y de la que podemos aprender, y mucho.