"¿Va a tomar también vino la señora?", pregunta el camarero tras haber ofrecido probar la botella a su acompañante masculino. Esta estampa que puede ahora chocarnos por su alto contenido sexista era un habitual hace apenas unos años. El mundo del vino siempre se ha asociado a los hombres, pero su consumo se ha incrementado entre las mujeres de una forma excepcional en las últimas décadas.
En España, parte de este crecimiento puede que se deba a un proyecto feminista iniciado por Sonia Prince de Galimberti. Fue en 1996, cuando la empresaria decidió crear la primera asociación de mujeres donde reunir a enólogas, periodistas, empresarias vinícolas, comunicadoras y políticas responsables del comercio y la alimentación, así como aficionadas y profesionales del sector, para acercar el vino a la mujer.
AMAVI es la primera asociación de mujeres amantes del vino en España y Europa, que celebra con gran éxito una vez al año Catas-concurso para descubrir cuáles son los vinos favoritos de las mujeres. Un jurado amateur formado por decenas de mujeres interesadas y amantes del mundo vinícola realizan una cata para escoger entre los vinos favoritos de entre otros escogidos y premiados previamente en una selección profesional compuesta por mujeres dedicadas al sector.
El objetivo de Sonia Prince era crear una asociación que ponga el acento en el público femenino, buscando acercar la cultura vinícola a todas las mujeres, hasta ahora ignoradas en este sector.
Paladar femenino
El nacimiento de AMAVI tiene una "historia personal", tal y como relata su fundadora, que junto a su marido Carlo Galimberti, creó el mayor club de vinos de España: Vinoselección. "Me di cuenta de que ese núcleo de socios era totalmente masculino y pensé que era necesario añadir a las mujeres en este disfrute", nos cuenta.
"Para mí el vino es un momento de compartir, de sentarte por la noche en una mesa, de compartir. No solo para hablar de ese vino y sus matices, sobre el maridaje... es algo que la mujer se estaba perdiendo y que podía añadir un plus a la convivencia de pareja y también a sí misma", añade. Para Sonia, el vino "enriquece, te abre un camino sensorial que a la larga tiene un valor muy alto". Es por eso por lo que sintió la necesidad de crear AMAVI, para que muchas más mujeres pudieran acceder a este mundo.
"Hay una parte didáctica de reunirnos para catar, el contacto directo con los bodegueros, visitar las bodegas, charlar y conocer los vinos de España", nos cuenta sobre este proyecto.
"Hemos comprobado con el tiempo que a la mujer siempre se la vinculaba con el vinito blanco... Eso está obsoleto, ahora prefiere en su mayoría vinos tintos y ha evolucionado la forma en la que no solo piden un tinto sino que además saben elegir y preguntan la denominación de origen: un Rueda, un Rivera... La mujer sabe muy bien y tiene conocimiento para elegir qué quiere tomar".
Consumo de mujeres
Aunque ha aumentado de forma muy notable el consumo de mujeres, el hombre sigue siendo el mayor consumidor de vino en nuestro país. "Naturalmente siguen consumiendo más los hombres, pero ha habido un cambio importante. Hay un informe del Observatorio Español del Mercado del Vino de hace unos años y cuya conclusión me llama mucho la atención: 'la mujer liderará el repunte de consumo de España y debemos apoyarlo todo lo posible'. Esto es importante", relata.
"Hemos ido penetrando poco a poco y colocando a la mujer en el lugar que le corresponde por naturaleza, porque con AMAVI no quiero crear un frente de batalla contra el mundo masculino hegemónico sino conseguir compartir esos conocimientos entre todos", recalca la fundadora, que vivía en primera persona la desigualdad a la hora de catar el vino en los restaurantes a los que acudía con su marido.
"Es algo que está cambiando, ha costado mucho, pero esta generación de camareros ya se dirigen a la mujer. Que una mujer bebiese vino era visto como algo exótico o fuera de serie. Ahora la mujer cata en el restaurante", dice. "Tenemos el conocimiento suficiente como para elegir qué vino queremos, o ver si un vino es bueno o no".
Techo de cristal
Sonia Prince de Galimberti afirma que todavía faltan datos para ver realmente si la mujer estará ocupando más cargos directivos o de liderazgo, pero "está claro que hay un gran cambio".
"Nos interesa el tema cultural y de divulgación del vino, por eso nos intentamos mantener al margen de lo comercial, pero hay bodegas que sí se han comprendido y dan más énfasis a esa consumidora que era obviada antes. En la actualidad hay bodegas que lo toman en consideración, como la bodega Vivanco de La Rioja, que se ha empeñado en atraer a la mujer y hace una gran labor", explica.
¿Cuáles son entonces los retos de las enólogas? "Tengo una cosa clara y es que esa barrera o techo de cristal está ahí, pero con esta asociación hemos conseguido colocar a la mujer en una posición de empoderamiento. A la mujer se le tiene en consideración. Ahora puede hablar de frente con un hombre y la mujer tiene, por fin, una participación en el mundo del vino importante. Hay que ir a más", concluye.