Descalzas y vestidas con unos trajes tradicionales, las Diablillas de Hondzonot disfrutan de sus partidos de sóftbol en el estado mexicano de Quintana Roo. Unos partidos que suponen toda una declaración de intenciones en su comunidad, que en un principio no veía con buenos ojos que las mujeres jugasen. "Al principio no les gustaba la idea de que las mujeres jugaran un partido, pero con el paso del tiempo ves que muchos nos salen a ver", comenta Fabiola May, capitana del equipo, a Agence France Press (AFP).
Las Diablillas de Hondzonot se formó hace ya tres años, cuando el gobierno local puso en marcha una iniciativa para enseñar un deporte a las mujeres. Rápidamente las ayudas desaparecieron, pero estas mujeres ya se habían enamorado el sóftbol y decidieron continuar sin hacer caso a lo que les decían los hombres de la tribu. "Decían que es un juego de hombres, que las mujeres tienen que estar en casa", comenta Fabiola en declaraciones recogidas en Antena 3. "Ahorita nuestros esposos nos apoyan mucho; todavía hay gente que nos critica, pero no nos importa", asegura a InfoBae.
Por esa razón se pusieron el nombre de 'Diablillas', como respuesta a esos comentarios negativos hacia ellas. "Dijimos: vamos a ponernos 'diablillas' porque nos dicen que somos malas", explica la capitana.
Las imágenes de esta veintena de mujeres han dado la vuelta al mundo, en parte por su llamativo uniforme. Visten un huipil tradicional, que ellas mismas confeccionan, un uniforme que portan con orgullo y que representa sus orígenes mayas. "Es parte de nosotras, de nuestra identidad como mayas", declara a la AFP Juana Ay, una jugadora de 37 años, que luce uno de flores violeta hecho con hilos de seda. También van descalzas porque así "somos más rápidas".
Según informa AFP, en un principio jugaban con pelotas de tenis y equipamiento prestado, pero ahora disponen de todo el material necesario gracias a una donación de los Diablos Rojos de México, un equipo de la liga profesional de béisbol.
Por el momento, los partidos de las Diablillas de Hondzonot son amistosos, ya que no hay una liga profesional de sóftbol femenino, aunque se está empezando a debatir sobre la creación de una. No obstante, gracias a la notoriedad que han alcanzado, han jugado en estadios ante miles de aficionados. Según explica The New York Times, sus rostros adornan un mural en Playa del Carmen y en primavera el presidente Andrés Manuel López Obrador invitó a May Chulim a presentarse en una de sus conferencias mañaneras en Ciudad de México.
"Cuando se quiere se puede. Yo al principio no creía que esto fuera a llegar a ser así, yo dije que no podía, pero ahorita sé que puedo y que vamos a poder más como equipo", comenta esperanzada.
Mientras, ellas seguirán bateando para disfrutar del deporte las unas con las otras. Porque al final lo más importante es que "te relajas y te distraes", tal y como cuenta Ana María May, otra integrante del equipo.