En los últimos años, las camareras de piso, más conocidas bajo el nombre de 'Las Kellys', han copado los medios de comunicación por sus reivindicaciones contra la precariedad laboral. Cientos de profesionales se unieron para visibilizar sus pésimas condiciones de trabajo y luchar contra la estigmatización de este sector tan feminizado. ¿Cómo lograron llevar a cabo ese movimiento? Pues mediante "tácticas de subversión que inciden en tres ámbitos diferentes".
Así lo revela una investigación realizada por expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y publicada en Annals of Tourism Research que ha analizado "las diferentes tácticas que las camareras de piso del sector turístico utilizan en su lucha contra la devaluación social y la precarización de su trabajo".
"Nuestro análisis revela que Las Kellys despliega tres subversiones tácticas que inciden en tres niveles diferentes, pero interrelacionados: camarera de piso como un trabajo cualificado y gratificante (nivel ocupacional), limpieza como el corazón de la cadena de valor (nivel organizacional) y Las Kellys como agente sociopolítico (nivel sociopolítico)", exponen los investigadores en la introducción del estudio.
Para elaborarlo, los investigadores han llevado a cabo un análisis documental y una observación online, así como 40 entrevistas a trabajadoras del sector. A través de los tres niveles detallados, las trabajadoras resignifican su trabajo, reivindican su rol central en el modelo de negocio hotelero y, por lo tanto, reclaman dignidad y respeto para las empleadas.
"Estas tres tácticas tienen valor, no solo porque resignifican el trabajo de las camareras de piso en el contexto hotelero y reivindican mejores condiciones laborales, sino que constituyen prácticas que buscan la transformación de su realidad social y laboral y su empoderamiento como agentes activos en esta transformación", afirma Anna Gálvez Mozo, investigadora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, en un comunicado.
Verna Alcalde, investigador predoctoral y autor principal de este trabajo, indica que "estas tácticas convergen para oponerse tanto a la estigmatización clasista de los trabajos de servicios, más concretamente, del trabajo de limpieza, como a la desvalorización machista de los trabajos de cuidados".
Tal y como defienden Las Kellys, su trabajo es esencial, sobre todo en lugares que basan gran parte de su economía en el sector turístico, como es el caso de España, Francia o Reino Unido. "Estas trabajadoras están sometidas a condiciones que ellas mismas califican de explotación física y laboral. Sus reivindicaciones van más allá de los derechos laborales, están en el ámbito de los derechos humanos, por lo que constituyen la base para poder disponer de otros derechos y libertades fundamentales", incide Gálvez en el comunicado difundido por la UOC.
Un sector muy feminizado
Tal y como expresa dicho comunicado, "las camareras de piso son uno de los colectivos que más padecen unas condiciones laborales muy mejorables". En este sentido, Gálvez añade que además de la precariedad laboral, "este tipo de empleos que además se caracterizan por formar parte de la economía sumergida, con lo cual la protección social y laboral es nula. Además, las camareras de piso son un colectivo muy feminizado, con una presencia muy notable de trabajadoras inmigrantes, y el número de hombres que trabajan como camareros de piso es prácticamente anecdótico", apunta Gálvez.
Es más, la precarización de este colectivo en los últimos años ha sido muy clara, especialmente por culpa de la externalización de los servicios y la subcontratación. Unas medidas que Las Kellys exigen que se prohíban ya que devalúan sus derechos. "Se trata de un problema generalizado en el sector, tanto en España como en el extranjero. Además, la crisis turística provocada por la pandemia de COVID-19 no ha hecho más que acentuar la vulnerabilidad de estas trabajadoras. Muchas se quedaron fuera de los ERTE", recalca el investigador predoctoral.
Mejora de las condiciones
Debido a estas particularidades del sector, las camareras de piso han optado por ampliar sus reivindicaciones y sus ámbitos de protesta con el objetivo de mejorar las condiciones laborales del sector. Por ejemplo, en los últimos meses, Las Kellys se han organizado en distintas plataformas y en diversos puntos de España para frenar la externalización de servicios y racionalizar la carga de trabajo en lugares como Benidorm en la Costa Blanca, en la Comunidad Valenciana.
De este modo, la acción de Las Kellys desborda el ámbito laboral para incidir en el terreno sociopolítico. Es más, Las Kellys buscan generar una nueva conciencia y promover cambios no solo en las empresas sino también en las políticas y en los valores sociales. "Esto muestra el alto nivel de presencia y visibilidad conseguido por este colectivo a través de las diferentes tácticas desplegadas. Esperemos que, más allá de utilizarlas como ejemplo y recurso retórico, sus demandas sean atendidas y solucionadas", concluye Gálvez en el comunicado.