Lydia Cacho rememora en la obra teatral 'La infamia' su historia: "Soy una superviviente orgullosa"
Hablamos con Lydia Cacho sobre la experiencia de revivir un hecho traumático en las tablas, y como el teatro puede ser algo "revolucionario".
24 diciembre, 2021 04:06Noticias relacionadas
La periodista y activista mexicana Lydia Cacho ha luchado durante toda su vida contra la violación de los Derechos Humanos. Siempre valiente y siempre comprometida, Cacho ha peleado por los derechos de la mujer y contra el feminicidio que asola su país, jugándose la vida en cada una de sus investigaciones periodísticas.
Una valentía que se ha intensificado durante estos últimos años, cuando ha desafiado y denunciado a mafiosos, políticos o empresarios multimillonarios que atacan, abusan, compran, violan o asesinan a mujeres, niñas y niños mexicanos. El resultado fue el libro Los demonios del Edén (2005) un amplio estudio en el que denunciaba una red internacional de pedofilia y explotación sexual de niños y niñas, organizada desde Cancún por el empresario hotelero Jean Succar Kuri, que surtía de pornografía infantil a otros poderosos empresarios y políticos mexicanos y extranjeros.
A los pocos meses de la publicación, un dispositivo policial “legal” secuestró a la periodista frente a sus oficinas en Cancún. En ese momento arrancó un viaje en coche que duró más de veinticuatro horas en el que cruzó el país sufriendo continuas torturas y amenazas de muerte. Este hecho que cambió la vida de Lydia Cacho es el que podemos ver ahora en Teatro Español y Naves del Español, hasta el 16 de enero y de la mano de las maravillosas Marina Salas y Marta Nieto, que se ponen en la piel de la periodista bajo la batuta de José Martret.
El secuestro, tortura y asesinato que sufren los periodistas alrededor del mundo por ejercer su profesión es una de las grandes denuncias de Cacho, que ahora ve representado sobre las tablas aquellos hechos que compartió en su libro autobiográfico Memorias de una infamia, donde se retrata el secuestro que sufrió la periodista y el modus operandi de un gobierno cómplice de la corrupción y la violencia.
"Es importante reivindicar el trabajo de las periodistas de investigación y de las defensoras de víctimas que cada vez con mayor frecuencia se enfrentan a los poderes fácticos que han perdido la brújula moral y son capaces de intentar desprestigiar e incluso encarcelar y torturar a quienes denuncian los crímenes como la trata de niñas y niños, las desapariciones forzadas o los feminicidios", explica Lydia Cacho durante su entrevista con EL ESPAÑOL, donde nos habla de esta combinación de narrativa teatral y la cinematográfica con la que nos invita a conocer a una mujer valiente que continúa hoy alzando la voz por un mundo más justo.
¿Qué van a encontrar los espectadores que acudan a ver La Infamia?
Van a presenciar un monólogo que es lo mismo desgarrador que poderoso y emocionante. Basado en una historia real de un gobierno aliado a la delincuencia organizada que tortura a una periodista por evidenciar a una red de tratantes de niñas y niños. Es una obra teatral original que combina el teatro y el cine en vivo.
¿Cómo puede el teatro ser útil en el activismo?
Cuando el teatro está lleno de verdad, cuando se atreve a poner frente a nuestra mirada los caminos de la transformación, la búsqueda de verdades ocultas, cuando le da sentido a la lucha y al encuentro revelador. Cuando nos hace cómplices al comprender el poder de la alteridad y la valentía de utilizar nuevos lenguajes para nombrarnos.
¿Cómo ha sido trabajar con las actrices? El tenerla a usted allí supongo que les habrá dado muchísima información para meterse en su piel, pero también es una gran responsabilidad.
Ha sido maravilloso para mí poder ayudarlas a entender la historia desde mi Universo y el contexto mexicano, observar cómo van construyendo su verdad artística dentro de la historia. Me preguntaban muchísimas cosas, detalles, emociones, sensaciones. Estando en los ensayos el director me invitó siempre a participar activamente, a mostrarles allí mismo en el escenario como sucedió tal o cual cosa. La verosimilitud es pasmosa. Marta Nieto interpreta el monólogo del 9 de diciembre al 2 de enero y Marina Salas del 4 al 16 de enero. Las dos son magníficas actrices; cada una con su propio estilo logra trasmitir la emoción durante los setenta minutos que dura la obra.
Ha sido atacada por mafiosos, políticos y empresarios de gran poder, ¿se puede vivir tranquila y sin miedo después de todo ello?
Se aprende a vivir así, porque de no hacerlo te entregas a la muerte. Yo he perdido amigos periodistas que estaban tan desgastados por las amenazas y el estrés postraumático que dejaron de protegerse, que vivían deprimidos y no midieron el peligro, por eso les asesinaron. Hay que saber cuándo huir de la muerte, cuándo pedir ayuda y también hay que hacer mucho trabajo emocional y terapéutico para sanar las heridas, el estrés postraumático; comprender los miedos y su utilidad. Recordar cómo disfrutar sin acercarnos a la autodestrucción. Nada está garantizado, por supuesto, sin embargo, a mí me gusta mucho la vida, disfrutar el amor, del goce, de la música y los placeres y no estoy dispuesta a sacrificar mi felicidad por haber hecho lo correcto.
Esta obra es igual de autobiográfica que el libro, ¿impacta ver lo que le sucedió en directo? ¿Ha sacado conclusiones distintas al verlo representado, desde fuera?
Es fiel a la verdad, yo trabajé al adaptación con el gran director José Martret, he participado en la elección de las actrices y en todos los ensayos para acompañarles a comprender cómo eran los paisajes, los sonidos, las emociones y los lugares. Hemos tenido el teatro casi lleno desde el estreno, toda la gente sale conmocionada, movida a la acción, casi todas las personas nos agradecen haber montado esta pieza teatral, es un recordatorio de la importancia de la solidaridad, del amor, de las batallas por defender la verdad y la vida. Yo sané la tortura hace muchos años, aunque aun tengo secuelas físicas ya no hay emocionales, soy una sobreviviente orgullosa de poder contar mi batalla contra la corrupción, por tanto, me emociona ver cómo este equipo tan genial, comandado por Martret convierte la historia en un acto revolucionario.
Son momentos tremendamente crudos, ¿cómo le afecta remover todo aquello? ¿Es terapéutico para usted o lo hace por un bien social más que por el suyo de sanación?
Esto lo he respondido antes. Yo soy una sobreviviente capaz de contar el pasado doloroso sin sufrir más.
¿Cree que habría sufrido tanta persecución si hubiera sido un hombre en lugar de una mujer?
Sí, tengo amigas y amigos periodistas a quienes han secuestrado como a mí, pero a ellos sí les asesinaron. La diferencia radica en la utilización de la violencia de género y en la sexualización de la tortura como instrumento policíaco para castigarnos por ser buenas periodistas, por proteger a la niñez, por denunciar a los criminales. La violencia se exacerba contra las mujeres porque muchos aun creen que el periodismo de guerra y de investigación es territorio para hombres.
La corrupción del gobierno es un tema que todavía se sigue tapando en el mundo periodístico. Ahora que vive en España, ¿qué intereses cree que influyen a día de hoy en nuestro país en los medios?
Es complejo, los medios de comunicación poderosos son negocios y, al serlo, se vinculan de diversas formas con el poder económico y empresarial. Hay medios, por ejemplo, que se rehúsan a hablar de la inmensa corrupción y blanqueo de capitales en el futbol porque les deja plata. Por otro lado, contrario a lo que sucede en México, aun hay figuras intocables en España, ellos fomentan la impunidad y esta termina permeando en los mafiosos de cuello blanco vinculados al poder político. Creo que mucha gente aun vive bajo la ilusión de que en España hay poca corrupción. No se trata de compararla con mi país sino de comprender cómo se vinculan la descomposición social y el ocultamiento de la operación de la delincuencia organizada.
México es uno de los países con más asesinatos a periodistas, ¿cree que en algún momento se pondrá fin a esta violencia?
No es solamente el país más peligroso para ser periodista, también está entre los perores para la defensa de los derechos humanos. Espero que algún día bajen los niveles de violencia, que se relacionan con la rabia que tienen los funcionarios públicos y los criminales a quienes evidenciamos con nuestro trabajo. Mientras no llegue un (o una) presidente de gobierno lo suficientemente inteligente y valiente para desarticular el poder económico y político de la delincuencia organizada veremos pocos cambios.
¿Qué mensaje quiere que cale en la mente del espectador que vea "La infamia" al salir del teatro?
Creo que logramos que la gente salga movilizada, sensibilizada sobre la importancia de seguir luchando por la justicia en el mundo, por la protección de la niñez y el combate a la trata de personas. Mucha gente nos dice al salir de la obra que la historia es sobrecogedora y a la vez llena de esperanza y magia. Yo creo que hay mucha más gente buena en el mundo que aquellos que eligen hacer el mal, recordarlo en estos tiempos aciagos es importante