Fatou Dieng llegó a España, desde Senegal, en 2011. Había terminado el Bachillerato en su país natal y decidió emigrar para continuar estudiando. Su objetivo de ir a Francia se vio truncado por los problemas burocráticos, así que se asentó en Bilbao, donde ya tenía familia. Aprendió español y después realizó un grado superior de Comercio Internacional.
De nuevo, los problemas de papeleo le impidieron seguir trabajando en la empresa donde había hecho prácticas, así que buscó otros trabajos. En 2019, embarazada de su segunda hija y después de quedarse en el paro, tomó una importante decisión: montar su propio negocio.
"Mujer, africana y con dos niños aquí, veía que para encontrar trabajo era súper complicado. Entonces decidí apostar por el proyecto de Ker Fatou y tener algo mío. Así por lo menos podría adaptar mis horarios y ser mi propia jefa", cuenta a MagasIN.
En Ker Fatou, que significa 'la casa de Fatou', vende productos africanos y su idea es que, además de una tienda, sea "un lugar de encuentro". "Las telas están hechas por mujeres en Senegal y la gente viene, pregunta y conoce toda esta historia que hay detrás. Se da a conocer esta diversidad que hay en Bilbao".
1. Yo me he encontrado obstáculos por ser mujer y por ser inmigrante. Ha sido muy complicada la puesta en marcha de la empresa porque me he encontrado con problemas administrativos por ser lo que es inmigrante. Y después, cuando la gente viene me pregunta: ¿quién está detrás? ¿Quién te está ayudando? Como dando a entender que como que soy mujer e inmigrante no soy capaz de montar sola una tienda.
Y por ejemplo, este año había un chico que venía en vacaciones para apoyar y cuando la gente venía y se dirigía a él. Es como que si hay un hombre y una mujer, pues el jefe tiene que ser el hombre. Eso está muy interiorizado.
2. A ver, evolución, sí que hay. El problema es que va lenta porque hay cosas que hoy en día no deberían seguir pasando. Y en mi caso como inmigrante y mujer veo el racismo y el machismo. Al final hay días que dices: esto no puede ser, la gente realmente no entiende... Por eso tenemos que seguir luchando y saliendo a la calle, no podemos quedarnos como estamos.
3. A las chicas jóvenes les diría que de sigan luchando porque sin la lucha de las anteriores no habríamos llegado donde estamos ahora. Debemos seguir para que nuestros hijos puedan estar en otro punto. Somos el motor de cambio y nos toca a nosotras.
4. Yo creo que la igualdad debe ser también antirracista. Es algo muy, muy, muy, muy, importante. A veces estamos dentro del feminismo, a nosotras, que somos cuerpos negros, no tiene en cuenta nuestras necesidades. Somos mujeres también y esta lucha tiene que abarcar a todas las mujeres. Si solamente es para unas mujeres y otras no... Todas tenemos que sentirnos arropadas y formar parte de esta lucha. Por eso, el feminismo tiene que ser antirracista. Si no, no vale.