Se dijo de ellos que esta vez serían más "moderados". Que habían aprendido de sus errores pasados. Que había resquicios para la esperanza. Pero la realidad golpea incluso a los más optimistas: aprovechando que el mundo observa desconcertado a la invasión rusa de Ucrania, los talibanes han vuelto a golpear duramente a las mujeres de su país.
Este domingo, el Gobierno talibán ha decidido, según informe la Agencia EFE, segregar por sexos los parques de la capital afgana, Kabul. Así, se prohíbe que hombres y mujeres compartan estos espacios públicos lúdicos de la ciudad.
El Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio del Gobierno interino de los fundamentalistas anuncia que los jardines y parques de atracciones de Kabul estarán reservados durante cuatro días a la semana únicamente a los hombres, y los tres restantes a las mujeres.
"Los días de visita para las zonas de recreo y los parques están divididas entre hombres y mujeres, y las mujeres deberán portar el velo", indica el ministerio en un comunicado. Además, las autoridades talibanas recuerdan que quienes incumplan la ley serán castigados, aunque no han especificado –aún– cómo.
Luchar por sus derechos
Esto ocurre menos de una semana después de que el pasado miércoles 23 de marzo, los talibanes, que derrocaron el pasado verano a la Administración legítima de Afganistán, rompieran su promesa de reabrir las escuelas a las niñas y adolescentes de más de 11 años.
Según los talibanes, la justificación para volver a cerrar las aulas fue su propia incapacidad para encontrar un uniforme femenino que "se ajuste a la sharía –ley islámica– y a la tradición afgana". Este cierre, que se mantiene desde que el grupo se hizo con el poder el pasado agosto, ha sido ya duramente criticado por la comunidad internacional.
A modo de protesta por la decisión, ayer sábado, decenas de alumnas, padres y profesores se manifestaron en las cercanías del Ministerio de Educación afgano para exigir la reapertura de las escuelas de secundaria.
Una limitación más
La de hoy, sumada a la de la pasada semana, es una más de las limitaciones impuestas por los talibanes desde que llegaron al poder. El pasado diciembre, el Ministerio de la Virtud prohibió viajar sin velo y sin acompañante masculino en caso de trayectos largos a las mujeres en Kabul, en una serie de normas que impiden también a los taxistas reproducir música.
Durante su primera estancia en el poder, entre 1996 y 2001, los fundamentalistas siguieron una rígida interpretación del islam que les llevó a prohibir la asistencia femenina a las escuelas y a recluir a las mujeres en el hogar.