Kamala Harris, entre la Casa Blanca y el 'acantilado de cristal' de la crisis
Kamala Harris asume el testigo de Joe Biden y confirma que se presentará como candidata en una campaña que, reconoce, está "plagada de obstáculos". De confirmarse la designación, sería la última víctima del fenómeno que aboca a las mujeres a puestos de liderazgo en situaciones de crisis.
21 julio, 2024 20:14"En nombre del pueblo estadounidense, agradezco a Joe Biden su extraordinario liderazgo al frente de una campaña plagada de obstáculos. [...] Mi intención es ganar y vencer en esta nominación". Así recogía Kamala Harris el guante del presidente Joe Biden.
La ex senadora, que fue la primera mujer, afroamericana y de ascendencia asiática en ocupar este puesto en Estados Unidos, reconocía en su mensaje a través de redes sociales el desafío en forma y tiempo que supone esta designación: apenas quedan tres meses para continuar una campaña que haga frente a un crecido Donald Trump.
De confirmarse su nominación, se convertiría en otra víctima más del llamado 'acantilado de cristal', el fenómeno por el cual las mujeres tienen más probabilidades de llegar a un puesto de liderazgo en situaciones de crisis y, por tanto, reducir las posibilidades de éxito.
Orígenes
Kamala Harris nació en Oakland, California, en 1964. Su nombre proviene de la mitología hindú por influencia de su madre, Shyamala Gopalan, una investigadora india sobre el cáncer. Conoció al padre, al economista jamaicano Donald Harris, mientras ambos cursaban estudios en la Universidad de California, en Berkeley. Emigrados ambos a Estados Unidos y siempre implicados en el activismo social, se divorciaron cuando Harris tenía siete años. Ella y su hermana quedaron a cargo de su madre.
Tras pasar por el colegio en Montreal, donde lideró su primera protesta frente a su bloque de apartamentos para conseguir que permitiesen a los niños jugar en el césped, regresó a Washington D.C. para cursar estudios de Ciencias Políticas y Economía en la Universidad de Howard, el templo de la educación afroamericana que nació con el objetivo de educar a los jóvenes negros tras la prohibición por ley de la esclavitud.
Posteriormente, se licenció en Derecho en la Universidad de California, y al acabar se unió como adjunta al fiscal en el condado de Alameda, en Oakland, especializándose en casos de agresión sexual infantil.
En 2004 ejerció como fiscal de Distrito de San Francisco y en 2011 ascendió a fiscal general de California. Pese a que sus padres sentían recelo por esta carrera debido a la cuestionada reputación de los fiscales, Harris defendió su profundo interés en "cambiar el sistema desde dentro".
En esta etapa, se casó con el abogado Doug Emhoff en una pequeña ceremonia que ofició su propia hermana Maya. Él tiene dos hijos nacidos de un matrimonio anterior que la llaman 'Momala', un cruce entre Mom (mamá) y su nombre Kamala.
No será hasta enero de 2018 cuando gane la carrera al Senado de los Estados Unidos a su compañera Loretta Sanchez, una congresista que contaba con veinte años de experiencia. En este tiempo acaparó la atención internacional con momentos cruciales, como el interrogatorio al fiscal general Jeff Sessions sobre la investigación de Rusia.
Kamala Harris se postuló para la presidencia de Estados Unidos en enero de 2019. Pero los recortes en campaña y el poco éxito en los apoyos provocaron que acabara retirándose para dar su apoyo a Joe Biden como presidente. Este anunciaría que Harris será su compañera en la fórmula vicepresidencial, convirtiéndose en la primera mujer nominada al cargo. Toda una declaración de intenciones y una promesa cumplida por parte del candidato.
Durante sus años al frente de la vicepresidencia, Kamala Harris ha luchado promoviendo leyes que palien el hambre en Estados Unidos, mejorado la atención médica materna o ampliado el acceso al capital a las pequeñas empresas. La crisis climática ha sido otra de sus grandes luchas.
Retos de campaña
Su designación a la presidencia sería la única manera posible que tendría la candidatura Biden-Harris de mantener los fondos recaudados durante la campaña y que ascienden a los 95 millones de dólares. Este dinero, que es asignado a los candidatos y no a los partidos, se perdería en caso de que saliese otro nombre.
Con esta presión, el poco tiempo de campaña y los bajos índices de popularidad, la candidatura del Partido Demócrata tendría ínfimas opciones frente a los republicanos. "Nadie quiere quemarse en una campaña de tres meses", resume el experto en diplomacia Antonio Camuñas.
Su ascenso, a falta de confirmación de otro candidato por parte de los Demócratas, entraría de lleno en la lista de mujeres a las que impulsan a puestos de liderazgo en tiempos de crisis, quedando expuestas a una mayor probabilidad de fracaso. Es lo que se conoce como el 'acantilado de cristal', que ya vivieron en sus propios currículums otras grandes líderes.
El ejemplo más claro fue Margaret Thatcher, la ex primera ministra británica. Llegó al poder en 1979 y tras el legado de Edward Heath, cuando Reino Unido estaba sumido en una gran recesión. Años después, le tocaría a la británica Theresa May asumir el cargo y lidiar con las complejas negociaciones del Brexit.
Jóhanna Sigurðardóttir, la primera mujer ministra de Islandia, tuvo que hacer frente a las consecuencias económicas y políticas de la crisis financiera mundial. La belga Sophie Wilmès asumió un caótico ejecutivo en funciones poco antes de la pandemia del Covid-19. Apenas cumplió un año en el poder.
También lo vivieron en el plano empresarial la exdirectora ejecutiva de Xerox, Anne Mulcahy, que asumió el cargo de directora ejecutiva en 2001 cuando la empresa estaba al borde de una bancarrota. O la banquera escocesa Jane Fraser, a la que le tocó lidiar durante su liderazgo con la pandemia y un periodo de bajos ingresos en Citigroup.
Romper la brecha
Si bien los expertos coinciden en señalar que la gestión de Kamala Harris ha estado marcada más por la discreción que por la brillantez, la candidata asume el reto de conducir a su partido a las urnas asumiendo el probable descalabro electoral.
Ante la posibilidad de que esta sea su última oportunidad de cara a la presidencia estadounidense tras el fiasco de su primera candidatura, recordó a los suyos en público: la campaña "está plagada de obstáculos".