Blake Lively, en plena tormenta durante su promoción 'Romper el círculo'

Blake Lively, en plena tormenta durante su promoción 'Romper el círculo' Julia Ramírez

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Blake Lively o cómo convertir una desastrosa promoción en una mayor atención a las víctimas de violencia machista

La torpe promoción de la actriz en la promoción de la película sobre violencia machista, Romper el círculo, han enfurecido al público, pero también ha despertado su conciencia sobre esta lacra. 

27 agosto, 2024 02:10

Hace más de dos décadas, Icíar Bollaín estrenó Te doy mis ojos. El escalofriante y brutalmente honesto relato de una mujer que sufre violencia machista sentó un precedente en la cinematografía española e hispanohablante. Bollaín demostró, además de sus grandes habilidades como realizadora, su valentía como cineasta y como mujer.

Pero también aquella película protagonizada por una inolvidable Candela Peña desencadenó un importante debate y, sobre todo, la gesta de un cambio en la sociedad al derrumbar un -hasta ese momento– impenetrable muro de silencio.

Llevar una historia de violencia y abusos hacia las mujeres en pleno siglo XXI sigue siendo todo un reto por muchas razones, ya que implica sensibilidad, inteligencia, respeto y sobre todo contundencia en estos tiempos en donde todo tiende a banalizarse.

Esta reflexión viene a propósito del terremoto desatado en EE.UU y que ha retumbado a nivel mundial, con Romper el círculo, un filme dirigido por Justin Baldoni y protagonizado por él mismo junto a Blake Lively.

Baldoni (conocido por la serie Jane The Virgin), que además es productor, y Lively (famosa por la serie Gossip Girl), que también es productora ejecutiva, han llevado al cine una historia basada en la vida de Coleen Hoover, que recogió sus vivencias de violencia en It Ends With Us (título original). 

Pero la promoción del filme en cuestión ha mutado en algo similar a un freak show con efectos secundarios tanto positivos como negativos. Más allá de los rumores y chismes, intentemos apartar las malas hierbas para ver qué hay detrás de todo esto.

Fricciones y promoción

Después de todo lo que se está hablando de la película, es difícil salvaguardarse de los spoilers. Así que vamos con cuidado.

Romper el círculo cuenta la vida de Lily Blossom Bloom (Lively), una florista que vive una vida independiente y apacible al frente de su negocio. Hasta llegar hasta allí, Lily ha vivido y superado un pasado de violencia machista ejercida por su padre.

Un día Lily se enamora de alguien cercano a un príncipe azul: el guapísimo y súper sexy neurocirujano Ryle Kincaid (Baldoni). Se casan, y es cuando él empieza a mostrar su faceta de maltratador. Lily está embarazada y, tras una paliza, decide abandonarlo. 

Pese a que es una película que trata un tema bastante serio y relevante, estaba destinada a posicionarse como un melodrama más en cualquier plataforma. Su destino era pasar sin pena ni gloria. Al menos eso era lo que pensaba la parte cinéfila que quizás ignoraban (o no quería ver) el impacto que había tenido el libro de Hoover en millones de lectores. 

Uno de esos lectores fue el mismo Justin Baldoni, quien de niño fue testigo y víctima de un padre abusador, a través de su productora Wayfarer Studios adquirió los derechos para hacer la película en 2019, un proyecto al que se sumaría Blake Lively cuatro años más tarde.

It Ends With Us, publicado en 2016, empezó su escalada a la categoría de Bestseller en 2019. La pandemia y la plataforma TikTok a través de la comunidad #BookTok (con más de 2 millones de seguidores), fueron factores determinantes del éxito de la novela de Coleen Hoover. 

Hay que poner en relieve el contexto estadounidense. Según cifras de los National Institutes of Health (NIH), en EE.UU alrededor de 10 millones de personas están afectadas por la denominada violencia doméstica. Para hacerlo más visual se habla de que la sufren una de cada cuatro mujeres y uno de cada nueve hombres. Varios estudios han reconocido además que tanto en el coloso del norte como en otros países, la violencia en el ámbito familiar se disparó considerablemente durante la pandemia.

Volviendo al libro, además de las cifras de superventas, figuró en el muy codiciado listado del New York Times durante 135 semanas. Editado en español por la Editorial Planeta, con la película en pleno auge, no es de extrañar que la novela basada en vivencias personales de la autora capte a más lectores en todo el mundo. 

De hecho gran parte de la promoción de la película se desarrolló en importantes círculos de lectores y ferias de libros en EE.UU, mucho antes de que la sangre llegara al río. Según afirman varias fuentes, la relación profesional y personal entre Lively y Baldoni ya se había deteriorado durante el rodaje y postproducción del filme por diferencias creativas, pero no fue hasta el estreno mundial de Romper el círculo en Nueva York, cuando se evidenciaron más las fricciones. 

Las fotos de aquella noche son una prueba de ello: el elenco liderado por Blake no posó en ningún momento con el director Baldoni. Que se trataba de acentuar la separación de los personajes dijeron unos, y que era muy raro, sospecharon otros con recelo. 

Sin embargo, otro de los aspectos que llamó la atención fue toda ‘la escenografía’: flores por doquier a propósito del negocio de Lily (la protagonista, más Barbie que Oppenheimer, es decir más rosa que sobriedad), incluyendo el vestuario que Blake llevó en el estreno: un vestido de Versace floreado que había lucido hace varios años Britney Spears, también víctima de violencia. Al tiempo, se obvió el atuendo de Justin Baldoni, también en rosa con mocasines blancos. 

Una shitstorm sobre Blake

Aquella noche neoyorquina se marcó el look que tendría la promoción de esta película. Reproducciones de la floristería de la ficción, Blake haciendo arreglos florales y desplegando un guardarropa que dejaba chico y deslucido al más prolijo jardín inglés. 

Hay que mencionar que la cuestión de sus llamativos atuendos, que luciría a lo largo de agosto (mes en el que se estrenó la película), Blake lo había anunciado como homenaje a Lily.

Recordemos también que desde los tiempos de Gossip Girl, Lively es reconocida como un Fashion Icon, un rol que se toma bastante en serio y que nunca ha dejado de lado, independientemente de la película que promociona o de en qué momento de su vida se encuentra. 

Cierto es que las redes sociales, a propósito de la película, se empezaron a llenar de clips con flores, de Blake haciendo una tarta de limón o hablando de sus marcas de bebidas alcohólicas y de una línea de cuidados para el cabello. ¡Dioses!

Pero lo más importante estaba en las diferencias de los discursos de los dos protagonistas. Baldoni ponía en relieve la valentía de las víctimas, demostrando empatía y solidaridad, como también animando a las personas (sobre todo a las mujeres) a denunciar y a precisamente romper las estructuras de violencia.

Por su parte, si bien Blake se ha referido a la importancia que tiene hablar en serio de la violencia machista o de que la novela la tocó personalmente, la violencia y los abusos no han sido el fuerte de sus declaraciones, y ni siquiera ha optado por un tono adecuado. 

En medio del aluvión, con un vistoso crossover con la película de atípicos superhéroes que también promocionaba su esposo, Ryan Reynolds, en paralelo, se publicaron desafortunadas entrevistas de Blake de hace varios años en las que obviaba que la gente crece, madura y que puede avergonzarse y detractarse de haber sido una o un perfecto idiota en el pasado.

La actriz, así como Brandon Sklenar, otro de los actores de la película, publicaron comunicados o mensajes de solidaridad con las víctimas de violencia machista. 

Al parecer eso no fue suficiente para calmar los ánimos. La shitstorm, que cayó solamente sobre Blake Lively, fue implacable. La ligereza de Blake, y el hecho de usar sus propias marcas en la promoción, han desconcertado, molestado y enfurecido en partes iguales. Pero, ¿es motivo para lapidarla? La respuesta tiene que ser no.

Por ahora, Blake Lively ha suspendido su actividad en Instagram. Lo último que publicó fue una conversación distendida con la escritora Colleen Hoover, y las actrices del filme Jenny Slate e Isabela Ferrer sobre el signo zodiacal, la profesión alternativa o sobre una habilidad aprendida en la infancia que ha tenido impacto posteriormente en sus vidas. 

Un clip que constituye otra muestra de la extraña y a veces desafortunada estrategia de promoción de Romper el círculo, desarrollada en una oficina de un estudio y en la que también Blake Lively tuvo mucho que aportar.

Después de varios días sin novedades de Blake Lively, la actriz y empresaria fue captada por los lentes de los paparazzi entrando en la mansión Rhode Island de Taylor Swift, acompañada por su familia y varios amigos muy cercanos. Ese mismo fin de semana, Blake celebraba además su 37 cumpleaños, concretamente el 25 de agosto.

Swift, además de ser amiga íntima de Lively y madrina de uno de sus hijos, constituye un gran apoyo tanto personal como profesional para la actriz de Café Society, Infierno azul o Un pequeño favor. No hay que olvidar que la cantante ha sobrevivido a una gran cantidad de campañas de difamación, por lo que se puede imaginar que las conversaciones entre ambas habrán sido largas.

Pero ¿algo bueno ha salido de todo esto? Pues sí. Contra todo pronóstico, y en gran parte gracias a una promoción hasta cierto punto irrespetuosa, atípica, que seguramente se estudiará próximamente en la cátedra de márketing, Romper el círculo ha superado los 100 millones de dólares de recaudación de taquilla en EE.UU.

Pero también ha generado candentes debates sobre la violencia hacia las mujeres, tanto en el ámbito doméstico como en el profesional. Así mismo, se ha registrado un significativo aumento en las visitas de los portales de la Fundación No More (dedicada a campañas de concienciación sobre la violencia machista y asesoramiento a las víctimas), que además está asociada con la productora de la película, Wayfarer Studios

En un reportaje del New York Times también se hacía mención al incremento de publicaciones en el grupo No More Silence, una plataforma donde dejan sus testimonios supervivientes y víctimas de violencia. Aunque en ese mismo reportaje algunas víctimas de violencia daban su opinión de la parte irreal de la película: salir así de fácil de una relación violenta, tal y como lo hace Lily en la película, dista de la realidad, afirman muchas de las fuentes consultadas.

Los medios no justifican el resultado, como dos más dos no pueden ser nunca cinco. Jamás va a ser fácil abordar desde la ficción un flagelo que carcome y mata como lo es la violencia machista, y que el sistema judicial sigue viendo por encima del hombro.

Como difícil va a ser siempre desarrollar y llevar a cabo una campaña de una película como Romper el círculo, una promoción que cale y no espante, que sea respetuosa y no hiera sensibilidades, pero que cumpla el objetivo de contribuir a romper el silencio y a acelerar cambios en nuestras sociedades. De los aciertos, como de los errores, se debería aprender.