La llaman la 'técnica relámpago' por los resultados que consigue en poco tiempo. El 'blush draping' es una de las últimas tendencias en mundo belleza, utilizada por muchas celebrities alrededor del mundo como Kim Kardashian, Gigi Hadid o Lilly Colins. En su definición más básica, se trata de una técnica de maquillaje basada en el contorneo intenso con el colorete para marcar con más fuerza la forma de tu rostro.
Esta fórmula se ha convertido en un 'must' en las rutinas de maquillaje de muchas mujeres gracias a los resultados que consigue: sencillez y naturalidad. Como indica Maiko, la marca de complementos y herramientas de belleza, "el blush draping es una técnica que principalmente consiste en cubrir y matizar el rostro gracias al colorete, potenciando así, los rasgos en un tiempo relámpago."
El contouring o el 'contorneo' y el strobing, la iluminación de zonas específicas del rostro, son dos de las técnicas más utilizadas en el universo del make up. Es más, se podría considerar que la segunda es un complemento de la primera. Por esto, el blush draping ha conseguido ganar más fuerza que nunca. Su principal función es aportar unos toques de color muy difuminados y jugar con el volumen entre pómulos, mejillas y nariz.
Maiko nos da las claves necesarias para conseguir un efecto óptimo: en solo dos pasos podemos conseguir el mejor resultado. "Lo primero, es definir la forma del rostro, usando un colorete en tonos tierra o rojizos, en la zona más externa del pómulo, subiendo ligeramente a la altura del ojo". En este caso, la empresa de belleza recomienda utilizar la brocha 155 de su catálogo, con una punta ligera que nos facilita utilizar el producto de forma más concreta.
En el segundo paso, simplemente tenemos que aplicar el colorete de la manera que lo hagamos normalmente, "lo hacemos usando el mismo tono, en la zona de las manzanitas de las mejillas, la parte central. Por otro lado, de forma amplia y suave, difuminamos el resto de colorete empleado en la parte más externa", explica esta marca de belleza. En este caso, recomienda la brocha 1005 de la colección Grey, con cerdas muy sueltas y suaves y de punta redondeada.
Eso sí, las marcas del mercado aconsejan no utilizar ciertos tonos más llamativos como el morado o el naranja. El resultado podría ser demasiado excesivo y alejarse de ese efecto de naturalidad que persigue el blush draping.
Muchas marcas de belleza de relevancia como Marc Jacobs ya explicaban esta técnica hace unos años. "Mezcla los dos tonos y aplica justo debajo de los pómulos para contornear y definir los pómulos. Cubre la parte superior de los pómulos para graduar el color. Envuelve desde el ojo hasta la sien en forma de para mayor dramatismo. Cubra la punta de la barbilla y barra a lo largo del centro del cuello y el escote para asegurar el equilibrio general".
Así, la empresa logró regresar esta fórmula que ya había sido utilizada en los años 70. Fue el maquillador Way Bandy quien consiguió su éxito gracias a la aplicación en estrellas de la década como Cher.