Soy de las que piensa que una buena camisa blanca es una prenda universal. Es “la camisa”, de las camisas que ha evolucionado y se ha reinventado durante siglos para convertirse en un básico atemporal y todo un must have de cualquier hombre y mujer, en los armarios.
Te saca del "no sé qué ponerme hoy" que tantas veces repetimos. Supone un auténtico salvavidas, haciendo de nuestro look una perfecta working girl o para un plan de tarde de sábado con amigas.
Historia de la camisa
Su origen se remonta al año 1500 a. C. Fue en Egipto donde apareció por primera vez lo más parecido a una camisa. Se trataba de una prenda de vestir de lino delgado con una abertura para pasar la cabeza que recibía el nombre de kalasiris. En la época del Imperio Romano, a esta pieza le añadieron mangas, pasando a conocerse como túnica manicata.
Esta prenda que aporta excelencia, seguridad y elegancia, estuvo relegada a ser una prenda interior durante el siglo XIX y principios del XX. Se utilizaba como una camiseta que se ponía debajo de las vestimentas, asomando únicamente el cuello de la misma. Su función principal era la de proteger la piel y mantener limpia la indumentaria exterior.
Los únicos que llevaban camisa eran los aristócratas y la gente de buena posición que podían permitirse lavarla a menudo y tenerla siempre limpia. La blancura de la camisa denotaba la riqueza, la honradez y la respetabilidad. Como lo único que se veía eran los cuellos, se popularizarían los cuellos postizos a forma de trampantojo para aparentar mayor estatus.
María Antonieta en 1779, se puso la chemise à la reine, cuando seguía siendo una prenda de ropa interior. Logró convertir un vestido de algodón sencillo con pequeños volantes, en la versión más actual de la camisa.
Una prenda muy versátil
En la actualidad, los cánones de la moda y de belleza han cambiado, permitiéndonos encontrar innumerables modelos, formas y estilos de camisas blancas. Es considerada como una prenda básica y clásica, que sólo varía por el tamaño de los cuellos o la forma, manteniendo su elegancia y versatilidad.
Y es que una camisa blanca se puede utilizar en cualquier ocasión: en el trabajo, en clase, en el cine, en un restaurante, una cita, saliendo a tomar una copa, paseando con amigas, e incluso en una boda, acuérdate de Rania de Jordania en la boda de hace más 15 años de doña Letizia y Felipe VI.
Carolina Herrera siempre ha dicho que es indispensable tener una camisa blanca de botones en nuestro armario, para ella es un básico versátil y elegante. Merece su protagonismo ya que permite crear looks atrevidos y elegantes, y combinaciones prácticamente infinitas y de estilos diferentes. La imagen será preciosa y actual.
Ideas de 'outfits'
Con tus vaqueros clásicos, unos pitillos, unos mom jeans, con unos rectos o unos jeans de campana muy actuales en esta temporada... Ya verás según el tipo de jeans con el que se combine la camisa el efecto es diferente. Recurre a trucos de estilo como meter la camisa por dentro, de manera que se abombe ligeramente en la cintura y subir las mangas o utiliza el French Tuck, eso de llevar un parte de la camisa por dentro de los pantalones y otra parte por fuera.
Con unos pantalones o leggings negros de cuero dando de un toque más cañero; con zapatillas o zapato de tacón... o los tan de moda botines estilo cowboy. Toda una combinación clásica y tendrás un look impecable. Dale un golpe de efecto al outfit introduciendo un calzado singular como unos zapatos blancos o con prendas exteriores con estampados, elevaras la silueta más sencilla. La combinación blanco y negro es eterna, es el dúo perfecto para lucir desde la mañana a la noche.
Otro conjunto simplemente sencillo y elegante es el combo de blusa y falda lápiz o en versión mini y maxi propio de la imagen de mujer ejecutiva que se convirtió en un cliché a partir de los años 80 y 90. Una mezcla básica y perfecta para lucir en diferentes ocasiones.
Con unos culotes en tonos neutros como el beige, siempre muy dulce... y romántico. Si quieres que se vea divertido, añade un detalle en animal print. ¡Nunca falla!
De volantes o con cuellos bebé y llévala con un total look blanco. Como tendencia este año, puedes poner color en un accesorio o complemento como un cinturón, el calzado.
En invierno debajo de un jersey de esos grandes que tanto se llevan ahora o mejor todavía, con un chaleco. Triunfarás y estarás a la última.
Puedes incluso llevar una camisa blanca a un evento formal si lo combinas con una falda larga y agregas algún detalle en la cintura.
La camisa blanca es tan versátil que se puede lucir durante todo el año, pero es más apetecible para looks de entretiempo, donde adquieren el máximo protagonismo, al no estar escondida debajo de ninguna capa.
Combinar una camisa blanca con una blazer es otro éxito estilístico para lucir todo el año (con abrigo en invierno), una opción tan clásica como sofisticada. Para que no resulte un outfit aburrido prueba mezclar diferentes tejidos, cortes y estampados de tendencia.
¿Sabías que las camisas de las mujeres se abrochan de diferente manera que la de los hombres? Estas últimas se abrochan de izquierda a derecha y las camisas femeninas se abrochan de derecha a izquierda. Eso se debe a que antes, los hombres podrían desabrocharse la camisa con la izquierda mientras sostenían la espada con la derecha. Mientras que la mujer solía sostener al niño en brazos con la izquierda y desabotonar su camisa con la derecha.
Sueles usar camisas blancas, te inspiras con alguna de estas propuestas. Si estás buscando tu estilo y no sabes que prendas son las que más te interesan, te acompaño.
*Ana Gamallo es asesora de imagen.