"No fui una mujer muy agradable, pero eso no me quitaba el apetito", cavilaba Nancy Wake en una entrevista en 2001 al rememorar alguno de los episodios más oscuros de su vida, como el hecho de asesinar con la simple ayuda de sus manos a un guardia nazi u ordenar la ejecución de una mujer que creía que servía al espionaje alemán. Los peajes de la guerra, el coste de salvaguardar la libertad, "la única cosa por la que vale la pena vivir".
La historia de la valerosa australiana constituye uno de esos fascinantes e inverosímiles episodios de la II Guerra Mundial. Nancy Wake, una mujer que saltó de una familia empobrecida de Sydney a la crème de la crème de Marsella, fue una heroína de la Resistencia francesa y el quebradero de cabeza de la Gestapo, la temible policía secreta de Hitler. Los nazis la apodaron "Ratón Blanco" por su escurridiza estela y la confundieron con un hombre por la envergadura de sus proezas y combatividad.
Biografiada por el periodista Peter FitzSimons en Nancy Wake. La espía más buscada de la Segunda Guerra Mundial (Antonio Machado Libros) y semilla de inspiración de obras como Charlotte Gray, del escritor británico Sebastian Faulks, la vida de la mujer más condecorada de la IIGM por los aliados abraza ahora la ficción con la exitosa novela Liberación (Planeta), de Imogen Kealey, un pseudónimo detrás del cual se esconden la autora Imogen Robertson y el productor Darby Kealey.
El libro, que ahonda en el anómalo protagonismo y en la poderosa resolución de una mujer en una guerra librada principalmente por hombres, reconstruye con licencias literarias y de personajes la implicación de Wake en la contienda, primero desde Francia, ayudando a los resistentes y a los judíos a escapar de la temible maquinaria nazi a través de España, y luego desde Reino Unido, como una espía del Servicio de Operaciones Especiales británico.
Según los autores de la novela, Nancy Wake "es una líder, una guerrera y una mujer ferozmente independiente. En una época en que la mujer era vista como débil y victimizada, ella trascendió los roles tradicionales de género dirigiendo a cientos de hombres y luchando activamente contra la injusticia, proporcionándonos así un modelo de resistencia y abriendo camino a la mujer moderna".
Amor torturado
"Odio la guerra pero no veo por qué las mujeres tenían que contentarse haciendo punto para sus maridos, que estaban en el frente; he matado a muchos alemanes y solo me arrepiento de no haber matado a más", decia Nancy Wake, que nació en Wellington, Nueva Zelanda, en 1912, aunque creció en Australia. Su padre abandonó el hogar cuando era muy pequeña y ella, a los dieciséis, huyó también de su casa para dedicarse a la enfermería. Poco después emigraría a EEUU y de ahí a Europa, estudiando Periodismo en Londres y asentándose en París a principios de los años 30.
Como corresponsal del grupo periodístico Hearst contempló el auge de los totalitarismos recorriendo el continente, y llegó a entrevistar a Hitler en Viena en 1933. Lo que vio en aquella ciudad —a los camisas pardas de las SA golpeando impunemente a los judíos y destrozando sus negocios— encendió su firme oposición al fascismo y el despegue de una odisea que le permitiría salvar muchas vidas.
Liberación narra también la historia de amor de Nancy Wake con Henri Fiocca, un próspero empresario marsellés que conoció en 1936 y que acabaría torturado y asesinado por la Gestapo. El estatus social de la heroína australiana que le brindó el matrimonio le confería cierto parapeto para ayudar a los miembros de la Resistencia en su guerrilla contra los invasores alemanes. "Era mucho más fácil para nosotras viajar por toda Francia. Una mujer podía deshacerse de muchos problemas de los que un hombre no", explicaría décadas más tarde.
En 1943, cuando las autoridades invasoras comenzaron a sospechar de sus actividades de sabotaje, Wake se vio obligada a huir a Reino Unido, donde continuó su formación como espía. En abril del año siguiente, a los 31 años, fue lanzada en paracaídas a Francia para contribuir a la preparación del desembarco aliado en Normandía, suministrando armamento a los resistentes y abriendo una línea de comunicaciones inalámbricas con Londres. Llegó a dirigir a más de 7.000 combatientes en la región de Auvernia.
Al concluir la contienda y tras un fugaz trabajo para el Gobierno británico, Wake regresó a Australia, donde se presentó a las elecciones legislativas de 1949 y de 1951 aunque sin obtener el resultado esperado. Se casó con John Forward, un piloto de la Royal Air Force, y años más tarde volvería a mudarse a Londres, donde falleció en 2011. Entre sus condecoraciones se encuentran la Legión de Honor, el mayor reconocimiento militar de Francia, la Cruz de Guerra o la Medalla de la Resistencia. También recibió la Medalla George de Reino Unido, la Medalla de la Libertad de Estados Unidos y, en 2006, la Insignia RSA de Nueva Zelanda.
Está previsto que la historia novelada de Nancy Wake sea adaptada a la gran pantalla. La resistente será interpretada por Anne Hathaway. "Es, en todos los sentidos, una mujer imponente: su pasión, su personalidad, sus emociones, su justa ira y, sobre todo, su coraje la convierten en un personaje fascinante para interpretar. En un mundo hambriento de historias más inclusivas, es hora de que se cuente la suya", ha asegurado la actriz.