Elena Jordi fue el pseudónimo que empleó la polifacética María de Montserrat Casals, actriz, empresaria y cineasta, que se convirtió en la primera directora de cine española con la película Thaïs, estrenada en 1918.
Nació en Cercs (Barcelona) en 1882, donde creció. Se casó en 1901 con el veterinario Josep Capellera, nueve días después nació su primera hija y dos años después la segunda. En 1904 se rompió su matrimonio.
Un año más tarde falleció su padre y su familia se trasladó a Barcelona. Montó, junto a las mujeres de su familia, un estanco en la esquina de las calles Boquería y Rauric. Convirtieron el establecimiento en un espacio de reunión y tertulia concurrido por personajes conocidos del mundo cultural, artístico y periodístico. Allí conoció al hijo del escenógrafo Soler i Rovirosa, Alexandre Soler, que le permitió introducirse en el mundo del teatro. Este se convertiría años después en su amigo y compañero, además de traductor, escenógrafo, director artístico y consejero económico.
Entre 1908 y 1914, Jordi debutó en el teatro, pero con papeles pequeños sin texto. Durante esta etapa colaboró en el Teatro Íntimo de Adriá Gual, donde conoció a Margarida Xirgu, y en el Gran Teatro Español.
Jordi siguió a Xirgu cuando fue a trabajar al Teatro Principal y después a las compañías de Eric Borrás y Josep Santpere. Empezó a destacar más tade en obras como La educación del príncipe, de Maurice Donnay.
En 1914 formó su propia compañía, la Compañía Catalana de Vodevil Elena Jordi. Su talento como empresaria la llevó a refinar ese tipo de espectáculos parisinos.
Primero elogiaron su elegancia escénica, después su belleza, y finalmente su talento como actriz. Alcanzó el éxito con obras como Salomé (de Oscar Wilde) o La mujer desnuda (de Henry Bataille).
Cine y mujeres
En mayo de 1896, se organizaron las primeras sesiones de cine abiertas al público en el Hotel Rusia de Madrid. Entre 1911 y 1922 el cine español se ubicó principalmente en Barcelona. Es una época en la que comienza a buscarse un género autóctono, que se distinga del hollywoodiense.
Por aquella época entran a formar parte de la industria cinematográfica decenas de hombres. Las mujeres también se unen a la industria, pero la mayoría como objetos, no como sujetos. Es decir, empiezan a aparecer en las películas como personajes diseñados por hombres, en historias creadas y producidas por hombres.
En 1916, Elena Jordi comenzó a hacer cine junto a su hermana Tina y a colaborar con la productora Studio Films. En 1918 se lanzó al mundo de la dirección de cine con la película de cine mudo Thaïs, un corto sobre la ópera de Massenet en el que también interpretó el papel de protagonista. Se convirtió así en la primera directora de cine de España, abriendo camino a mujeres como Helena Cortesina o Rosario Pi.
Sin embargo, no se conoce el resultado del filme puesto que no se ha conservado ninguna copia y no consta en la base de datos del Ministerio de Cultura. Se tiene constancia de la misma por los artículos de prensa de la época.
Ese mismo año, Jordi quiso construir un teatro en la Vía Layetana que llevara su nombre. Se anunció entonces la creación del Teatro Elena Jordi, pero por causas desconocidas abandonó el proyecto. El teatro sí se construyó y acabó llamándose Pathé Palace y se rebautizó años más tarde como Palacio del Cine (1940).
Después de lanzar su primer filme, sus apariciones en pantalla y escenarios se diluyeron. Actuó esporádicamente en 1921 y la última vez que se subió a un escenario fue en 1929, en el Teatro Goya de Madrid, año en el que desapareción de la vida pública. Murió en el anonimato, siendo enterrada el 6 de diciembre de 1945 en el cementerio de Les Corts.
Solo el 20% de mujeres
¡Acción! Ocho de cada diez veces que se escucha esta palabra en rodajes españoles viene de la voz de un hombre. Han pasado más de cien años desde la llegada del cinematógrafo a España y desde que Elena Jordi se convirtiera en la primera mujer directora, sin embargo, la presencia de mujeres en puestos de dirección sigue siendo muy inferior a la de hombres, representan un 20%.
El último informe de la Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (2020) recoge que de los 2.377 profesionales que trabajan en la industria audiovisual, exceptuando actores y actrices, 780 son mujeres (33%).
En los puestos de creación las mujeres aún tienen una escasa presencia. En producción representan un 32%, en dirección el 20% y en guion el 26%. Sin embargo, en diseño de vestuario son 9 de cada 10 y en peluquería y maquillaje 7 de cada 10. Los puestos donde la presencia es equitativa son dirección artística y dirección de producción.