María José Colomer i Luque, la primera piloto catalana de la historia: la hazaña de una 'niña bien' que soñaba con volar
- Corría el año 1931 cuando esta joven conseguía el título de aviadora con solo 18 años. Iberia le ha puesto su nombre a un avión para rendirle homenaje.
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María José Colomer i Luque, también conocida como Mari Pepa, es recordada por marcar un hito histórico dentro de la aviación catalana. Fue la primera mujer que obtuvo el permiso de pilotaje de esta región. Además, se convirtió en la tercera española de la historia en conseguirlo, junto a María Bernaldo de Quirós y Bustillo y Pilar San Miguel Martínez Campos.
Tal fue su relevancia en el sector, que Iberia ha presentado un nuevo avión, el A320neo, con el nombre de la piloto en honor a su memoria y a todo lo que ella significó en el sector aeronáutico.
Nació el 31 de marzo de 1913, en Barcelona, en el seno de familia acomodada. Sintió la llamada a volar desde una edad temprana. Tanto fue así que, con siete años, se asomó a un balcón y se tiró pensando que podía elevarse y surcar el cielo como los pájaros. Dicho acto, basado en la inocencia infantil, le causó la rotura de ambas piernas.
Apoyo paterno
Comenzó sus estudios en el Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer, sin abandonar nunca su sueño. Según el testimonio de José Canudas Busquets, figura histórica de la aeronáutica catalana, un buen día la joven acudió junto a su padre al aeródromo Canudas con un objetivo muy claro: quería volar y hacer el curso de piloto si reunía las condiciones necesarias para ello, aunque lo cierto es que su progenitor no estaba muy de acuerdo con la idea.
Canudas invitó a María José a que acudiera en diferentes ocasiones al aeródromo "para que respirara el ambiente de la aviación y su gente", según se narra en la Real Academia de la Historia. La madre de la protagonista, mientras, vivía engañada pensando que su hija iba a clase de cultura general sin saber que lo que hacía realmente era pruebas de vuelo.
En 1930, se inscribió como alumna de la Escola d'Aviació Barcelona, donde aprendió todo lo necesario para presentarse al examen de licencia de pilotaje. Tras mucho esfuerzo y más de 60 horas de prácticas, lo hizo.
Rompiendo barreras
Fue el 19 de enero de 1931 cuando consiguió el título, con solo 18 años, convirtiéndose en la primera mujer catalana en realizar esta hazaña. La prensa enseguida se hizo eco de la noticia y Mari Pepa protagonizó algunas portadas de los periódicos. Fue entonces cuando su madre descubrió toda la verdad.
Una vez graduada como piloto, se presentó a diferentes eventos y exhibiciones, donde su gran habilidad a los mandos del avión hizo que destacara en el sector. Entre ellos, el 11 de febrero de 1932, participó en un festival que celebraba la conmemoración del primer vuelvo realizado en 1910. El 30 de agosto de ese mismo año, también pilotó en una exhibición para el Ayuntamiento de Cardedeu, donde demostró su habilidad para el aterrizaje.
Su gran desempeño en los mandos de control le proporcionó el poder entrar en la Unió de Pilots Aviadors en septiembre de 1932, organización creada ese mismo año. Un mes después, su nombre y su talento serían recordados por un gran logro: consiguió aterrizar un zeppelin en el aeródromo de la Aeronaval pese a las dificultades técnicas que esto entraña, convirtiéndose en la primera mujer española en conseguirlo. Otro nuevo hito para su hacer aún más grande su leyenda. La labor de esta pionera fue, además, clave en la formación de pilotos.
Su papel en la Guerra Civil
El estallido de la Guerra Civil provocó que Colomer fuera reclutada por parte del bando republicano. La Generalitat tenía las competencias sobre los pilotos y el personal relacionado con la aviación. Fue a través del decreto declarado el 29 de septiembre de 1936, basado en la movilización del equipo aeronáutico.
Aún así, nunca llegó a estar en campo de batalla. Su principal función fue la instrucción de pilotos enviados para ir al combate. Aunque también tuvo otras como la vigilancia de zonas costeras en caso de presencia enemiga, traslado de heridos o transporte de bienes hacia zonas republicanas.
Tras la victoria del bando nacional, Mari Pepa Colomer se exilió del país: primero a París y posteriormente se mudó a Inglaterra, donde vivió el resto de su vida.
Maria Josep Colomer falleció el 24 de mayo de 2004, en Horley. Desde su salida de España, nunca más volvió a ponerse a los mandos de un avión. Según comentó la propia piloto, en Reino Unido no se daban las condiciones idóneas para que las mujeres puedan pilotar. Sea como fuera, su nombre ya forma parte de la Historia.