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Silvia Bruno (48 años) estudió Ingeniería Técnica de Obras Públicas cuando pocas mujeres lo hacían. Hizo un grado superior en Ingeniería de Materiales, donde no había muchas chicas y fue jefa de obras en una zona del gasoducto que rodea Madrid cuando las gasísticas eran territorios casi inexplorados para muchas profesionales.
Casi 30 años después, tiene claro que el energético es "un sector esencial y estratégico para un país, donde hay una inmensa posibilidad de desarrollar carreras profesionales en ámbitos muy distintos". El suyo ahora mismo es atrapar el futuro y conseguir que se arraigue en España y, concretamente, en Red Eléctrica.
Y es que, desde hace un año, la directora de Innovación y Desarrollo Tecnológico del grupo Red Eléctrica es también la responsable de Elewitt, una plataforma tecnológica que tiene la misión de encontrar y desarrollar las nuevas ideas y proyectos de innovación y tecnología sobre energía y comunicaciones.
"No es que antes no se hiciera, por supuesto, si no, no hubiéramos llegado a ser el grupo que somos, pero ahora tenemos que facilitarlo con mucho más impulso. Mi rol es conocer las necesidades futuras y ver cómo podemos traer esa innovación y facilitarla y agilizarla", traduce en palabras casi de andar por casa una misión, cazadora de tendencias, que es clave para cualquier sector.
Hasta el nombre, Elewitt, busca determinar su importancia de su empresa. "Viene de la fusión en inglés de dos palabras: Elevate + Witt ("Eleva el ingenio"). A mí me gusta mucho definir la innovación como poner otra mirada a las cosas, elevándote para hacer las cosas distintas de algo que ya conoces".
50% de mujeres
Silvia Bruno lidera un "impresionante equipo" donde la creatividad y la valía entre hombres y mujeres se cuenta al 50%, una situación que no es rara en Red Eléctrica. Ella misma sale de un Comité Ejecutivo formado por cinco mujeres y cuatro hombres y en el Consejo de Administración del grupo la paridad es igualmente del 50%. Y además en puestos tradicionalmente más masculinos como la Dirección General de Transporte o la Dirección Corporativa Económico Financiera".
"Es una empresa con un firme propósito, además expresamente recogido en los compromisos de sostenibilidad 2030, de apostar por la diversidad, incluida la de género y en una apuesta decidida a que en un sector muy masculinizado como este las mujeres tengan, al menos, las mismas oportunidades", asegura la directiva.
Hasta la propia Presidencia del grupo recae en una mujer, Beatriz Corredor, desde que en el mes de febrero se uniera al exclusivo 'club de dos' (ella y Ana Botín) que lideran una de las empresas que cotiza en el Ibex. "Desde hace unos años se visualizan mucho los actos de promoción; que no se tenga barreras más allá de las que cada uno se ponga; se trabaja en no tener miedo a ascender; en los famosos referentes; que la vida personal cuente y que se puede llegar arriba teniendo vida personal... es una suerte estar en una empresa que se lo cree y pone los medios para que pueda producirse", reconoce todo un ejemplo de esta política.
Elewitt, al igual que Red Eléctrica, está dispuesta a que la mujer de valía encuentre su camino dentro del grupo. "A medida que bajas en la escala es más difícil porque en la universidad, en las carreras que se requiere tradicionalmente en Red Eléctrica, las mujeres no están representadas ni al 20%. Estamos trabajando en fomentar y dar referentes para que las chicas elijan, si es su vocación, carreras tecnológicas, ingenierías, matemáticas... sectores más masculinos donde tienes un campo de crecimiento terrible".
Antes de ponerse a los mandos de Elewitt, Silvia Bruno pasó por Gas Natural (11 años) y ocupó varios puestos en Red Eléctrica, como el Departamento de Compras donde su gestión se recuerda por lo bien que le cuadraban siempre los números. "Yo soy muy ahorradora en mi vida personal también. Eso me causa ciertos conflictos con la contraparte", bromea para ponerse enseguida muy seria en lo que significa manejar el dinero en una compañía como ésta: "Creo que se tiene que gestionar todo como si fuese tuyo. Cuando las decisiones las tomas como si la compañía fuese tuya, te hace aplicar algo de sentido común".
P.- ¿Será eso algo en lo que destaca más la mujer?
R.- No sé si las mujeres somos mejores gestoras. Ahora hay otra directora de Compras en el grupo que también ofrece fantásticos resultados. En mi experiencia personal, siempre he creído que las gestiones corporativas funcionan bien estando muy pegado a la persona que necesita el servicio que prestas.
El truco: la flexibilidad
Silvia se ganó, con sus años en ese departamento, que sus dos hijos, de 11 y 13 años, pusieran en cualquier papel donde se preguntaba por la profesión de su madre "la que hace cables".
"Ahora ponen "la persona que trae la innovación de la energía en España". A mí me parece muy presuntuoso, pero bueno. Hay un programa en su colegio para que los estudiantes de Bachillerato vean profesiones que se llama "Trabaja un día con..." y me traje a una chica muy fan de los satélites aquí. Y desde entonces...", explica.
En lo que no han variado nunca es en el orgullo que les llena la boca cuando dicen que su madre es ingeniera: "Siempre dicen 'mi madre es ingeniera', 'mi padre también pero mi madre es ingeniera'", como si fuera un "y yo más".
Con ese nivel de exigencia, no es difícil preguntarse cuántos malabarismos ha tenido que hacer para llegar a la cumbre sin perder la respiración. "El truco es hacer uso de la flexibilidad que da este grupo. Yo lo hago muchísimo y permito que el resto lo haga. Hay veces que tienes que atender algo personal que sólo puedes hacerlo en ese momento y esa flexibilidad hace que puedas organizarte y, al final, entregar los resultados que se esperan de ti y no importa tanto dónde lo estés haciendo o en qué momento".
Escuchar este discurso de manera fluida y natural sí que parece una tendencia del futuro que se está poniendo de moda cada vez más en las empresas españolas (donde lo que valía hasta ahora muchas veces era calentar la silla, independientemente de lo que rindieras) gracias a una pandemia que ha sobrecargado a muchos pero que también ha destapado prácticas inútiles.
"Cuando a los empleados de una compañía se nos trata como personas adultas, responsables, con flexibilidad, que tienen que entregar un resultado de su trabajo y no tanto estar físicamente en un sitio, hace que tengas equipos de alto rendimiento y des unos resultados estupendos", asegura.
Y cuenta con toda naturalidad cómo suele arrancar ella sus días: "Mis hijos no son muy pequeños pero tampoco son independientes aún. A lo mejor yo tengo una conversación telefónica de trabajo a las 8 pero les llevo al colegio y luego me vuelvo a conectar... El que está al otro lado no lo sabe".
Teletrabajo
La máxima responsable de Elewitt es de las que opina que el coronavirus ha sido "el mayor examen sorpresa en España sobre teletrabajo" y, en su opinión, "se ha solventado con muchísimo éxito".
"No todas las empresas estaban preparadas pero para nosotros ha sido una transición sencilla y ha demostrado enormes ventajas: las personas comprometidas lo están trabajen a 5 metros o a 5.000 kilómetros. Además, permitiría tener equipos multidisciplinares y diversos, que muchas veces no lo encuentras cerca, y la flexibilidad siempre atrae talento que es un bien escaso".
En ese milagro de que todos nos fuéramos a casa en marzo y pudiéramos seguir trabajando, Red Eléctrica ha tenido mucho que ver. "Servicios esenciales (como la conectividad y el energético) han funcionado sin ningún problema y han sido una de las palancas para que la situación se quedase en crisis sanitaria y no afectase a otros sectores. Han funcionado en situaciones muy difíciles y han hecho que todos, en un momento determinado, pudiésemos trabajar en otro sitio y que todo siguiera funcionando".
De hecho, en Elewitt tienen claro que esa vigilancia tecnológica y el estudio de las tendencias tienen que servir para "adelantar lo máximo posible la ejecución de los objetivos en los cuales tenemos un rol clave, como es la transición energética en España, la disrupción tecnológica y la conectividad en áreas rurales donde estamos presentes".
Por eso buscarán "las ideas" donde sean, recibiendo propuestas de más de 18 países diferentes en su segunda convocatoria. "La propuesta de Elewitt es única porque conjuga telecomunicaciones y electricidad. Se acercan muchas starts up que lo que buscan no es tanto un apoyo financiero como poder probar en nuestras infraestructuras dispersas por distintos territorios, muchas veces aisladas o con dificultad de comunicación, nuevas soluciones".
De hecho, si tuvieran que posicionarse físicamente, Elewitt estaría "en el centro conectando a la sociedad con los sitios donde se desarrolla conocimiento, que pueden ser universidades, centros de transferencia o innovación, con las compañías y el grupo Red Eléctrica como gestor global de infraestructuras", explica su responsable.
Y desde ese centro, Silvia no sólo mira la tierra sino también hacia el cielo, a través del sector satelital, puesto que forma parte del consejo de Hispasat, gestor de esta infraestructura: "Es un sector clave para esa conectividad y para la movilidad. Estamos viendo un montón de proyectos sobre distintas tipologías de satélites, a distintas distancias, para distintos usos" que tienen muy en cuenta, conscientes de que puede ser la salvación de la España vaciada.
Reconoce que en su casa ya empezó hace tiempo a implementar nuevas tecnologías, vamos, que no vive en una vivienda donde haya que subir y bajar persianas con una manivela. "Es un mix, digamos que ni bajo la persiana con la mano ni lo tengo todo a través de una aplicación, pero mi casa se parece casi más a la de la aplicación que a la de la persiana. A nosotros nos gusta que sea así", bromea.
Siendo dos ingenieros, estaba muy claro, al igual que la asignación de tareas viene por oportunidad de tiempo y espacio, nada que ver con el género. "En mi casa las cosas las hace según te toca, no porque seas mujer u hombre. Mi marido es todavía más abanderado de es división incluso". Silvia no sólo piensa en el futuro sino que, en algunos aspectos, ya empieza a vivir en él.