Cuando en 2002, Eva Ortega Paíno terminó la tesis en Inmunología en el Ramón y Cajal, su jefe le dijo: “¿Tú quieres ser científica? Pues te tienes que ir”. Cogió las maletas y se fue a la Universidad de Lund, en el sur de Suecia.
Volvió a España en 2019 para dirigir el Biobanco del CNIO (Centro Nacional de Investigación Oncológica) tras una larga carrera en inmunología, oncología y como coordinadora científica del sur de Suecia en la Red Nacional de Biobancos. La entrevisto por Zoom; tiene coronavirus, aunque con síntomas leves y está teletrabajando.
Pregunta: En su opinión, ¿cuáles son los rasgos que diferencian la investigación en Suecia y en España?
Respuesta: No se puede comparar. Sobre todo, hay diferencia en la inversión en ciencia, hay tantísimo dinero y la inversión privada es tremenda. Suecia es uno de los países punteros en este sentido. Además, hay una enorme transferencia del conocimiento, no tiene nada que ver.
En muchos de los proyectos de la Agencia de Innovación sueca es obligatorio incorporar a todos los actores. Por ejemplo, en Ciencias de la Vida, en Medicina Traslacional, te obligan a tener a un colaborador de industria, uno de academia, otro del sistema de salud, e incluso últimamente pedían asociaciones de pacientes. O sea, está todo entrelazado de manera que la transferencia de conocimiento prácticamente es automática.
Luego, la carrera no es funcionarial, por lo cual tú no compites con doscientas personas. Tú compites con tus propios méritos.
P: ¿Y cuál es la inversión privada en España?
En España prácticamente no hay inversión privada en ciencia
R: No hay prácticamente, hay muy poca. Hay que fomentar el tejido industrial, hay que fomentar la transferencia, se necesita una ley de mecenazgo buena… Yo creo que se está intentando, pero claro, comparado con Suecia… Suecia tiene marca, cualquier país escandinavo. Es imposible la comparación, es muy complicado.
P: En el organigrama del CNIO, en el centro en un círculo rojo está el Biobanco. ¿Es imprescindible para la investigación?
R: Totalmente, para la investigación traslacional. Los biobancos son establecimientos donde se almacenan muestras humanas y datos asociados a esas muestras, es decir, información clínica de pacientes. Posteriormente las muestras se cederán a los investigadores para sus distintos proyectos científicos. Nosotros guardamos las muestras con los mayores estándares, no solo de calidad sino de confidencialidad, para respetar la integridad de los pacientes.
P: ¿Qué dilemas éticos pueden presentarse?
R: Una de las primeras condiciones para hacer investigación biomédica es probar tu hipótesis en animales. El primer código de conducta ético que salió después del juicio de Núremberg fue la esencialidad del consentimiento voluntario de los sujetos. Se empezaron, entonces, a sentar las bases de la investigación con muestras humanas. Parece ser que el consentimiento ya existía antes de la segunda guerra mundial en Alemania, pero no se aplicó.
Han surgido otros a lo largo de los años. Por ejemplo, en EE.UU. el problema era que había empresas, como las de seguros, que si accedían a esa información, podían elegir el perfil de los clientes.
P: ¿Los pacientes se prestan?
R: España no es mal país para esto. Solo tienes que ver que somos líderes en donación y trasplante de órganos. Los pacientes con cáncer viven en una situación de máxima vulnerabilidad. El cáncer asusta. En muchos casos se cura, pero no nos deja indiferentes. Mi marido se murió de cáncer de esófago, va a hacer 7 años en mayo. Los pacientes y sus familiares se prestan porque lo que quieren son respuestas a su enfermedad.
P: ¿Cómo es el procedimiento?
R: Por ejemplo, en la Red Nacional de Metástasis Cerebral (RENACER) donde coordinamos a día de hoy doce hospitales, previo consentimiento de los pacientes, los neurocirujanos extraen muestras de tejido durante las operaciones que, tras recibir el visto bueno como excedente clínico por parte de los patólogos, nos las envían y estas se utilizan para investigación.
Con la muestra probamos distintos tratamientos. Ponemos esa metástasis en cultivos organotípicos, y probamos distintas drogas y vemos si el crecimiento celular se para, o se induce muerte celular. Si alguno para, empieza a tratarse como una diana terapéutica. Entonces se hace secuenciación genética y empieza la maquinaria de investigación.
Además de coordinadora científica en representación de España en la Infraestructura Europea de Biobancos y coordinadora de los biobancos dentro de la Plataforma de Biobancos y Biomodelos nacional, es, de manera altruista, secretaria general de RAICEX (Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos en el Exterior).
Aunque RAICEX es una red de asociaciones en el exterior, necesitamos una figura institucional para poder cumplir con nuestro objetivo principal, que es inferir dentro de las instituciones de I+d+i españolas. Una cara visible que pueda ir a contar lo que opinan los científicos en el exterior, por eso al retornar asumí esta responsabilidad.
Fuga de talento
P: ¿Hay 20.000 científicos e investigadores españoles fuera de España?
R: No tenemos ningún registro exacto, pero calculamos que debe de haber en torno a ese número. Una de las características que tiene la ciencia es que es internacional y de gran movilidad. Aunque quizá se podría seguir un registro en las oficinas consulares, no todos los que salen fuera se registran y si lo hacen tampoco es fácil sectorizarlo. En RAICEX, a día de hoy tenemos dieciocho asociaciones en todos los continentes que representan aproximadamente unos cuatro mil cien científicos e investigadores.
La atracción y el retorno de talento no ha ido en proporción al éxodo que se produjo en la crisis de 2008. El miedo que tenemos es que esta curva siga creciendo. Es verdad que parece que ahora va a haber una inversión muy grande, pero tampoco está garantizada en el tiempo.
P: ¿Qué Comunidades Autónomas tienen los mejores planes de atracción de talento y retorno?
R: Desde luego, el Ikerbasque del País Vasco que está trayendo talento internacional, incluso premios Nobel. Es lo que abogamos nosotros, que la atracción de talento no sea sólo talento que ha emigrado sino de cualquier nacionalidad. Y el ICREA de Cataluña. También el GenT de la Comunidad Valenciana.
"Si haces que un país sea competitivo a nivel científico, tienes hecha parte de la promoción cultural"
Si haces que un país sea tan competitivo a nivel científico, que un inglés o de cualquier nacionalidad quiera venir a investigar, entonces será un país sólido en ciencia y, además, tienes hecha parte de la promoción cultural porque esa gente acabará siendo embajador de nuestra cultura.
En el informe ATRAE de RAICEX abogan por un pacto de Estado y por una estabilidad en la financiación de proyectos. Lo del pacto de Estado se propuso durante el mandato del ministro Duque y consiguió aliar a 86 distintas entidades. Sin embargo, a día de hoy no hemos oído mucho más. Desafortunadamente, siento a España muy politizada. La ciencia tiene que estar por encima de todo esto. Tiene que haber una inversión constante independientemente de quien gobierne.
P: ¿Continúan los políticos pensando que la ciencia es un gasto y no una inversión?
R: Es que si la pandemia no nos ha abierto los ojos… Lo que realmente nos ha sacado de la pandemia han sido las vacunas. La riqueza de un país y su desarrollo se mide en los avances tecnológicos y los descubrimientos científicos. Mira los países que al final han producido vacunas, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos. Y nosotros ahora… Tenemos que apostar más por la ciencia.
Yo creo que desde el Ministerio de Ciencia e Innovación se está intentando hacer todo lo posible para destinar, de una manera eficaz, los fondos que vienen de Europa del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Mujer y ciencia
P: Es madre de tres hijos, ¿cómo vive la conciliación familiar y laboral?
R: Creo que ahí las mujeres no tenemos que olvidar que hay que abogar por una conciliación sí, pero buscar la corresponsabilidad con nuestros compañeros y mostrar a nuestros hijos que la lucha es conjunta, tenemos que ir de la mano.
P: ¿Se está incorporando la mujer al campo de la ciencia?
"El problema es la permanencia"
R: El problema, más que la incorporación, es la permanencia. Cuando yo estudiaba Química, la mayoría éramos chicas, el problema es que nos vamos cayendo según avanzamos en la carrera. Este efecto tijera es clarísimo. Y al final, en los puestos de responsabilidad hay una grave deficiencia.
P: ¿A qué se debe?
Fíjate que como hay tan pocas mujeres en puestos de responsabilidad, cuando han necesitado mujeres para tribunales, consejos etc., para hacerlos equitativos, las que están se han quemado porque se las ha sobrecargado de tareas. Sin duda alguna, tenemos una tarea pendiente.
Yo estoy a favor de las cuotas en igualdad de condiciones. Si un hombre y una mujer son iguales para un puesto hay que dárselo a la mujer, porque es verdad que necesitamos mejorar esa representación en puestos de responsabilidad.
P: Para terminar, usted es una persona sonriente y positiva, ¿su trabajo es vocacional?
R: La ciencia para mí es vocacional. Luego, yo disfruto haciendo lo que hago, a nivel profesional y a nivel voluntario. Soy una gran optimista. Mi padre me llamaba la niña feliz. Pero desde que perdí a mi marido y te das cuenta de que todo es efímero, mucha más razón para ser feliz.