Raphaëlle Giordano.

Raphaëlle Giordano. © Philippe Matsas

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Raphaëlle Giordano, la reina de la literatura ‘terapéutica’: "Hay que ir hacia la propia libertad"

Sus novelas de ficción, siempre con un mensaje de esperanza, son un bálsamo para la legión de lectores de la escritora francesa superventas.

20 diciembre, 2022 03:19

Desde que lanzó su ópera prima en 2017, Tu segunda vida empieza cuando descubres que solo tienes una (Grijalbo), Raphaëlle Giordano (París, 1974) se convirtió en un fenómeno literario, publicada en 38 países y con más de 2,5 millones de lectores. Primero lo fue en Francia, luego en el resto del mundo.

En España superó los cien mil ejemplares con esta historia de personas en plena búsqueda de la felicidad y el arte que supone cambiar tu vida para lograrlo. Todo, a través de personajes tan reales como lo podrían ser tus propios vecinos. Casi se podría decir que ha inventado ella misma un género literario, el de la novela terapéutica, donde reina con poderío.

Este año ha publicado su cuarto libro en nuestro país, El bazar de la cebra con lunares (Grijalbo), de nuevo con su particular estilo de novela ‘de autoayuda’ o inspiracional, en la que anima, a través de la historia de un carismático inventor dedicado a abrir la mente de sus clientes, a correr riesgos y a aplicar la creatividad en nuestros problemas cotidiano.

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Lo sorprendente es que, con sus obras, Giordano ayuda a sus lectores, con los que mantiene una relación tan estrecha que hasta les ha pedido anécdotas para incluirlas en su próximo libro.

Escritora, pintora y coach de creatividad, Raphaëlle Giordano se diplomó en artes aplicadas y técnicas gráficas, y a lo largo de casi una década trabajó como creativa en agencias de comunicación parisinas. Luego fundó su propia empresa Emotone, especializada en crear animaciones y talleres de creatividad, crecimiento personal, gestión del estrés e innovación.

La escritora Raphaëlle Giordano.

La escritora Raphaëlle Giordano. © Philippe Matsas

Todo ese conocimiento lo vuelca en sus libros, en los personajes que crea reflejan los problemas cotidianos de muchas personas. Donde hay zonas grises, ella pinta color y esperanza. Y anima a soñar sin ponerse limitaciones. Lo deja bien claro su lema: “No tengáis ambiciones modestas, son tan difíciles de alcanzar como las grandes”.

Su último libro publicado en España es El bazar de la cebra con lunares, una novela capaz de hacernos soñar con un futuro mejor. ¿Qué quería transmitir con ella?

El concepto clave es la audacia, una mezcla de atrevimiento y tenacidad. Es una novela que te hace querer soñar en grande encontrando la propia singularidad, el propio ADN.

En esta novela hace un llamamiento a arriesgarse, a abrir la mente. ¿Cómo puede determinar tu vida quedarte en tu zona de confort, puede mermar tus posibilidades de hacer realidad tus sueños?

Permanecer en tu zona de confort es cómodo porque sabes lo que estás haciendo. Aquí no se trata de asumir riesgos temerarios, sino de avanzar hacia el proyecto y el entorno adecuados para cada uno. Cualquier cambio da miedo, pero la idea es avanzar con el miedo, poco a poco, paso a paso, y al final lo consigues.

Hay una librería en Italia que receta libros según el estado de ánimo de las personas, según cómo se sienten… Dicen sus lectores que sus libros, además de entretenerles, les ayudan a sanar. ¿Escribe usted pensando en cómo quiere hacer sentir a quienes lean sus libros? ¿Cuál es su secreto? 

De hecho, cuando escribo, intento estar en total empatía con lo que puede sentir la gente, lo más cerca posible de sus problemas. Esta empatía me ayuda a identificar emociones y sentimientos. Siempre tengo en mente transmitir a través de las palabras y las ideas lo que provocará las reflexiones y los desencadenantes adecuados en mis lectores.

Da la impresión de que los lectores y usted tienen una relación muy cercana. ¿Es así? ¿Qué le cuentan ellos?

Sí, mantengo una estrecha relación con mis lectores, porque mis novelas parecen tener un impacto real en sus vidas y, cuando vienen a verme, siempre me muestran mucho afecto y me cuentan muchas anécdotas de su vida...

Para mi próxima novela, incluso les he pedido que me escriban y me cuenten anécdotas sobre un tema determinado. Es curioso, ¡ahora soy yo quien lee a mis lectores! Esto me permitirá abordar el tema desde perspectivas muy diversas e interesantes, no solo desde mi punto de vista. Y, además, ¡todos estaban muy felices de que les entrevistara!

Portada de 'El bazar de la cebra con lunares'.

Portada de 'El bazar de la cebra con lunares'.

Esta sociedad tan avanzada y tecnológica, ¿nos dificulta o nos ayuda a ser más felices?

La felicidad no está en la tecnología, ¡eso seguro! Por un lado, nos ha facilitado mucho la vida, pero, por el otro, la relación con las pantallas y las redes sociales tiende a aislarnos de los demás y de nosotros mismos. También requiere mucho tiempo.

Hay que ser listo y utilizar todos estos avances tecnológicos con estrategia. Pero para alcanzar tus sueños, tienes que ser organizado, riguroso y tenaz. En resumen, ¡aprender a no dispersarse es el secreto!

Me da la impresión de que casi ha creado un género nuevo, la novela terapéutica. El crítico norteamericano Harold Bloom hablaba de los libros como refugio. ¿Le parece que puede ser sanadora la lectura?

Efectivamente, las palabras tienen un cierto poder e impacto en la mente. Los pensamientos y las ideas pueden estimular la reflexión y tocar el alma en profundidad.

¿Y escribir, es terapéutico, cree que quizá se debería de utilizar más?

Escribir tiene necesariamente un efecto terapéutico a partir del momento en que se puede usar como desahogo. Como todos los medios de expresión, la escritura, la pintura, el deporte, la danza, que permiten dejar salir las emociones. Solía decir que todo lo que no sacas fuera, lo que no expresas, se queda dentro y te marca. Lo más importante es no guardar las emociones o pensamientos tóxicos. 

En la enfermedad, escribir puede aliviar mucho, solo hay que suprimir el espíritu crítico y no escribir tratando de hacerlo bien. No se trata de eso. Más bien se trata de una escritura casi automática. De la espontaneidad, a veces salen textos extraordinarios.

En otro de sus libros, El día en que los leones comerán ensalada verde hace una parodia crítica de la masculinidad tóxica. ¿Está cambiando esa masculinidad y qué suponen los roles y estereotipos de género para los hombres y las mujeres?

En esa novela, hablo de la ‘bolinería’, de todos los comportamientos excesivos de las personalidades dominantes, que tienen un gusto por las relaciones de poder, que imponen su punto de vista con gran egocentrismo y poca empatía...

Este libro es una invitación a evolucionar hacia una mayor escucha y amabilidad para suavizar las relaciones interpersonales. Vivimos en un mundo donde las relaciones de poder son legión, donde todo gira en torno al poder. Las mujeres han tenido que adaptarse para tener su papel en esta sociedad. Pero, como resultado, ¡no se inspiran de lo mejor de sus homólogos masculinos!

Personalmente, creo más en el éxito basado en los principios de la cocreación, la comunicación y la motivación del equipo... Las relaciones de poder tienen un rendimiento falseado y siembran tras de sí mucho sufrimiento... ¡Sería bueno cambiar de sistema en nuestras relaciones!

Raphaëlle Giordano.

Raphaëlle Giordano. Philippe Matsas

¿Se considera usted feminista? ¿Qué opina de movimientos como el #MeToo?

No me considero feminista de pura cepa, pero tengo que admitir que sigue habiendo tantas desigualdades entre hombres y mujeres, y que queda tanto por hacer para que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde, que hay que actuar con fuerza. ¡El legado de cientos de años de patriarcado es pesado y difícil de borrar!

Las mujeres tienen mucha fuerza, pero también más flexibilidad y redondez, y el mundo actual lo necesita... ¡Si les permite transmitir su influencia positiva!

Además de escritora, es pintora y coach en creatividad. ¿Cómo le han servido estas dos facetas para su escritura y para su vida?

Mi ADN es claramente creativo, me parieron así, con todo el kit completo (risas). También es cierto que he practicado otras artes y me apasionan, múltiples medios de expresión... Me permiten trascender la realidad y la creación realmente ha dado sentido a mi vida.

La pintura y el diseño gráfico, así como mi pasión por el cine, han dado a mi escritura una faceta muy visual. Trabajo mucho con imágenes y metáforas.

¿Se considera optimista, es posible serlo ante un mundo como este?

El optimismo no es ceguera ante las realidades del mundo. El optimismo consiste en mantener viva la esperanza de que aún podemos luchar por mejorar las cosas. El pesimismo no ayuda. Yo soy una mujer de acción. Así que remanguémonos, y asumamos cada uno nuestras responsabilidades para actuar a nuestro nivel por un mundo mejor.

Y, por último, usted siempre dice que no hay una receta mágica para conseguirlo, pero ¿qué sugerencias le daría a quienes lean esta entrevista para encontrar la felicidad, o al menos para tener más alegría en su vida?

Lo primero es no sentirse atascado y atreverse a avanzar hacia la propia libertad. Y, sí, esto requiere una cierta dosis de valor, pero es en la acción donde encontramos la autoestima y una dinámica positiva. Tomar decisiones reales, emprender acciones progresivas, incluso modestas, avanzar lentamente, pero avanzar a toda costa...

¡Caminar hacia la vida que queremos es la manera de recuperar nuestra energía vital y, como por arte de magia, nuestros miedos desaparecen y la felicidad resurge!