Macarena Arnás, en un montaje de Magas.

Macarena Arnás, en un montaje de Magas.

Protagonistas

La grafóloga que revela el lado 'oculto' de royals y políticos: "La firma de Leonor refleja que es reservada y poco influenciable"

Macarena Arnás, experta en grafología, ha publicado un libro en el que analiza las rúbricas de grandes personalidades de la historia.

13 agosto, 2024 01:36

"Por su forma de escribir los conoceréis", con esta frase presenta Macarena Arnás su nuevo libro, Las firmas de Napoleón, Stalin, Hitler, Elvis... y otras historias de la grafología (Editorial Almuzara 2024). En efecto, las rúbricas dejan para los expertos en la materia como ella rastros inequívocos y no vistos de la personalidad del autor, lo que nos permite ver más allá de unos simples trazos.

Son muchos los nombres que aparecen en esta obra y muchas las sorpresas que encontramos en sus páginas. De personajes históricos como Hitler escribe que "durante su dictadura el tamaño de su firma aumentó notablemente y las letras se inclinan cada vez mas, lo que simboliza egocentrismo, dureza arrogancia y endiosamiento". 

La autora desvela que Juana, la Loca no padecía ningún trastorno mental según su letra; que Dalí tenía 678 firmas distintas; aclara por qué la reina Camila de Inglaterra añade una R a su rúbrica, cuando lo normal sería que fuera una Q de queen (el motivo se remonta a siglos atrás y viene del vocablo regina); y, cómo no, también aporta datos muy interesantes sobre la Familia Real española, en concreto de Letizia y sus dos hijas, Leonor y Sofía. Un apasionante viaje por la caligrafía de ayer y hoy.

La autora posa con su libro sobre firmas ilustres.

La autora posa con su libro sobre firmas ilustres. Cortesía

Licenciada en Derecho, reconocida grafóloga, perito calígrafa y  experta en Técnicas Proyectivas Gráficas, Magas habla con Macarena Arnás para saber lo que se esconde detrás de algunos trazos ilustres.

¿De dónde te viene esta pasión por la grafología? 

Se remonta a mi infancia, concretamente cuando tenía 10 años, una tarde en casa de mi tía me puse a ojear sus libros y uno de ellos me llamó poderosamente la atención, era de grafología. Desde entonces, decidí pedir a los Reyes Magos un libro sobre la materia y comencé a documentarme a través de diferentes libros de grafólogos con cierta trascendencia, como Matilde Ras, Augusto Vels o Max Pulver. Años más tarde, me matriculé en el Instituto de Psicografología y Peritación de Madrid, algo que comenzó como un hobby se convirtió en mi trabajo y, hay algo que no deja de sorprenderme, y es que cada escrito es único e irreversible.

¿Cuánto podemos saber a través de esas firmas?, ¿evolucionan con la personalidad?

La grafología se basa en multitud de parámetros que nos dan pinceladas sobre la personalidad de un sujeto. A través de un estudio grafológico podemos conocer la autoestima de una persona, la afectividad, el tipo de pensamiento, su comportamiento social, la fortaleza, el estado anímico, la sexualidad, etc.

Es importante destacar que la escritura habla del presente, de la personalidad y el estado emocional en el momento que estamos escribiendo. Somos humanos, y al igual que nuestra imagen o actitud ante la vida cambia, nosotros también lo hacemos. Sin embargo, algunos aspectos de nuestra naturaleza se mantienen. Por eso, en la escritura, aunque podamos moldear algunos trazos, otros tendemos a repetirlos de manera inconsciente.

"Me han sorprendido muchas firmas, como la nobleza, dulzura e ingenuidad que reflejaba la de la actriz Verónica Forqué"

De las muchas firmas que has analizado para este libro, ¿cuáles te resultaron más sorprendentes y por qué?

Muchas me sorprendieron, como la nobleza, dulzura e ingenuidad de la actriz Verónica Forqué; o las 678 firmas diferentes de Dalí con una psicomotricidad gráfica increíble pero unos cambios emocionales muy bruscos. Otro de los personajes que me fascinó y que trato en el capítulo de 'Firmas Suicidas' fue la escritora y poetisa Sylvia Plath, ya que la hipersensibilidad, creatividad y sufrimiento queda latente en su firma. Fue una mujer que se pudo sentir incomprendida, ya que también recibió numerosas críticas por su novela Campana de Cristal y por no sentir los patrones que dictaba la sociedad de entonces. También por la relación tormentosa que mantuvo con el poeta Ted Hughles, a pesar de que muchos historiadores la han querido romantizar.

Las firmas nos ayudan a conocer aspectos íntimos de reinas de ayer y de hoy, como vemos en el libro. ¿Encuentras similitudes entre alguna del pasado y otra más actual en cuanto a sus características?

En el caso de las firmas de los reyes y las reinas son escritos menos espontáneos porque suelen estar asesorados, sin embargo, se pueden contemplar algunos trazos que desnudan su verdadera esencia. Una reina que me llamó la atención fue Isabel II de España, bautizada por Pérez Galdós como 'la reina de los tristes destinos' y considerada por muchos historiadores como una reina fría o superficial. Sin embargo, en las lazadas y formas curvas de sus letras no la puedo catalogar como sustancial, más bien como todo lo contrario, como a una mujer pasional, detallista y coqueta. Al ser tan apasionada, quizás sufrió la endogamia a la que recurrían por aquel entonces los monarcas, por eso prefiero apodarla como 'la reina apasionada'.

En el caso de Lady Di, al igual que en la firma de la reina Letizia, encuentro alguna similitud, y es que, a pesar de estar asesoradas a la hora de firmar, mantienen muchos trazos con el paso del tiempo, gesto que denota aplomo y una personalidad muy marcada. En todas ellas contemplo una elevada carga emocional.

Hablemos en concreto de la firma de Letizia, de su evolución entre la que tenía como periodista, princesa y reina. 

La reina Letizia ha ido moldeando algunos aspectos de su firma. Por ejemplo, cuando era periodista añadía su segundo apellido, Rocasolano, que luego tiende a omitir. Este gesto manifiesta mayor vinculación a la familia materna. Cuando era princesa ejecutaba la firma en dos planos, Letizia en la parte superior y Princesa de Asturias en la zona inferior, aspecto que indica creatividad y rebeldía.

Y en esta última etapa escribe solo el nombre y añade la 'R' de reina con una rúbrica sencilla en forma de subrayado que finaliza con un punto. Todo ello indica aplomo, necesidad de reconocimiento, perfeccionismo y detallismo. Su firma ha ido ganando espontaneidad con el paso de los años, pero a pesar de cambiarla mantiene algunos aspectos como la inicial y la sencillez, propio de una mujer que, a pesar de estar condicionada, es fiel a sus principios y a su propia esencia.

Las rúbricas de Letizia, Felipe VI y sus dos hijas.

Las rúbricas de Letizia, Felipe VI y sus dos hijas. Gtres

La firma de la princesa Leonor se ha ido pareciendo mucho a la de su madre, ¿qué refleja su rúbrica?

Sí, tiene algunas similitudes con su madre, como por ejemplo, en el tamaño de la letra 'L' y la claridad de su firma, gestos que revelan que ambas tienen una personalidad poco influenciable. Sin embargo, es con la firma de su padre el rey Felipe con quien comparte más similitudes, ya que ambos ejecutan la rúbrica por adelantado. Es decir, primero hacen la inicial y después continúan con el resto del escrito, sus letras tienen formas mixtas y cerradas, lo que revela que son reservados y reflexivos. 

¿Y la de la infanta Sofía?

Su hermana tiene una firma con formas curvas y finaliza con un punto al igual que su madre, todo ello indica ingenio, detallismo y facilidad para sintetizar.

Al analizar en tu libro la firma de Juana I de Castilla, aseguras que en realidad no estaba tan loca como querían que pareciera. ¿Qué te lleva a pensar eso?

La apodaron como 'la Loca' por una supuesta enfermedad mental alegada por su padre y su hijo para apartarla del trono y mantenerla en Tordesillas de por vida. Otras hipótesis afirman que la enfermedad de Juana podría haber sido causada por los celos hacia su marido y por el dolor que sintió tras su muerte, pero… ¿cómo no se iba a volver loca con un esposo juerguista que tuvo varios romances y acusó a su mujer de trastornada para poder reinar?

La firma de Juana tiene bastante psicomotricidad gráfica para la época, con una escritura inclinada hacia la zona de la derecha y tendencia a ocupar las zonas inferiores del papel, lo que reafirma la idea de que no estaba loca. También aprecio creatividad en las crestas y facilidad para llevar a cabo todo aquello que se proponía. Era una mujer sensible, generosa y curiosa. No aprecio gestos de inestabilidad, pero sí contemplo sufrimiento. Considero que su apodo es fruto del sometimiento y el machismo, ya que a 'la Loca' nunca se le atiende, ni se le escucha. Lo triste, es que a día de hoy, en los libros de historia se la siga catalogando como tal, por eso en mi obra cambio la versión y la bautizo como Juana, la encarcelada.

"La firma de Ayuso es sencilla. Revela naturalidad y un pensamiento práctico, pudiendo caer en el error de relativizar y no profundizar"

Dices: "Por su forma de escribir los conoceréis". Tengo curiosidad sobre qué dice de ella la firma de Isabel Díaz Ayuso...

La firma de Ayuso es una rúbrica sencilla con guirnaldas y rúbrica en forma de subrayado, todo ello revela naturalidad y un pensamiento práctico, pudiendo caer en el error de relativizar algunos asuntos y no profundizar. No obstante, tiene carisma y capacidad para llegar a los otros. 

Veamos ahora la de otra política del momento, Kamala Harris.

Ella tiene una firma muy estética con mucho ritmo gráfico, gestos curvos y continuidad gráfica, trazos que son muy buenos para poder llegar a ser presidenta, ya que denotan carisma, facilidad de palabra, dotes de liderazgo y perfeccionismo.

Analizas la rúbrica de dictadores de toda índole. ¿Hay una firma estándar de dictador?

En todas ellas contemplo un pensamiento extremadamente subjetivo, terquedad y un carácter impositivo que se manifiesta de diferentes formas en un escrito, pero que, sin embargo, revelan prácticamente lo mismo. En ellos también observo una tendencia a creer que su verdad es la única que importa.

"En todas las rúbricas de dictadores contemplo un pensamiento extremadamente subjetivo, terquedad y un carácter impositivo"

¿Existen diferencias entre las firmas dependiendo del género o la clase social?

Sí, aunque esas diferencias son más notorias en algunas generaciones, ya que a lo largo de la historia, hombres y mujeres han sido educados de manera distinta. Ellos tenían mayor acceso a la educación y ellas menos derechos para poder formarse e incorporarse al mundo laboral.

En España, el auge de la religión en los colegios ha generado un modelo de educación desigual, ya que se estudiaba en colegios de chicos o de chicas, lo que se traduce en colegios de monjas o de curas. Todas estas diferencias han marcado una disparidad en las grafías, principalmente en la escritura de los niños de la posguerra, los baby boomers y, en menor medida, en la generación X.

En cuanto a la clase social también podemos encontrar diferencias. De hecho, la grafología nace entre las clases nobles e intelectuales, precisamente por eso, porque por desgracia, no todos tenían acceso a la educación, ni todo el mundo sabía escribir. A partir de la generación X, los millenials y la generación Z esos contrastes no son tan notorios.

¿De qué personaje histórico te gustaría hacer un análisis grafológico en profundidad?

A mí personalmente, que también me gusta el mundo de la moda, me hubiera encantado analizar en profundidad a Coco Chanel, pero aparecen pocas muestras gráficas de su firma. He leído mucho sobre su vida y admiro la fuerza con la que caminó, las dificultades a las que se enfrentó como joven huérfana y cómo se hizo de la nada. Su inquietud por aprender y personalidad tan marcada la llevaron a crear una moda mucho más libre para la mujer, que hoy permanece, fomentó el uso del pantalón, el color negro como símbolo de elegancia y la comodidad en el vestir eliminando el corsé que sometía el cuerpo de las mujeres. Y es que, tal y como ella dijo: "La libertad siempre es elegante", y seguro que esa autodeterminación permanece en su letra.

¿Cuál es el futuro de la grafología en la era de lo digital y cómo afecta la IA?

Muchos grafólogos se niegan asumir que cada vez escribimos menos e intentan convencer a la sociedad de ello, pero la realidad es evidente, y la tecnología tiene sus cosas buenas y malas. Sin embargo, a mí como grafóloga me gustan los textos espontáneos y poco condicionados por la educación, por lo tanto, no me asusta tanto el hecho de que cada vez escribamos menos, porque la letra siempre será más libre y cuanto menos estemos condicionados más fácil será realizar un análisis de personalidad. Como perito sí me preocupa, ya que he notado que la IA y la firma digital están generando mayor auge en las falsificaciones, lo que lleva más trabajo y complejidad para detectar algunas de ellas.

Por otro lado, el hecho de que cada vez escribamos menos a mano, está generando también un efecto contrario entre los niños. Curiosamente, cada vez se interesan más por el uso del lettering que consiste en dibujar letras, y el retorno de la caligrafía en los colegios es algo que cada vez se solicita más. Esto nos permite conectar con algunas áreas del cerebro, cuando escribimos fomentamos la memoria visual, la capacidad de reflexión, la psicomotricidad y creatividad entre muchas otras cosas.

Escribir es un arte, y el arte es eterno, por eso en la última parte del libro me aventuro a decir que la escritura es inmortal. Todos nos iremos, pero cada letra es única y nuestra huella gráfica perdurará en el tiempo. Por eso, les invito a no dejar de escribir a mano, porque vuestra esencia, al igual que vuestra letra son irremplazables, y porque así, siempre serán recordados.