Blanca Rudilla ha adoptado a dos menores con necesidades especiales y es la fundadora de la Asociación para el Cuidado de la Infancia.

Blanca Rudilla ha adoptado a dos menores con necesidades especiales y es la fundadora de la Asociación para el Cuidado de la Infancia. Cedida

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Blanca Rudilla o cómo adoptar a los niños 'que nadie quiere': "Queremos ayudar, no tener una china preciosa"

El 'Pasaje Verde' es el procedimiento por el cual se pueden adoptar menores chinos con necesidades especiales y cada vez es más habitual en España.

30 agosto, 2024 02:06

"Cuando visitaba los orfanatos, me llamaba la atención que había muchos niños a los que les faltaba un dedo, la oreja o un ojo, y siempre pensaba que nunca serían adoptados", explica Blanca Rudilla, madre adoptiva de dos niños con necesidades especiales. Pero, precisamente por eso, decidió querer y cuidar a Xiao, un pequeño chino al que le faltaba un dedo, y a Yoyó, una renacuaja, también del gran país asiático, con una cardiopatía severa.

Al igual que Blanca, son cada vez más las familias que se aventuran a adoptar niños con necesidades especiales. Tanto es así que desde el año 2021 prácticamente se quintuplicaron las adopciones de niños con estas circunstancias y, a día de hoy, la sociedad ha comenzado a mirar los procesos de adopción desde un punto de vista algo diferente.

Para analizar esta situación, el equipo de Magas ha charlado con Blanca Rudilla que, además de haber adoptado a dos niños con necesidades especiales, es la fundadora de ACI, la Asociación para el Cuidado de la Infancia, y una de las creadoras del 'Pasaje Verde', el procedimiento para adoptar niños chinos de estas características. Gracias a ella y a todo su equipo, esos menores sin oreja o sin ojo ya no son los últimos en la cola del orfanato, los niños que nadie quiere adoptar. Ahora, tienen prácticamente las mismas oportunidades que los 'sanos'. Pero, ¿cómo lo ha logrado?

La adopción en España

En España, en la mayoría de ocasiones adoptamos niños de otros países, siendo los más comunes China, Rusia, Colombia, Ucrania, Rumanía e India. Tanto es así, que solo dos de cada diez niños adoptados en nuestro país son españoles.

Según algunos estudios, la adopción internacional en España registró un aumento del 61,6% entre los años 2001 y 2004, alcanzando 5.541 anuales. De esta manera, España se posicionó como el segundo país más adoptante del mundo, solo por detrás de Estados Unidos.

Sin embargo, esta tendencia se ha revertido desde el año 2021: a partir de ese momento, la adopción internacional cayó un 12% y la nacional se incrementó un 25%. Según los datos del Observatorio de Infancia, en 2021 se registraron 675 adopciones nacionales y 171 internacionales. Aunque las cifras de 2017 ya anunciaban el cambio: en ese mismo año las adopciones internacionales se desplomaron drásticamente, hasta un 90%. Y, en total, en los últimos diez años han caído de 3.000 a 153 niños.

Pero, además de las nacionales e internacionales, también existen las adopciones especiales. En España, hacen referencia a todos aquellos menores que poseen necesidades especiales o diferentes condiciones de vida debido a discapacidades o enfermedades crónicas. Sin embargo, en otros países menos desarrollados, cabría la posibilidad de que una patología leve como una alergia al gluten fuera suficiente para ser calificada como 'especial'.

Como no podía ser de otra manera, este tipo de adopciones también se contabilizan. De hecho, sus cifras son muy esperanzadoras, pues en España cada vez son más las familias que solicitan adopciones especiales.

Los eternos olvidados

La experta en adopción y protección de infancia, y fundadora de la Asociación para el Cuidado de la Infancia, Blanca Rudilla, afirma que en el año 2021 se quintuplicó la cifra de adopciones especiales: "Creo que hay varias circunstancias que han provocado este aumento. La primera es que ahora la mayoría de los países tienen adopciones especiales. Por otro lado, la gente ya entiende mejor lo que es un proceso como este y quizá la adopción es más realista y está menos idealizada: esa niña china monísima de 0 a 3 años ya no es la prioridad".

La realidad, como bien ha apuntado Rudilla, es que la adopción de niños especiales pasó de 13 casos en 2020 a 62 en 2021. Estos datos son muy superiores a los registrados el pasado año 2019, cuando en España se adoptaron 35 menores con discapacidad, según los datos del Boletín de datos estadísticos de medidas de protección a la infancia que ofrece el Ministerio de Derechos Sociales.

Las adopciones especiales se realizan con menores que poseen discapacidad física o intelectual, enfermedades crónicas o infecciosas, o prematuros

"Hay más menores que se adoptan por esta vía porque son los niños que nadie quiere en sus países, y porque las familias cada vez están más formadas y tienen más recursos. También son más conscientes de que lo que quieren es dar un hogar a un niño que lo necesita, y no tener un hijo", explica Blanca Rudilla.

Sin embargo, la experta en adopción también afirma que "el complicado proceso y el escaso apoyo de las instituciones" es un freno para las familias que quieren adoptar. Además, señala que "Italia, por ejemplo, tiene abiertos más procedimientos para la adopción internacional que España".

Para intentar solventar todas estas trabas sociales y burocráticas, Blanca se adentró hace casi 30 años en el mundo de la adopción, cuando tuvo que ayudar a un familiar con el proceso y se dio cuenta de lo complicado que era. Por ello, decidió dejar su trabajo como abogada para dedicarse a facilitar a las familias las relaciones con los niños de los orfanatos. Por ello creó la Asociación para el Cuidado de la Infancia.

Blanca, pionera del 'Pasaje Verde'

ACI (Asociación para el Cuidado de la Infancia) se fundó hace 27 años para tramitar expedientes de adopción con la República Popular China y fue el primer organismo que obtuvo la acreditación de este gobierno asiático. Pero, con el paso de los años, sus labores han ido aumentando en función de las necesidades de las familias y los niños en adopción hasta crear el llamado 'Pasaje Verde', el procedimiento de adopción especial.

"Al principio comenzamos ofreciendo adopciones de menores sanos a familias españolas, pero poco a poco fuimos trabajando con otros países y conociendo otras realidades. Tiempo después ideamos con el gobierno chino programas de menores con circunstancias o necesidades especiales que hacían que se quedaran en los orfanatos porque no encajaban con el perfil de las familias", explica Blanca Rudilla, fundadora de ACI.

Blanca Rudilla: "El 'Pasaje Verde' es para los niños que se quedan en el orfanato porque nadie les quiere y necesitan prioridad para tener un hogar"

A este procedimiento se le conoció como 'Pasaje Verde', ya que era más ágil que el resto de tramitaciones. Pronto llegaron las primeras expediciones de médicos, pediatras, enfermeros y psicólogos, y, con este gran programa piloto europeo, Blanca y su equipo consiguieron evaluar a casi 180 niños chinos.

"Las familias, al ver los informes médicos que habían hecho profesionales españoles, estuvieron dispuestas a adoptarles. Si hubieran leído el anterior informe, a lo mejor se hubieran asustado, pero con un tratamiento adecuado podrían salir adelante sin ninguna dificultad en España. Acabamos muy contentos con ese programa", comenta Rudilla.

Xiao y Yoyó, hijos de Blanca

Además de fundar la Asociación para el Cuidado de la Infancia, Blanca tiene tres hijos biológicos y dos adoptados con necesidades especiales. El mayor es Xiao, y la pequeña es Yoyó, "unos grandes muchachos que ha sido una suerte tener", como la propia Blanca afirma convencida y emocionada.

Xiao tiene 19 años y Yoyó, 13. Ambos fueron adoptados por Blanca Rudilla y su marido a través del 'Pasaje Verde'.

Xiao tiene 19 años y Yoyó, 13. Ambos fueron adoptados por Blanca Rudilla y su marido a través del 'Pasaje Verde'. Cedida

"Mi hijo Xiao nació sin el dedo de una mano y por eso se le consideró 'especial'. Fuimos a recogerle cuando tenía 18 meses y ahora es un chaval fantástico, de 19 años, que estudia ingeniería mecánica en Inglaterra y ha sido subcampeón de España con su equipo de fútbol americano", explica Rudillo. A Xiao, tras someterse a una operación quirúrgica, le pusieron un autoimplente del dedo del pie en la mano izquierda y, a día de hoy, puede llevar una vida "totalmente normal".

"La otra peque, Yoyó, es la malcriada de la casa. Era una niña con una cardiopatía muy severa que necesitaba operación porque, si no, no cumpliría los cuatro años. Intentamos que la intervinieran en China, pero consideraron que era muy arriesgado y podría fallecer", explica la madre. Finalmente, el jefe de cardiología del Hospital Ramón y Cajal la atendió y, aunque estuvo 5 minutos en parada cardiorrespiratoria y dos meses en la UCI, ha conseguido salir adelante tras una larga lucha. "Ahora ya tiene 13 años y cada día está mejor", comenta.

Blanca Rudilla, de sus hijos: "Su historia de vida no ha sido sencilla. Eso no es tener suerte, la suerte la tengo yo porque me llaman mamá a pesar de todas las circunstancias"

Blanca Rudilla, a pesar de estar muy orgullosa de sus hijos, confiesa que la adopción no ha sido un camino fácil: "La maternidad y paternidad es complicada, el día a día con ellos es de lucha continua. Las dificultades que han tenido han sido diferentes a las de mis hijos biológicos porque a ellos no les han dicho 'puta china' o les han hecho llorar porque les han dicho que les han abandonado o les han tirado a la basura", explica Blanca Rudilla.

Blanca viajó con su familia a China para conocer los orígenes de su hija Yoyó.

Blanca viajó con su familia a China para conocer los orígenes de su hija Yoyó. Cedida

Sin embargo, la familia trabaja para comprenderles y hacerles partícipes de su historia de vida. Tanto es así, que hace unos meses viajaron a China para conocer los orígenes de Yoyó ya que ella así lo pidió. "Ellos son conscientes de su historia de vida. China no es un país que dé mucha información, pero Yoyó estuvo allí. No entiende por qué la abandonaron, pero hay cosas que no podemos juzgar sin saber: desconocemos las circunstancias de esa madre para que la dejaran allí", explica Blanca Rudilla.

Las barreras psicológicas

Además de cubrir las necesidades fisiológicas o intelectuales de los niños adoptados mediante el 'Pasaje Verde', el plano psicológico también juega un papel fundamental en este caso. Para descubrir cómo tratarlo, el equipo de Magas se ha puesto en contacto con Montse Lapastora, experta en el tema y directora de Psicoveritas, un centro de psicología y adopción.

Para empezar, la especialista afirma que estos niños tienen circunstancias muy diversas, por lo que "no se les puede meter a todos en el mismo saco". Sin embargo, hace hincapié en el punto en común que les une: "Todos ellos han vivido situaciones traumáticas a edades tempranas que generan química en el cerebro. No tener una figura de apego, como una mamá o un papá estable y permanente, se convierte en algo tóxico y tiene consecuencias a largo plazo".

Montse Lapastora: "Tenemos que cambiar 'niños adoptados' por 'niños que han sufrido una adversidad temprana' para así no criminalizarles"

Además, Montse Lapastora explica las tres grandes dificultades con las que se encuentran estos niños: "La primera es la barrera del aprendizaje", enumera la experta. Esto se debe a que los niños que han vivido traumas pueden tener más pequeño el hipocampo, que está implicado en la memoria. "Es como si les faltara un fijador de pensamientos. A veces estudian y al día siguiente no se lo saben. Y otras no aprenden de la experiencia", afirma Lapastora.

La segunda de las barreras, según esta experta, es la baja autoestima: "Es una creencia inconsciente, que se puede hacer consciente con procesos terapéuticos y mucho tiempo, de que es una persona mala, o ha hecho algo malo para que no le quieran", explica. Esto les condiciona y les genera una baja autoestima.

Por último, Montse Lapastora también señala la falta de una figura de apego como condicionante de las relaciones sociales de estos niños: "Han sentido en su cuerpo que no se pueden fiar de nadie. Han tenido miedo y no les han consolado, o hambre y no les han alimentado. Ellos no se acuerdan, pero su cerebro sí", explica. Por ello, son niños mucho más vulnerables a la hora de relacionarse con los demás.

Adoptar es ayudar

Para animar a otras familias a que adopten, Blanca Rudilla explica que "hay muchos padres que también tenemos necesidades especiales, pero a nosotros no nos juzgan ni nos miran raro", comenta. "Si miráramos nuestros informes médicos, a lo mejor, como padres, también seríamos de especiales necesidades".

Además, añade que estos menores son niños como cualquier otro "que quieren jugar, crecer y formarse", y que la finalidad "no es tener un hijo, sino contribuir a que un niño que lo necesita tenga un hogar". Así lo explica: "Tenemos que ver si somos capaces de dar amor incondicional a esos niños. Es crear una familia, no tenemos por qué ser superhéroes. Si alguien no es capaz, no pasa nada. Hoy en día hay más programas".

Blanca Rudilla: "La adopción internacional no es querer tener un hijo, es contribuir para que un niño pueda tener un hogar"

Por último, termina haciendo un gran alegato: "Me encantaría que la sociedad naturalizara la adopción. A veces me tengo que pelear en la frontera de los aeropuertos porque me piden el libro de familia. Se extrañan porque tengamos los mismos apellidos. ¡Pues claro, son mis hijos! Y han tenido que escuchar cómo la Guardia Civil cuestionaba que la persona que viajara con ellos fuera su madre".