Carmen Amoraga, afectada por la DANA: "No quiero hablar de mi libro, solo deseo limpiar mi casa y ayudar al pueblo"
- La escritora, que acaba de publicar 'La memoria infiel', es una de las afectadas por la Dana. Suspendida la promoción de su novela, está volcada en las tareas de limpieza de su pueblo.
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A Carmen Amoraga, igual que a muchos valencianos, le cambió la vida el 29 de octubre, cuando una gran riada arrasó su pueblo (Picanya), sus enseres y los de sus vecinos y, en general, todo lo que hasta ese momento consideraba importante. "Nada de lo que pasó antes del martes a las ocho de la tarde tiene ya importancia", explicaba la escritora en redes.
Amoraga, además de ser finalista del Premio Planeta y la ganadora del Premio Nadal, ha sido otra de las miles de personas damnificadas por la DANA de Valencia tras el desbordamiento del barranco del Poyo. Desde entonces, su vida se ha resumido en limpiar el barro y volver a limpiar; pero también en ayudar, acompañar, llorar, recordar, agradecer y, cómo no, escribir.
"Cada uno apoya con las herramientas que puede y la escritura es mi gran herramienta. Quería contribuir con el sentimiento a pie de calle, que al final es lo que hago en las novelas: contar historias cotidianas", explica en conversación con el equipo de Magas.
Amoraga ha convertido sus redes sociales en una especie de diario con el que ha expresado sus sentimientos, haciendo de esta vía otra forma de visibilizar la catástrofe para concienciar a la gente: "Hoy lo hemos hecho con los vecinos. Uno ha conseguido una cuba, otro una máquina para llevarse el barro y, entre ayer y hoy, la zona estaba llena de amigos y de voluntarios que han llegado andando desde Jávea, Castellón o desde Valencia", escribía en Instagram.
Un 'diario de la riada'
"Aquí nací, en la misma calle en la que vivo. En la misma calle en la que hoy los coches se amontonan, unos encima de otros, sobre el barro y los enseres. Mi pueblo entero ha sucumbido bajo el agua. Todas las calles, todas las casas, todas las personas... Algunos hemos perdido un poco. Otros más. Otros todo. Mi corazón, mis lágrimas, están con ellos", narraba Carmen Amoraga.
En sus fotografías y escritos, Carmen se ha dirigido a la gente de su pueblo, a los dirigentes políticos, a los voluntarios que ayudan sin esperar nada a cambio, a las personas que han perdido la vida y también a la Carmen Amoraga del pasado y del presente: "Toda la vida recordaré este dolor de manos, de espalda, de alma. Este temor a no estar a la altura de lo que se espera, a no tener fuerzas para seguir recogiendo barro, empuñando escobas, fregonas, azadas".
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Entre sus diarios, Carmen también ha dedicado algunas líneas a la esperanza y a la alegría. De hecho, uno de los momentos que más ha emocionado a sus seguidores ha sido cuando, una semana después de la riada, su prima le informó de que había encontrado entre sus enseres el manuscrito de uno de sus libros: Para que nada se pierda. "Todo es ya historia. Y quien me conoce sabe que yo creo que en la vida y en la literatura, no hay más que historias de amor. Sigamos, un día más", reflejaba en ese momento. Es curioso además que, de todos los objetos de esa casa, solo se salvaran del barro el manuscrito y una fotografía de su sobrina.
Lucía y su carta
Si hay un mensaje que ha calado en sus lectores es el que le dejó a la veterana escritora Lucía, una pequeña desconocida con ánimo de ayudar. Amoraga se encontró su mensaje en una bolsa de comida que le dieron unos voluntarios mientras recogía el barro y, con gran emoción, decidió publicarlo en sus redes sociales.
Hola Lucía, querida Lucía, alumna del cole San José Jesuitas. No creo que seas muy mayor. Tienes la letra redonda, preciosa, esa letra que se tiene cuando la vida todavía es una promesa que no se ha roto.
— Carmen Amoraga (@AmoragaCarmen) November 9, 2024
Quisiera contarte algunas cosas. Que la primera vez que fui a recoger… pic.twitter.com/L1bbGICDWm
"Les he pedido a mis hijas que no te olviden. Que se acuerden siempre de ti. De todas la gente que es como tú, Lucía. Porque es por vosotros que el mundo, nunca, nunca, nunca, dejará de brillar", escribía. Y añadía: "El amor todo lo puede. Sobre todo en las peores circunstancias".
A día de hoy, la publicación ya le ha gustado a 4.800 personas, y otras 1.600 la han compartido. Entre ellas, se encuentra una profesora del colegio de Lucía, quien explicó a Amoraga que los niños de quinto de primaria, los que tienen 11 años, habían escrito muchas cartas y las habían metido con los paquetes de ayuda; así que habría muchas bolsas con cartas. "Ojalá poder hablar algún día con Lucía y con todos esos niños. Yo imparto talleres de lectura, pero en esa clase seguro que ellos me enseñarían mucho más a mí", comenta.
Y añade la siguiente reflexión: "La carta de Lucía ha sido un punto de inflexión en mi emocionalidad. Ayer por primera vez lo pensé y me sentí feliz porque veo esperanza en el mundo. Creo que la bondad es más silenciosa, pero es mayoritaria. No siempre me gusta Twitter, o ahora X, porque suele haber mucha crispación, pero me ha reconciliado con el mundo".
"Comprad libros"
Entre tanta catástrofe, ha habido momentos en los que ha pasado por alto, incluso, que se dedica a la literatura. "Porque mis vecinas, mis amigas, se acuerdan de algo que a mí hace seis días que se me olvidó: soy escritora. Soy escritora", repetía.
Lo cierto es que Amoraga ha publicado su nuevo libro hace algo más de un mes. La memoria infiel (Espasa 2024) es una novela que trata sobre la maternidad y habla sin tapujos de la precariedad laboral y la doble moral de la sociedad, así como los recuerdos, la culpa, los prejuicios y el amor. Aunque su promoción también ha tenido que parar por la riada.
Sin embargo, y como ella misma ha afirmado: "A mí ya no me apetece hablar de mi libro, ahora solo quiero limpiar mi casa y ayudar a mi pueblo". "Si queréis ayudarme, seguid leyendo. Id a las librerías que tengáis a mano y comprad libros. Id a las bibliotecas que estén cerca y sacad el que más os guste. No me atrevo a pediros que sea La memoria infiel. Pero me parece recordar que, en esa otra vida que vivía antes del martes pasado, antes de que todo se detuviera como esta señal de stop, no tenía otro deseo en el mundo más que la leyerais y que os gustara. Que la leyerais", finaliza la escritora.