Uno de los indicadores para valorar la fertilidad femenina es el estudio de la reserva ovárica, es decir, conocer la cantidad total de ovocitos que tiene la mujer en sus ovarios. La reserva ovárica disminuye a medida que aumenta la edad de la mujer, de manera que a mayor edad existe una menor reserva ovárica y una menor calidad ovocitaria.
Hasta hace poco, la prueba más común era realizar un análisis de sangre que medía dos biomarcadores, la hormona antimulleriana (AMH) y la progesterona, que dicen en qué momento fértil se encuentra la mujer.
Sin embargo, recientemente, se ha realizado un estudio multicéntrico en el que ha participado la Unidad de Reproducción del Hospital Ruber Juan Bravo para determinar si se podían evaluar cantidades biológicamente relevantes de AMH y progesterona en muestras de cabello humano.
En este estudio multicéntrico se incluyó un total de 152 mujeres de edades comprendidas entre 18 y 65 años durante un periodo de 10 meses. Se tomaron muestras de sangre y de cabello (sin ser necesario el folículo piloso) a las pacientes y además se les realizó el recuento de folículos antrales por ecografía.
Las conclusiones de este estudio fueron que la progesterona y la AMH pueden ser detectadas en muestras de cabello humano, y que los niveles de AMH en el cabello se correlacionan positivamente con la edad materna y el recuento de folículos antrales.
Esta correlación sugiere que, aunque AMH es relativamente estable durante el ciclo menstrual, las mediciones agudas de AMH pueden tener una variabilidad que podría hacer que la medición a través de muestras de cabello fuera de mayor utilidad para evaluar la salud reproductiva.
El cabello es un medio que puede acumular biomarcadores durante varias semanas, mientras que el suero podría representar solo los niveles en el momento de la determinación.
La detección de hormonas esteroides en el cabello ya ha sido utilizada previamente en estudios neuroendocrinológicos en humanos y animales, sin embargo, las mediciones de AMH en el pelo no se utilizan actualmente con fines clínicos.
Además de este beneficio, cuantificar esta hormona que ofrece información de la reserva ovárica de una paciente a través de un método no invasivo, podría permitir un mejor abordaje de la salud reproductiva de cualquier mujer, sea cual sea su situación y el estado en el que llega a la consulta.
*Yolanda Cabello es directora científica de la Unidad de Reproducción del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo.