Catorce mitos y verdades sobre el acné que tal vez no conocías
¿El acné aparece solo en adolescentes? ¿Es contagioso? ¿Y hereditario? La farmacéutica Meritxell Martí desmiente mitos y explica realidades.
28 marzo, 2022 01:08Noticias relacionadas
El acné es una infección que se produce por la acumulación de sebo o grasa que segregan las glándulas sebáceas de la piel junto a la batería propion bacterum acnés, que se encuentra en los poros.
Al obstruirse cualquier folículo por un exceso de producción de sebo, células muertas o simple suciedad en combinación con la bacteria, se produce una infección, se inflama y se forman el pus, el grano o el comedón con el aspecto que todos conocemos.
Hay factores que pueden empeorar la enfermedad, como pueden ser: los cambios hormonales, el estrés, la alimentación desordenada, la falta de sueño, alergias, bloqueo de los folículos pilosos, el uso de determinados cosméticos o determinados fármacos.
Se habla mucho de la afección sin conocimiento, lo que lleva a la creencia de ciertos mitos que vamos a desmentir.
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El acné solo lo sufren los adolescentes.
Es claro que es un mito, de hecho, el acné puede considerarse una enfermedad de la piel prácticamente crónica, que con la edad puede evolucionar. Algunas personas incluso pueden desarrollar acné de adultos, aunque se da principalmente entre los jóvenes. Cerca del 85% de los adolescentes sufren de alguna manera acné.
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Sufren más acné las mujeres que los hombres.
Es cierto, ya que las mujeres son más sensibles a los cambios hormonales, como puede ser el ciclo menstrual. Pero aunque los hombres lo sufren menos, suele ser más agresivo.
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Es contagioso.
Falso. No se transmite de uno a otro. Sin embargo, si hay heridas abiertas o falta de higiene, el contacto con almohadas o toallas puede hacer aparecer algún granito.
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Es hereditario.
Sí, casi un 80% de las personas que sufren acné tienen familiares directos que lo han sufrido. Es posible que sea por el tipo de piel, que tiene las glándulas sebáceas más grandes o es una piel más sensible a la inflamación o al contacto con la bacteria, igualmente las alteraciones hormonales se pueden haber heredado.
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El chocolate empeora el acné
Uno de los mitos más controvertidos. Al final todo depende de la cantidad de chocolate que se ingiera. Si es poca, no tiene porque afectar. Si es mucha, los propios componentes del chocolate incluyen bases xanticas como la teobromina que puede estimular, también el alto contenido en grasa puede aumentar la inflamación.
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No necesita tratamientos hidratantes.
Si la piel está hidratada, se mantiene íntegra la función de barrera. Sin embargo, en pieles con exceso de sebo se debe añadir más cantidad que pueda taponar el poro y formar más acné. Se deben usar productos muy ligeros y que obstruyan el poro, y cosméticos que no sean comedogénicos, preferiblemente geles y lociones. Nunca se deben usar: mantecas, aceites minerales como la vaselina, parabenos y fragancias artificiales.
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Manipular los puntos negros y las lesiones lo empeoran.
No tiene porque empeorar el acné, si se hace correctamente. Sin embargo, es muy difícil hacerlo sin empeorar las lesiones por lo que si suele empeorar el acné y no solo eso, también irritar la piel y dañarla provocando marcas. Ahora bien, no se cura antes el acné manipulando las lesiones. Cuando “vaciamos un grano” la infección se extiende por el resto de las lesiones por lo que tarda más en curarse.
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El sol y los rayos uva mejoran.
Los rayos UV actúan como desinfectantes y secan las glándulas sebáceas. Sin embargo, esto es un efecto muy corto, ya que cuando se deja de tomar el sol se produce un efecto rebote y empeora. Además, de que puede aumentar el riesgo de lesiones y manchas sobre todo si se está tratando el acné, la mayoría de productos son fotosensibilizantes.
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No se debe maquillar.
El maquillaje suele taponar el poro y puede aumentar la cantidad de suciedad que está en la piel por lo que podría empeorar el acné. Sin embargo, hay maquillajes de tratamiento específico para piel acneica que, además de tratar la piel, disimulan las lesiones, lo que psicológicamente es beneficioso y el acné mejora.
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Empeora con hábitos pobres de higiene.
Sí. Por supuesto. La suciedad va a provocar que aumenten la sensibilidad de la piel, la inflamación y la probabilidad de infección. Aunque es importante que los productos sean los adecuados, unos productos demasiado agresivos en piel muy sensibilizada van a causar una extrema irritación de la piel. En este aspecto, tenemos que tener cuenta el pelo que esta en contacto continuo con la piel y la grasa del pelo y la suciedad del mismo.
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Empeora con una dieta desequilibrada y pobre.
Es cierto que el acné puede empeorar con una dieta desequilibrada, ya que eso puede provocar por ejemplo una mayor producción de grasa por las glándulas sebáceas, bloqueando a la vez los poros. Alimentos que pueden provocar malas digestiones y alergias pueden producir un agravamiento del acné.
Alto contenido en frituras, embutidos muy grasos y alimentos muy picantes estimulan la vasodilatación y aumenta la sensibilidad de la piel. Mucha cantidad de alimentos industriales aumenta el contenido de toxinas en el organismo lo que puede provocar el empeoramiento de acné.
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Aparece mientras dormimos.
Es falso. Lo que ocurre es que mientras dormimos no nos damos cuenta y al despertarnos con un nuevo grano sí. Pero igual puede aparecer de día que de noche, a no ser que sea debido al contacto con las sabanas o las almohadas sucias.
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Evitar los productos exfoliantes.
Al contrario. Los exfoliantes, sobre todo los que son ácidos como el glicólico o el retinol, van a ayudar a retirar las células muertas y evitar que se tapone el poro. Lo que no se debe es usar en exceso, para evitar irritar la piel que está ya sensibilizada.
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La zona en la que aparece indica el motivo.
El acné en la frente puede haber sido causado por el pelo o el uso de sombreros, cascos o gorras. Es el acné más juvenil. Si parece en la mandíbula o las mejillas puede deberse a los teléfonos o al contacto de las manos. Alrededor de la boca, mandíbula y barbilla suele aparecer debido a problemas hormonales.
*Meritxell Martí es farmacéutica y escritora.