Quedarse embarazada no siempre es una tarea sencilla. Son muchos los factores que influyen y afectan a la fertilidad de las mujeres. En ocasiones, puede costarles años concebir y esto provocar fuertes problemas de pareja.
Sebastián Girona, psicólogo especializado en vínculos, explica que las parejas tienen la necesidad de tener proyectos comunes. Un hijo es un proyecto de ambas partes y, cuando una pareja no puede concretar un proyecto tan importante como el deseo de ser padre, aparece una frustración muy profunda. Aparece una circunstancia que coloca a la pareja en situación de crisis.
“El primer problema que puede surgir es que nazca un sentimiento de frustración, tanto en la mujer como en el hombre, en uno o en los dos. Que ese sentimiento de frustración sea tan profundo que se sostenga en el tiempo y que empiece a teñir la búsqueda. En la medida que se va a instalando ese sentimiento, empieza a perjudicar la búsqueda del embarazo”.
El segundo problema es la búsqueda de un responsable. No existe un responsable directo, incluso no necesariamente existe un responsable, de modo que el riesgo es que dentro de la relación se empiece a buscarlo, algo que no conduce a nada y no construye nada, y que solamente lleva a que la crisis se agrave. “La búsqueda de este ‘responsable’ no beneficia a ninguno de los dos, solo generan presión”.
El estrés y la ansiedad generan un impacto emocional en las partes afectadas y acaba creando problemas mucho más catastróficos. Empiezan a aparecer categorías absolutas y pensamientos como: “Nunca me voy a quedar embarazada”, “todas mis amigas pudieron y yo no”...
“Empieza a presentarse la lógica de que no se va a lograr. Eso por supuesto también perjudica a la búsqueda y al proceso de la relación. Son esas tres sensaciones juntas la que forman un cóctel explosivo o un cóctel, al menos, perjudicial para poder llegar a buen puerto”.
Cóctel explosivo
Cuando sólo uno de los miembros de la pareja sufre ansiedad es más fácil controlarla, pero si empieza a hacerse con los dos se crea un cóctel explosivo con tres ingredientes que deterioran la relación: no conseguir el objetivo, buscar culpables y la ansiedad.
Para abordar el tema y que no afecte a la relación Girona recomienda, en primer lugar, dejar de buscar un culpable o un responsable. En segundo, trabajar la lógica. Aunque una pareja vaya consiguiendo los objetivos que se proponga a lo largo de la vida juntos, no necesariamente tiene que conseguir todos en los tiempos que se produjeron.
Una de las formas de trabajar la lógica de la ansiedad es empezar la búsqueda del embarazo sin estar pendientes del tiempo. “Muchas veces aparece la frustración en el primer o segundo intento. Después del año, si no hay resultado, ya se verá qué hacer. La estrategia de poner un margen de tiempo en la búsqueda, alivia bastantes tensiones en la relación”.
Preguntamos al psicólogo si es posible mantener la relación cuando ambos quieren tener hijos y la mujer no consigue quedarse en cinta. “La respuesta es sí. No será fácil porque si en la relación se estableció el objetivo de buscar un hijo y no se llega la pareja se va a enfrentar a un doble desafío”.
En primer lugar, la frustración de no conseguir el objetivo y, en segundo, el reto de poder pensar la relación más allá de este proyecto.
“Me parece que es interesante poder pensar que la pareja no depende solamente de tener un hijo. La pareja puede proyectar un objetivo tan importante como tener un hijo y puede lograrlo o no, pero no necesariamente la suerte está atada a si se consigue. Tendrán el desafío de reinventar el vínculo, de pensar otros proyectos, de reinventar la relación y ahí tendrán trabajo los dos y es importante que los dos se comprometan a hacerlo”.
Estrés, ansiedad y la fertilidad
Que el estrés pueda afectar directamente a la fertilidad es una de las conclusiones de un estudio publicado en Human Reproduction en 2014. Los investigadores hicieron un seguimiento a 501 parejas que querían quedarse embarazadas. Descubrieron que las mujeres con altos niveles de cortisol eran un 30% menos propensas a concebir.
Además, no sólo los embarazos naturales se ven afectados. El estrés también afecta en los tratamientos de infertilidad. Los expertos han determinado que las mujeres con altos niveles de estrés tienen un 20% menos de probabilidades de conseguir un embarazo con reproducción asistida.
Algunas terapias y tratamientos que consiguen reducir el estrés y aumentar las posibilidades de quedarse embarazada son: meditación, yoga, pilates, natación, masajes o caminar.
Girona explica que además es muy frecuente encontrarse con mujeres con ansiedad al no poder quedarse embarazadas. “De hecho, existen muchas mujeres que inician una búsqueda de un embarazo sin lograrlo y que, al cabo de un tiempo, deciden adoptar y después de un tiempo consiguen quedarse embarazadas”.
Según el psicólogo, si te das cuenta de que estás en un proceso de búsqueda y estás muy ansiosa, verás que la ansiedad suele relacionarse con un pronóstico negativo. Si te das cuenta de estar transitando esta situación que afecta en un proyecto tan importante como es la maternidad, lo ideal es hacer un tratamiento específico, que suele ser la terapia cognitiva conductual. Es un tratamiento adecuado para cualquier tipo de síntomas relacionado con la ansiedad.
Acude al ginecólogo
Antes de quedarte embarazada o empezar a intentarlo es bueno prepararse físicamente para esta nueva etapa. Por ello es importante acudir al ginecólogo antes de concebir: es importante que sepas si tu cuerpo está en óptimas condiciones para el embarazo.
Después de un tiempo de intentar la concepción sin éxito, lo mejor puede ser visitar de nuevo al médico. Es bueno acudir al ginecólogo después de seis meses intentándolo.
Si superas los 35 años, puede ser importante que te sometas a estudios de fertilidad. A medida que aumenta la edad, disminuye la probabilidad del embarazo.
Además, hay que tener en cuenta otras alternativas. Quizá, la ansiedad te haya cegado ante otras oportunidades. Piensa con tu pareja en otras opciones como la adopción.
En el caso de que la mujer sea infertil el trabajo que se requerirá en pareja será aún mayor. “La pareja en un proyecto tan importante como este, con una idea preconcebida y una idea clásica de: nos ponemos a buscar un hijo y los dos vamos a ser los padres de esos hijos”.
En todo caso, frente a esa dificultad aparece un replanteo de la lógica inicial y un replanteo de la lógica clásica que a veces puede ser muy traumático para los integrantes de la relación.
“En este caso también se aconseja que empiecen una terapia, que será una terapia más de pareja. No porque exista un conflicto, sino porque existe un desafío que tienen que afrontar juntos y tiene que resignificar la búsqueda de ese hijo porque va a tener características distintas”.