Montaje.

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Salud y Bienestar

Este es el método infalible de las famosas en España para comer sano y no engordar después de vacaciones

La alimentación consciente, por su traducción en español, es el secreto de mujeres como Sara Carbonero para llevar una vida saludable.

12 septiembre, 2024 16:28

Llevar una dieta saludable es complicado; sin embargo, en verano se hace directamente una tarea imposible. A pesar de que el calor reduzca el apetito, estar de vacaciones muchas veces es sinónimo de excesos: se incrementa el consumo de comida rápida, bebidas alcohólicas y horarios descontrolados, que en conjunto dan como resultado unos kilos de más que tratamos de eliminar en las Navidades.

Sin embargo, la etapa navideña tampoco es el mejor momento para perder peso. Por ese motivo, cada vez más personas comienzan a adoptar técnicas 'preventivas' para no coger esos kilos que meses después vamos a querer eliminar. La última que ha ganado especial popularidad en España es el mindful eating.

Además de ser una técnica efectiva, consciente y que se puede prolongar en el tiempo, su popularidad se da por ser el método que siguen famosas como Sara Carbonero. La presentadora ha explicado en alguna otra ocasión que intenta practicar el mindful eating para 'aprender a comer' desde cero.

En qué consiste el 'mindful eating'

El mindful eating, o alimentación consciente, es un enfoque que promueve una relación más saludable y equilibrada con la comida, centrándose en la plena atención durante el acto de comer. El enfoque se basa en principios de mindfulness, una práctica que se ha vuelto muy popular en España para reducir el estrés.

En el contexto de la alimentación, el mindful eating significa prestar atención a las señales físicas y emocionales relacionadas con el hambre, la saciedad y el disfrute de los alimentos. Todo ello implica, especialmente, desacelerar el proceso de comer para ser más consciente de cada bocado.

Esto incluye prestar atención a la apariencia, el aroma, la textura y el sabor de los alimentos, así como a las sensaciones físicas de hambre y, sobre todo, a la saciedad que experimenta el cuerpo. Al hacerlo, se fomenta una mayor conexión con los alimentos, lo que puede llevar a una mayor satisfacción y a una menor tendencia a comer en exceso.

Una de las formas en que el mindful eating puede ayudar a comer sano y adelgazar es a través de la reducción del consumo impulsivo de alimentos. Al estar más sintonizado con las señales de hambre, es menos probable que comamos por razones emocionales, como el estrés, el aburrimiento o la ansiedad, y más probable que se coma únicamente cuando el cuerpo realmente necesita nutrirse.

Esto puede llevar a una reducción en la ingesta calórica general, ya que se evitan los excesos que a menudo resultan de comer de manera automática o sin pensar. De hecho, esta capacidad de saber parar a tiempo llevan años poniéndola en práctica los japoneses, con su regla del 80%.

Otro aspecto importante del mindful eating es la elección consciente de alimentos saludables. Al estar más presentes en el proceso de selección y consumo de alimentos, es más probable que se elijan opciones que realmente nutran el cuerpo y aporten beneficios a largo plazo, en lugar de optar por alimentos altamente procesados o ricos en azúcares y grasas no saludables. 

Cómo practicar el 'mindful eating'

Hay muchas formas de practicar mindful eating, así como hay quienes siguen más pasos que otros. Lo ideal siempre es estar presente y saber qué vamos a comer, así como aquello que vamos a poner en el plato. Diferentes expertos también recomiendan elegir un entorno tranquilo, libre de distracciones como la televisión, teléfonos o cualquier otro dispositivo que pueda desviar la atención. 

Al comenzar a comer, es importante hacerlo lentamente. Esto significa tomar pequeños bocados y masticar despacio. Cuando comemos muy deprisa, no dejamos tiempo suficiente para que las señales de saciedad de nuestro sistema digestivo le digan al cerebro que ya estamos saciados.

Si comemos muy deprisa, probablemente comeremos más cantidad de la que necesitamos. No por gula, sino porque no permitimos que nuestro cuerpo registre que no necesita más. Una forma de conseguirlo es con pausas frecuentes, que pueden ser dejar los utensilios en la mesa o simplemente parar a pensar.

La atención plena también se extiende a las emociones y pensamientos que puedan surgir durante la comida. Es común que aparezcan impulsos de comer más rápido o de querer terminar el plato rápidamente.