Grela Bravo posa con su nuevo libro, 'Toda la vida es hoy'.

Grela Bravo posa con su nuevo libro, 'Toda la vida es hoy'.

Salud y Bienestar

La psicóloga Grela Bravo y su técnica de los 5 tiempos para lograr el bienestar: "Lo de 'querer es poder' es naíf"

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La búsqueda de la felicidad o, al menos, de un estado placentero a nivel emocional es casi como la búsqueda del Santo Grial en Indiana Jones y la última cruzada, a veces plagada de obstáculos y dificultades. Y, sin embargo, es algo que todos anhelamos. Enfoques hay muchos y casi tantas teorías como profesionales. Pero… ¿y si te dijera que la manera en la que gestionas el tiempo tiene mucho que ver con el bienestar que pretendes alcanzar? Tan sencillo o tan difícil como eso.

En Magas nos citamos con la psicóloga Grela Bravo, que acaba de publicar Toda la vida es hoy, donde elabora la teoría de los cinco tiempos. Separar la rutina en parcelas y sacarle provecho a todas ellas para lograr un equilibrio es la clave. El título del libro es un guiño a un poema de Machado y el mensaje que pretende trasmitir a primer golpe de vista es "cada día empieza la vida otra vez. Cada día es el presente". 

"Somos la cultura de la voracidad, el destello, el filtro, el ruido, lo desechable, la cantidad, la velocidad… el no-tiempo. ¿Aún nos preguntamos por qué somos una de las sociedades más medicalizadas? ¿Y si muchos de lo que entendemos como trastornos desadaptativos (ansiedad, estrés, etcétera…) fueran en realidad respuestas saludables de un organismo pidiendo a gritos ser atendido de otro modo? No solo por el sujeto que lo 'transporta' sino por la estructura que lo sostiene; la sociedad. A propósito de salud mental, ¿y si hablamos de sociedades enfermas?", este párrafo de su libro da buena cuenta de la vorágine en la que vivimos.

La psicóloga tiene una dilatada carrera profesional.

La psicóloga tiene una dilatada carrera profesional. Cedida

Grela habla pausadamente, con asertividad y total sinceridad. Lanza una clara advertencia: "No creo en las recetas, ni las fórmulas mágicas". Pero su método funciona y muchas lectoras así se lo están trasmitiendo. Ahondemos un poco en la técnica de esta psicóloga clínica, mediadora social e intercultural y cofundadora de la Plataforma Mujer y Dolor, que fomenta la sensibilización social y el estudio en áreas como la enfermedad femenina, la violencia y el género.

Dices que cada día empieza la vida, pero… ¿Eso quiere decir que no hemos de pensar en el futuro?

Vivimos en una cultura que está demasiado proyectada en el futuro. Estamos constantemente agendando cosas, en una carrera hacia adelante muy loca. Obviamente, tenemos que organizar y contar con una previsión, pero se nos ha ido un poco de las manos. Miramos excesivamente hacia adelante y se nos ha olvidado el momento de ahora. Y esto afecta mucho a la salud mental, a la salud emocional, causando trastornos de ansiedad, estrés, etc.

"Cualquiera puede crear contenido y opinar de salud mental en las redes y eso es peligroso, porque se genera opinión"

En efecto, estar pensando en el futuro y quererlo planificar todo acaba causando ansiedad y también muchos miedos…

Al final, el planificar requiere tener la necesidad de control, de previsión. Pero en esos acontecimientos que planificas hay cosas que no dependen de ti y, si fallan, pueden producirte frustración. Cuando intentas venir más al presente no tienes esa necesidad de control, te dejas llevar y aceptas un poco la impredecibilidad.

Reflexiono en el libro sobre esto, pero no desde un punto de vista naíf, con el mensaje con el que tanto nos machacan en redes y en la narrativa general de 'querer es poder', de que todo depende de ti. Añadirle al individuo todo ese peso de la actitud también es poco realista, incluso irresponsable, aunque esté soterrado sobre un discurso de empoderamiento. Pero es que no es verdad, no todo depende de ti, hay un montón de variables que no puedes controlar. Tenemos que entender eso y darnos ese permiso. Intentarlo está muy bien, pero es muy adulto aceptar que no todo depende de ti.

Es verdad que la salud mental ahora se visibiliza mucho más, pero también han surgido infinidad de coaches y supuesto expertos en gestión emocional con fórmulas mágicas a través de las redes. Incluso famosos reconvertidos en terapeutas. Personalmente, me parece muy peligroso…

Es cierto que se está visibilizando, pero ¿cómo se está haciendo? Yo creo que se está banalizando, porque la inmediatez del click no permite profundizar en los temas. Cualquiera puede colgar contenido y opinar de salud mental en las redes, que es lícito, pero a veces encuentras gente que tiene una gran comunidad de seguidores diciendo unas cosas que te llevas las manos a la cabeza. Es peligroso y a veces da bastante vértigo, porque generas opinión.  

Cuando se pase este boom de hablar de salud mental, si me permites la expresión, quedará lo riguroso. Detrás del ruido, tienen que quedar los profesionales formados y las terapias de verdad, con rigor.

El hecho de que la sanidad pública no preste el servicio necesario de la atención psicológica, con unas listas de espera interminables, hace también que la gente recurra a estos gurús…

La salud mental es un tema de agenda política, es un tema grave que hay que tomarse en serio. No solo hablar de ello en el Día Mundial, etc. Hay mucho oportunismo, mucho populismo y eso me preocupa.

Volviendo a tu libro, enfocar el bienestar con el tiempo me parece un enfoque original. Explícanos qué es la teoría de los cinco tiempos.

Primero recalcar, porque quiero ser rigurosa, que no se trata una teoría per se en el sentido estrictamente científico. Pero en mi observación y recogida de datos sí he constatado que el uso que hacemos del tiempo era algo común en las personas que referían problemas. Entonces, empecé a ver qué esferas de nuestra vida serían imprescindibles para encontrar un equilibro necesario y que haya unos mínimos de
bienestar emocional.

De ahí salieron estos cinco espacios: el profesional, el social, el personal, el familiar y el íntimo. Cada persona debe identificar los suyos y definirlos. No son cajones estáticos. El más fácil de identificar es el primero, aunque quiero insistir en que no es solo el espacio laboral, sino aquel tiempo mental y emocional que dedicamos a todo lo que tiene que ver con nuestra carrera profesional. Vivimos en una cultura en la que nuestra identidad está muy pegada al rol profesional, como un apellido. Está bien visto decir que no tenemos tiempo, da caché.

El social es todo aquello que supone una pertenencia al grupo, ese tipo de relaciones sociales que son tan importantes para nuestro desarrollo emocional en este ámbito.

Entiendo que ese tipo de relaciones son distintas a las del espacio personal y familiar…

En efecto, en el lado personal son otro tipo de vínculos afectivos más estrechos, más significativos y más reducido. Y el familiar, es controvertido porque cada uno define qué es familia, y no debe confundirse con lo doméstico. La vida familiar no es la doméstica, me refiero a tiempo de calidad emocional en familia y vínculos familiares fuertes.

"La generación joven consume a una velocidad increíble, el cerebro fija imágenes, pero sin capacidad de elaborar un pensamiento crítico"

¿Y el íntimo?

Ese es el más descuidado y a mucha gente le cuesta diferenciarlo del personal, lo que me sorprende bastante. El íntimo es el único que no es compartido, porque es con uno mismo, y es muy importante. 

Una vez reconocidos, ¿cuál es la conclusión de la técnica?

Para que haya esa salud emocional hay que atender estos cinco tiempos logrando un cierto equilibrio, sino es cada día, sí a lo largo de la semana. En ese tiempo, tienes que sentir de algún modo que todos estos espacios están atendidos de una manera razonable.

Ojo porque como el tiempo profesional nos ocupa mucho, solemos solaparlo o vincularlo con el social y personal. No pasa nada, pero es mejor separarlos en la medida de lo posible para un mejor estado emocional. Mezclarlos puede producir estrés y ansiedad. Si todo el mundo atendiera esta manera de usar el tiempo, se produciría un cambio social. ¡Qué fácil sería cuidarnos todos si todos nos cuidáramos!

Como psicóloga clínica atiendes diferentes problemas en tu consulta. ¿Cuál es el problema ahora más recurrente?

El gran problema son los jóvenes con todo el tema de las redes. Están muy polarizados, se las ha desprovisto de pensamiento crítico, para ellos no hay matices en las cosas… Son una generación de titulares, sin contenido. Son carne de cañón para todo, de ahí que surjan mucho los extremos. Consumen a una velocidad increíble, el cerebro fija imágenes, pero sin capacidad de elaborar un pensamiento crítico.

¿Por qué la gente debería leer tu libro?

Este libro es como las matrioshkas, hay muchos libros dentro del libro. Mucha gente que lo ha leído ha entendido el mensaje y ha decidido hacer un reset en su vida, con su tiempo. Es como ordenar un armario o hacer la maleta para que tengas más espacio en tu viaje. Al final la que te beneficias eres tú.

La ansiedad es una enfermedad social, no tuya, hay que ver de dónde viene, al igual que el miedo, que a veces te viene un poco dado. No se trata de tomárselo como una tarea, sino como un facilitador para poder mirar hacia dentro. Es preguntarte al final del día: qué cosas me hubiera gustado hacer y no he hecho; plantearse por qué haces tantas cosas que no te gustan y no haces tantas que te gustan.