Boticaria García advierte sobre el consumo excesivo de azúcar y su efecto en el organismo

Boticaria García advierte sobre el consumo excesivo de azúcar y su efecto en el organismo Esteban Palazuelos

Salud y Bienestar

Boticaria García advierte sobre el consumo excesivo de azúcar: "Puede desencadenar el caos en el organismo"

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La respuesta que nadie quiere oír después de la abundancia de dulce ingerido en Navidad es "sí, el azúcar se puede convertir en grasa". Como todo en exceso, consumir esta en demasía tendrá efectos negativos sobre nuestro organismo que van más allá de un pico de glucosa puntual o un dolor de cabeza por la sobrecarga de dulce.

Boticaria García tiene una explicación fácil para entender qué pasa en el organismo: "Cuando comemos más azúcar del que podemos gastar, tenemos un exceso de glucosa en sangre". Todo el excedente se almacena y cuando la "despensa" también se desborda, comienza el proceso de lipogénesis. "La glucosa se convierte en grasa en el hígado", confirma la nutricionista. 

¿Podemos prescindir del azúcar? ¿Cuáles son los efectos a largo plazo de tal exceso? ¿Se puede revertir? Esto cuenta Boticaria García. 

Por qué necesitamos azúcar

El azúcar es la manera común de denominar a la sacarosa. Es un disacárido, que está hecho de 2 monosacáridos más simples: la glucosa y la fructosa. Y su principal función en el organismo es proporcionar energía a las células. Es el combustible para que nuestros órganos funcionen. El cerebro y los músculos dependen de ella, pero no por eso su consumo ha de ser desmedido. 

De hecho, no limitar la cantidad que ingerimos de esta podría darnos más problemas que alegrías en la salud a largo plazo. En especial, si el principal aporte de azúcar en nuestra dieta proviene de refinados, miel o refrescos.

Los hidratos de carbono complejos deberían ser la base del aporte de glucosa que necesita nuestro organismo, ya que se absorben lentamente y contienen fibra. Frijoles, lentejas, cereales y frutas con cáscara serán aliados

En cuanto al consumo de los azúcares simples y refinados, si bien tiene algunos beneficios como son el placer palatable, una mejora en el ánimo y una fuente rápida de energía que ayudará a la recuperación tras actividades físicas muy intensas. Su ingesta debe ser limitada y comedida. 

Efectos negativos de la glucosa

Como adelantaba Boticaria García, un exceso de glucosa en sangre provocará lo que se conoce como lipogénesis convirtiendo el excedente de dicha glucosa en grasa que se acumulará en el hígado y en los adipocitos. 

Estas células grasas van a ir creciendo en número y en tamaño, y si no ponemos freno, "los adipocitos petarán" en palabras de Boticaria. Cuando los adipocitos no pueden más, se estresan y "puede desencadenarse el caos en el organismo".

Boticaria García habla sobre la nutrición

Boticaria García habla sobre la nutrición Esteban Palazuelos

Ante la saturación de los adipocitos, se genera una "asfixia celular". Estas células grasas están tan espachurradas entre sí que necesitan pedir ayuda liberando moléculas inflamatorias como señal de auxilio "para que el sistema inmunitario venga a poner orden" confirma la nutricionista.

Pero entonces, la solución parece aún peor, pues se generan y liberan radicales libres, y esto es lo que conocemos como inflamación. De ahí que, el exceso de azúcar ocasione este estado inflamatorio y, por tanto, la ganancia de grasa. 

Revertir la inflamación

Si bien la inflamación crónica viene provocada y agudizada por varios factores, y no solo por el exceso de glucosa en sangre, revertir este condicionante nos permitirá mejorar nuestra salud de manera notable.

Lo primero a tener en cuenta es que no debemos pecar de obtusas y confundir el azúcar agregado a los alimentos con el naturalmente presente. La fructosa de las frutas o la lactosa de la leche y derivados lácteos no son nuestros enemigos. Estos se acompañan de proteínas y fibra haciendo que se absorba de manera paulatina, evitando los picos de azúcar en sangre. 

Lo segundo es que, por consiguiente, debemos evitar el consumo de alimentos y bebidas procesadas como: azúcar de mesa, sacarosa, azúcar de maíz… Productos altos en azúcar y bajos en fibra que eleva la insulina en sangre, generando picos de glucosa y despertando el hambre una y otra vez. 

Lo tercero que debemos considerar es aumentar nuestra actividad física. Hacer ejercicio va a requerir de un mayor consumo energético, por lo que estaremos "gastando" los depósitos de glucosa, impidiendo así que se acumule en exceso. 

Un cambio de hábitos y un estilo de vida consciente y saludable es, en definitiva, el antídoto a la acumulación del exceso de glucosa en sangre que acaba produciendo inflamación y ganancia de grasa en el organismo.