Más de 20 personas han muerto este sábado y otras 37 han resultado heridas en un bombardeo de la aviación de Estados Unidos sobre el hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, al norte de Afganistán. Las fuerzas aéreas norteamericanas comenzaron el ataque a las 20:40 (hora peninsular) y duró más de una hora. El bombardeo se produjo únicamente sobre el edificio principal que acoge la unidad de cuidados intensivos, las salas de urgencias y el ala de fisioterapia.
MSF ha asegurado que el ataque se repitió cada 15 minutos. "Las bombas impactaban y después se podía escuchar al avión haciendo círculos", ha explicado el responsable de Programas de MSF en el norte de Afganistán, Heman Nagarathnam.
Según el servicio militar estadounidense, el objetivo del ataque era un grupo de supuestos milicianos heridos que estaban siendo atendidos en el hospital. El director de Sanidad Pública de Kunduz, Saad Mujtar, ha afirmado que los talibán engañaron al Gobierno afgano al asegurarle que el hospital estaba tratando a sus heridos en los últimos combates.
Médicos Sin Fronteras ha pedido todos los datos del bombardeo y una investigación independiente de lo ocurrido. "Este ataque supone una horrenda y grave violación del Derecho Internacional Humanitario. Exigimos una total transparencia de las fuerzas de la coalición. No podemos aceptar que esta terrible pérdida de vidas simplemente sea desdeñada como un 'daño colateral'", ha afirmado la presidenta de MSF, Meinie Nicolai.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, se ha sumado a las exigencias de MSF y también ha pedido que se investiguen los hechos. Hussein ha denunciado el carácter "posiblemente criminal" del bombardeo y ha calificado el ataque aéreo de "trágico, inexcusable e, incluso, posiblemente criminal".
El incidente podría renovar las preocupaciones por el uso de la fuerza aérea de Estados Unidos en Afganistán, un tema controvertido en la guerra más larga de los Estados Unidos. El secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, confirmó tras el bombardeo que hay una investigación abierta para intentar aclarar lo ocurrido y el jefe de las fuerzas de EEUU en Afganistán, John Campbell, ha enviado sus condolencias al presidente del país, Ashraf Ghani.
Tras el ataque, el equipo de MSF improvisó un quirófano en una de las estancias que no había sido dañada e intentaron salvar la vida a los heridos. Algunos de los más graves fueron trasladados al hospital de Puli Jumri, a dos horas de distancia por carretera.