En el vídeo grabado en un teléfono móvil, de menos de un minuto de duración, se ve al agente de policía hablar con una estudiante sentada en su pupitre en medio de clase y, al no recibir respuesta, arrojarla violentamente y arrastrarla por el suelo.
El suceso tuvo lugar en el instituto Spring Valley de Columbia (Carolina del Sur), el mismo estado que saltó a los titulares en abril después de que el afroamericano Walter Scott falleciese al recibir ocho disparos en la espalda por parte de un policía. El agente aseguró que Scott le había amenazado, pero de nuevo un video grabado en móvil reveló que solamente intentaba huir.
El vídeo del instituto ha sido compartido masivamente en las redes sociales y ha desatado una oleada de críticas, desde la Asociación de Padres Negros hasta la Unión de Libertades Civiles Americanas de Carolina del Sur.
El departamento de Policía del condado de Richland, donde se encuentra el instituto, se ha visto obligado a realizar una rueda de prensa extraordinaria. El portavoz de las fuerzas de seguridad Curtis Wilson identificó al agente implicado como Ben Fields y destinado a la seguridad del instituto.
Fields ha sido temporalmente suspendido de empleo mientras se lleva a cabo una investigación interna.
Según la versión de la Policía y de varios testigos, el profesor había ordenado a la chica que abandonase la clase y se personase en la oficina del instituto dedicada a tratar con los problemas de disciplina, a lo que la adolescente se negó.
Entonces el profesor llamó a Fields, quien entró en clase y trató de convencer a la chica, pero al seguir ésta resistiéndose, le indicó que estaba arrestada, lo que tampoco la convenció para que abandonase la clase.
Fue entonces cuando el agente arrojó a la chica y el pupitre en el que se sentaba al suelo y la arrastró hasta cerca de donde se encontraba el profesor.
El “efecto Youtube”
Desde la muerte de Michael Brown en agosto del año pasado en Ferguson (Misuri) a manos de un agente, la comunidad negra y los cuerpos de Policía local en EEUU mantienen una tensa relación, que cada cierto tiempo, y especialmente si hay imágenes de por medio, desata una polémica a nivel nacional.
La Unión de Libertades Americanas ha desarrollado incluso aplicaciones para que cualquiera que grabe un abuso policial lo pueda subir a la red rápidamente, una medida que consideran que poner freno a la extralimitación de la fuerza y obliga a los agentes a responder por crímenes que de otro modo quedarían impunes.
Por su parte, según recogía el Washington Post a comienzos de octubre, los jefes de Policía de ciudades como Chicago, Nueva York o Baltimore han deplorado este escrutinio constante que hace a los policías menos efectivos en la lucha contra el crimen. Rahm Emanuel, alcalde de Chicago, llegó a afirmar que los agentes temen ahora protagonizar un escándalo en la red y que su carrera acabe prematuramente.
Jim Bueermann, presidente de la ONG Police Foundation, considera que estos vídeos ciudadanos tienen el problema de que “no muestran todo el contexto” y llegan a los mandos policiales incluso antes de que el agente pueda presentar su informe a sus superiores, contaminado así el proceso. Es por eso que defiende que los agentes lleven cámaras corporales que graben también su punto de vista.
Por otra parte, Bueermann niega en una conversación con BBC Mundo que el “efecto Youtube” esté haciendo a la Policía menos efectiva en la lucha contra el crimen. “No existe ningún estudio que respalde esta idea”, afirma.