“¿Qué tal si hablamos de asuntos sustantivos que importan a la gente?”, espetó este miércoles el senador por Florida Marco Rubio en el último debate entre candidatos republicanos a la Casa Blanca.
Rubio fue la gran sorpresa de la noche. Se enzarzó en una batalla con su antiguo mentor, el exgobernador de Florida Jeb Bush, y salió victorioso. Mientras, los líderes en las encuestas de las primarias del partido republicano, el multimillonario Donald Trump y el neurocirujano Ben Carson, no protagonizaron la velada.
Muchos dicen que éste es el momento de Rubio. Estas son las razones por las que puede convertirse en el elegido del partido republicano para luchar por la Casa Blanca.
1. La tendencia de las encuestas
Aunque todavía es temprano, Rubio va tercero en las encuestas para lograr ser candidato por detrás del magnate inmobiliario Trump y Ben Carson, según los últimos promedios de RealClearPolitics. Es una posición ventajosa considerando que hay 14 aspirantes republicanos y que ha conseguido superar a su principal competidor por recursos y votantes, que es Bush. La tendencia es lo que está observando su campaña.
2. Es joven, pero tiene experiencia
Aunque Rubio, de 44, ha tardado en despuntar en la carrera presidencial, su trayectoria política es larga. Entró como diputado en la Cámara de Representantes del estado de Florida con el nuevo milenio y ocupó el cargo de líder. Desembarcó en Washington en 2010 para representar a su estado en el Senado federal, un "club de élite" de 100 miembros.
Rubio se presenta como un político de la nueva escuela y a la vez serio, en contraste a la vez con el excéntrico Trump y con Bush, que procede de una larga saga política y tiene 62 años. Al mismo tiempo tiene experiencia como legislador, cosa de la que Carson y Trump carecen. Esto convierte a Bush en su rival directo, que por ahora ha podido dejar atrás.
3. Tiene dinero y sabe usarlo
Rubio ha logrado la tercera posición de manera eficiente. Es el cuarto que más dinero ha recaudado entre los republicanos favoritos a ocupar el despacho presidencial. Un total de casi 33 millones de dólares al sumar las donaciones recibidas por su campaña y el dinero recaudado por Super PAC, grupos independientes que pueden gastarse cantidades ilimitadas de dólares para apoyar a un candidato siempre que no se coordinen con la campaña oficial de éste.
Por el contrario, Jeb Bush ha sido el que más ha recaudado entre los candidatos republicanos favoritos, cerca de 130 millones de dólares, y no supera la cuarta posición en las encuestas.
Casi todo el dinero de Bush, unos 103 millones, procede de grupos externos, lo que puede desprestigiar su candidatura. Muchos estadounidenses tienen una visión negativa de estos grupos, porque entienden que son un instrumento para que el poder económico pueda influenciar las elecciones y colocar a sus candidatos en el poder. Una encuesta realizada este verano por The New York Times/CBS News mostraba que el 87% de los ciudadanos quiere reformar el sistema de financiación de campañas. En el caso de Rubio, poco más de la mitad de su dinero procede de grupos externos, unos 17 millones.
Por otro lado, Rubio sólo se ha gastado unos nueve millones de su dinero, entre los gastos de su campaña y los de los grupos independientes que apoyan su candidatura. Bush, sin embargo, se ha gastado más del doble, casi 20 millones de dólares, y los resultados no han sido muy fructíferos.
Entre los principales donantes a la campaña de Rubio, están personas vinculadas a empresas del sector bancario, el inmobiliario o la sanidad.
4. Puede conquistar el voto latino
Natural de Miami e hijo de inmigrantes cubanos, Rubio es uno de los 32 miembros del Congreso con raíces hispanas y, junto con el senador por Texas Ted Cruz, es el único candidato latino a representar al partido republicano en las elecciones presidenciales del año que viene.
Un 17% de la población de EEUU es de origen hispano, según estimaciones del Censo federal.
5. Es lo suficientemente conservador
Rubio abandera las principales causas conservadoras. Le gustan las armas, se opone al aborto y quiere bajar los impuestos y recortar el gasto de la administración pública. Se ha enfrentado a la reforma sanitaria del presidente Barack Obama. Lo único que puede no gustar a las bases republicanas es su historial en materia de inmigración. Aunque sus posturas han cambiado a lo largo del tiempo, Rubio ha defendido en diversas ocasiones los derechos de los inmigrantes e intentó pilotar una reforma migratoria que fracasó por la oposición del ala más conservadora de su propio partido.