Francia sufrió el pasado viernes el peor ataque terrorista de su historia, cuando ocho yihadistas actuaron de forma coordinada en seis puntos distintos de la capital y segaron la vida de al menos 129 personas. El ataque parece fruto de la locura religiosa, pero denota también fallos en el dispositivo de seguridad galo que ha permitido a un comando formado en los campos de entrenamiento del DAESH en Siria atacar con granadas y fusiles de asalto en territorio de la Unión Europea. Estas son las principales claves para explicar la planificación de la masacre.
1) La Cumbre del Clima de Naciones Unidas
El atentado se produce ocho horas después de que Francia active el protocolo de seguridad para celebrar la cumbre mundial contra el cambio climático organizada por Naciones Unidas. Pese a que la reunión de los principales líderes mundiales está prevista para el próximo 30 de noviembre, el gobierno galo movilizó a 30.000 policías desde primera hora de la mañana para controlar sus fronteras y preparar los dispositivos especiales de vigilancia.
Los cuerpos y fuerzas de seguridad galos trabajan con la hipótesis de que los terroristas suicidas entraron en el país con suficiente antelación para no ser detectados por este dispositivo. Los agentes localizaron un pasaporte sirio junto a uno de los terroristas fallecidos y han logrado identificar a un segundo integrante del comando; un ciudadano galo residente en la periferia de París y que según la prensa local estaba fichado ya por vínculos yihadistas. Este sábado, los investigadores de la Policía Científica francesa analizaban el coche utilizado por los atacantes en busca de huellas que faciliten la identidad del resto del comando.
2) Meses de preparación
Para los expertos en la lucha contra el terrorismo, un atentado de estas características, con seis puntos de ataque distintos y objetivos diseminados por varias zonas de París, implica una importante planificación previa. El pasado 11 de agosto las autoridades galas detuvieron a un ciudadano sirio llamado Rade Hame ante la sospecha de que planeaba atentados terroristas en el país. La información llegó tras la detención en Varsovia de un supuesto yihadista reclamado por España. En su interrogatorio, el presunto terrorista alertó de que su compañero tenía orden de atentar contra una sala de conciertos en París. El detenido en suelo galo había conseguido pasar hasta ese momento bajo el radar de la policía francesa.
Hace una semana, las autoridades de Baviera (Alemania) detuvieron a un ciudadano montenegrino de 51 años con el coche cargado de armamentos y explosivos. Entre los fusiles encontrados se hallaron varios Kalashnikov como los utilizados el pasado viernes. La ruta en la que fue detenido es una de las más habituales para unir el país centroeuropeo con Francia. Pero eso, los investigadores consideran que el envío de armamento estaba destinado al comando desplazado en París.
De hecho, las armas utilizadas en los ataques (fusiles de asalto de fabricación rusa) no son las más aptas ni las más sencillas de conseguir en suelo europeo. Los agentes intentan descifrar ahora la red de colaboradores del comando siguiendo la ruta de las armas. Como suministradores, los agentes barajan tanto el mercado negro de la mafia marsellesa, que copa el mercado negro de armamento para la delincuencia común en suelo galo, como los arsenales de grupos mafiosos de Europa del Este, más propensos a este tipo de armamento.
3) La hora del partido
Los terroristas eligieron un día y una hora clave para lanzar su ataque. Primero porque el impacto mediático de los atentados sería mucho mayor con todas las cámaras centradas en un campo como el de Saint-Denís. Y segundo porque con la selección francesa en el terreno de juego, era mucho más probable que los agentes de la policía gala, los servicios de emergencia y los responsables de los servicios sanitarios estuvieran también entretenidos viendo el partido, aumentando así su tiempo de respuesta. Es por esto que fechas señaladas como la Nochebuena o los partidos de fútbol más disputados son momentos especialmente sensibles para la seguridad en nuestro país. De hecho, en mayo de 2002, la banda terrorista ETA intentó sembrar el caos cuatro horas antes de un partido entre el Real Madrid y el Barcelona con la colocación de un coche bomba.
A primera hora de la mañana, fue el hotel de la selección alemana en París el que recibió una primera amenaza de bomba. Eran las 14.00 horas. Tras la confirmación de los atentados, la selección alemana prefirió pasar la noche en el estadio hasta la hora de salida de su vuelo
4) Una reivindicación con datos certeros
Poco tiempo después de los ataques, el Estado Islámico hizo pública su reivindicación sobre los atentados. En ella, daba datos certeros sobre el número de participantes en los ataques y sobre el tipo de armamento utilizado. Datos que hacen pensar una vez más que el comando actuó de una forma perfectamente coordinada en una operación planificada a miles de kilómetros de París. “Ocho hermanos que llevaban cinturones de explosivos y fusiles de asalto se han dirigido a lugares elegidos de forma minuciosa por adelantado en el corazón de la capital francesa”, rezaba el comunicado, que amenazaba además al resto de países occidentales si seguían mostrando una oposición armada al DAESH en suelo sirio.
5) 1.774 personas vinculadas al DAESH
Los cuerpos y fuerzas de seguridad galas tienen censados diez veces más musulmanes radicales que en España. En total, en sus bases de datos contabilizan 1.775 personas sospechosas de tener vínculos con la organización terrorista y 557 ciudadanos franceses desplazados desde suelo galo a Siria para recibir instrucción y enrolarse en las filas del autodenominado Estado Islámico.
Las cifras suponen un ingente trabajo de inteligencia, pensado como sistema de alerta temprana para prevenir atentados. En estas investigaciones de inteligencia participan también el resto de los cuerpos policiales europeos, en previsión de que retornados franceses puedan atentar de la misma forma en cualquier otro país del territorio comunitario. En un caso contrario, el terrorista que atentó en enero contra un supermercado judío también en la capital francesa utilizó Barajas como punto de entrada en la UE, para desplazarse después hasta París.
6) En busca del piso franco
Es impensable la planificación de atentados de este tipo sin una mínima infraestructura en suelo galo. ¿Dónde montaron los terroristas los cinturones bomba para el primer atentado con terroristas suicidas en suelo europeo ? ¿Cómo consiguieron los explosivos y dónde los almacenaron? ¿Dónde se ocultaron los miembros del comando desde que llegaron a Francia con instrucciones de atacar hasta que tomaron la determinación de hacerlo?
Los agentes se encuentran ahora en la primera fase de esta compleja labor de investigación: la de identificar sin género de duda a los autores. Con esa información sobre la mesa, tratarán de desgranar su red completa de colaboradores. Por eso, la policía gala mantiene el control sobre sus fronteras (pese a que permanecen abiertas para el paso de personas) y la presencia policial en las calles.
7) La capital de “las abominaciones y la perversión”
Fracia es un objetivo preferente de los terroristas del DAESH desde que abanderara en 2011 la intervención militar de Naciones Unidas en Libia, que terminó con el derrocamiento del dictador Muammar Gaddafi. Desde entonces, Francia ha sufrido seis atentados de corte islamista: la muerte de tres militares y el asalto a una escuela judía en 2012, el atentado contra el semanario Charlie Hebdo, un ataque con cuchillo a tres militares en Niza, el ataque a una empresa gasística en Lyon y el ataque en un tren de la periferia del país, a manos de un joven armado.
Las amenazas del DAESH en su reivindicación del pasado sábado señalan también a los aliados galos: “Que sepa Francia y los que van en su camino que van a estar a la cabeza de los objetivos del Estado Islámico y que el olor a muerte no va a abandonar sus narices mientras que lideren la campaña cruzada”.