El presidente francés, François Hollande, y su primer ministro, Manuel Valls, pasan por momentos revueltos entre las filas socialistas. A la sonada dimisión de la ministra de Justicia por rechazar las reformas en materia antiterrorista, se suma este miércoles un reproche en forma de carta abierta firmada por destacados miembros del partido e intelectuales publicada en el diario Le Monde. La lidera Martine Aubry, uno de los pesos pesados del partido y "enemiga histórica" de Hollande: otrora secretaria general del Partido Socialista francés, candidata en las primarias de 2011, ex número dos del Gobierno de Lionel Jospin y actual alcaldesa de Lille.
"Ya es suficiente", advierte el escrito que es la comidilla de las redes sociales (Martine Aubry es tendencia en Twitter) y objeto de comentario en los medios franceses. Exige un cambio radical para volver a una política de izquierdas. No han sentado nada bien las iniciativas del Gobierno para retirar la nacionalidad a los binacionales que se demuestren culpables de terrorismo ni la intención de habilitar al Ejecutivo para declarar estados de emergencia sin mayor mediación.
Tampoco ha gustado "el indecente discurso de Múnich" de Manuel Valls en referencia a sus palabras en la reciente Conferencia de Seguridad en la ciudad bávara, donde reiteró su rechazo a acoger más refugiados de los ya comprometidos (30.000) y habló de contar la verdad a los ciudadanos sobre un "hiperterrorismo" que nos acecha.
La reforma laboral que planea llevar a cabo Valls -fijándose en las medidas tomadas en España, Alemania o Italia- es el otro punto caliente que mantiene enfrentados a los socialistas. Entre otros aspectos, el proyecto de ley, incluye como motivo de un despido objetivo el descenso de los ingresos o de los encargos en la empresa durante varios meses consecutivos.
El primer ministro defiende que Francia sufre un "paro masivo" desde hace 30 años y que un crecimiento del 1,5% como está previsto este año es "insuficiente". "Lo que queremos demostrar es que el empresario no debe tener miedo para contratar porque en el futuro tendría miedo para despedir", que "es lo que nos dicen", ha declarado este mismo miércoles Valls, recoge EFE. De poco sirven esos argumentos para una ex ministra de Empleo que fue quien instauró las 35 horas semanales en Francia.
La tensión es evidente y la tribuna critica la "inversión de las normas" que rigen a la sociedad francesa y plantean "qué quedará de los ideales del socialismo", cuyos fundamentos ven en peligro.
Este martes acompañan a Aubry en esta tribuna figuras del socialismo francés como el exministro de Educación, Benoît Hamon, o el líder del ala más progresista del Partido, Christian Paul además de destacados intelectuales. Faltan catorce meses para las elecciones presidenciales en Francia y -aunque Aubry de momento no se ha postulado-, 2017 ya está en el horizonte. Algunos de los firmantes, ya suscribieron en enero otra carta publicada por el periódico Libération pidiendo primarias en la izquierda francesa.