Aylan Kurdi tenía tan sólo tres años cuando falleció al intentar cruzar, junto a su familia, el mar Egeo de Turquía a Grecia. El pequeño niño sirio fue hallado inerte en una playa del sudeste turco el tres de septiembre de 2015 y su imagen sacudió las conciencias sobre la escala que alcanzaba la crisis de refugiados.
Este viernes un tribunal turco ha declarado culpables a dos sirios de su muerte junto a otros cuatro demandante de asilo, informa Reuters. Ambos han sido condenados a cuatro años y dos meses de prisión por tráfico de personas. La sentencia afirma que Muwafaka Alabash y Asem Alfrhad causaron su muerte por negligencia consciente.
Cuando se presentaron los cargos, el Fiscal explicó que no se había obtenido ninguna prueba relativa al crimen de homicidio por negligencia imputado a los ahora condenados, aunque afirmó que se había descubierto que ambos acusados formaban parte de la cúpula organizativa de una red de tráfico de refugiados, recogió la agencia turca Anadolu.
Entonces el Fiscal reconoció que la única acción tangible relacionada con ambos acusados que se había hallado era que percibían dinero a cambio de traficar con emigrantes, pero no pudo presentar pruebas que los relacionaran directamente con el fallecimiento de Aylan.
El mes que falleció Aylan junto a su familia -su madre y su hermano también perdieron la vida, su padre sobrevivió- la Unión Europea registró la mayor llegada de demandantes de asilo hasta entonces, con más de 160.000 personas. El mes que falleció Aylan también se movilizaron los Veintiocho por primera vez de forma unitaria y acordaron el reparto de 120.000 refugiados (una cifra que hoy no se ha cumplido ni en un 1%).
Cerca de 3.800 personas perecieron en el mar en su intento de llegar a la Unión Europea en 2015, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Uno de cada tres eran niños, una cifra que según Unicef no ha hecho más que empeorar en 2016. A día de hoy, al menos dos niños refugiados mueren ahogados cada día en el Mediterráneo.