Berlín
Este domingo están llamados a las urnas los casi trece millones de votantes de los Länder alemanes de Baden-Wurtemberg (suroeste), Renania-Palatinado (oeste) y Sajonia-Anhalt (centro-este). Esta cita es la primera gran convocatoria electoral que se celebra en Alemania después de que el pasado verano estallara la crisis de los refugiados. Estos comicios regionales servirán para tomar la temperatura a la aceptación o rechazo de la política de puertas abiertas a los refugiados de la canciller, Angela Merkel, que ha tenido que moderar en los últimos meses dadas las críticas dentro de su propio partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU).
Debido a esta crisis humanitaria, que hizo llegar sólo en 2015 a 1,1 millones de personas a suelo germano huyendo de la guerra y la miseria según el Gobierno, ha crecido notablemente la intención de voto para el partido euroescéptico y xenófobo Alternativa para Alemania (AfD). Esta formación apuesta por la crítica sin cuartel al Ejecutivo de Merkel, especialmente en materia migratoria. Desde esta formación se acusa a la canciller de enfrentarse a la crisis con “soluciones que no son realistas”, según señalaba hace unos días Alexander Gauland, uno de los líderes de AfD. Entre las propuestas de la canciller que critican en este partido figura la búsqueda de medidas para que la Unión Europea pueda enfrentarse unida a la llegada masiva de los refugiados. 
En AfD quieren una “política de inmigración sensible que asegure las fronteras y que controle la inmigración”. Sus candidatos han hecho campaña fundamentalmente en base a esto para las elecciones de Baden-Wurtemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt. Sondeos recientes atribuían a AfD hasta un 18% de los votos en Sajonia-Anhalt. En Baden-Wurtemberg y Renania-Palatinado situaban al partido obteniendo, respectivamente, un 11% y un 9% de los votos. Con esos buenos números irrumpirá en los parlamentos de esas tres regiones una AfD que hasta ahora concentraba su representación en  las cámaras de Sajonia (14 diputados), Brandeburgo (10), Turingia (8) y la ciudad-estado de Hamburgo (7). 
La mera existencia de AfD y el éxito que vayan a conseguir en estas elecciones son una advertencia para los políticos
El diario Bild –el más vendido en el país– calificaba de “pesadilla para Alemania” el previsible éxito de AfD de este fin de semana. “La mera existencia de AfD y el éxito que vayan a conseguir en estas elecciones son una advertencia para los políticos, porque constituye una ola de protesta de electores que no se sienten representados por los partidos políticos tradicionales”, explica a EL ESPAÑOL Thomas Petersen, investigador del Instituto para la Demoscopia Allensbach, con sede en  Baden-Wurtemberg. Además, AfD “se aprovecha del miedo en la población generado por la crisis de los refugiados”, añade Petersen.
“Lo cierto es que sin este drama de los refugiados, los resultados de las elecciones serían muy diferentes”, asegura a este medio Dieter Plehwe, politólogo del Centro para las Ciencias Sociales de Berlín (WZB). Con esa crisis de fondo, la propia Angela Merkel ha llegado a salir a la palestra para atacar frontalmente a la formación xenófoba, asegurando en una reciente entrevista con la edición dominical del Bild que AfD “es un partido que no une a Alemania” y que carece de “soluciones adaptadas para los problemas que se plantean” al país. 
AfD es chocante, pero nada nuevo. Recuerda al partido Los Republicanos de los 90, que creció con la venida de los refugiados de la Guerra los Balcanes
“AfD es políticamente chocante, pero no es nada nuevo, recuerda al partido Los Republicanos de los años 90, que creció aprovechando la venida de los refugiados de la Guerra los Balcanes, muchos de los que votaron entonces a Los Republicanos votan ahora a AfD”, expone Petersen. Para él, los resultados de las elecciones del domingo serán en buena medida “una consecuencia de una situación, como la de la crisis de los refugiados, que no gusta a la población”.  En los tres Länder que celebran elecciones este fin de semana, la cuestión de los demandantes de asilo aparece como la más relevante en las encuestas.
Frente al drama de los refugiados, los alemanes han pasado de ofrecer calurosas bienvenidas a los recién llegados a mostrarse cada vez más reticentes. Para explicar este cambio basta recordar las agresiones masivas a mujeres registradas en la pasada Nochevieja en Colonia y en otras ciudades germanas. En estos ataques se vieron implicados como presuntos agresores un importante número de inmigrantes y de demandantes de asilo. Con todo, todavía hay una ligera mayoría en el país que apoya la política de refugiados del Gobierno, especialmente tras los últimos cambios operados por el Ejecutivo.
“El Gobierno ha reaccionado, ha cambiado el tono frente a los refugiados y se han tomado medidas para endurecer el derecho de asilo, es una reacción normal del Gobierno frente al descontento de la población”, expone Petersen. “Merkel hace como que da la bienvenida a los refugiados, pero está endureciendo el derecho de asilo, la CDU y el SPD, que parece que quieren recuperarse en el actual clima antirefugiados, llevan aprobados ya dos paquetes de medidas con las que endurecer la política de refugiados”, coincide en señalar Plehwe, el investigador del WZB.
Alude así este politólogo a la suspensión durante dos años años de la reunificación familiar para aquellas personas que, sin ser reconocidos como refugiados, sí que disfrutan de algún tipo de protección humanitaria, o a la creación de centros con los que agilizar el registro y las eventuales deportaciones de los demandantes de asilo.



Estas medidas, comprendidas en el último paquete legislativo aprobado por el Gobierno, se suman a otras como la consideración de Marruecos, Argelia, Túnez, Turquía y Afganistán como países “seguros”. Esta catalogación hace muy difícil que a los demandantes de asilo de esos países se les pueda reconocer como refugiados.
La CDU de Merkel anda de capa caída debido a la política de refugiados
No obstante, esto no significa que las previsiones para el partido de Merkel en las elecciones del domingo inviten al optimismo. “La CDU anda de capa caída debido a la política de refugiados”, constata en declaraciones a este diario Martin Klausch, politólogo de la Universidad Libre de Berlín. Cabe esperar un bajón general y notorio de los democristianos. También es probable que lo haya en Sajonia-Anhalt, donde la CDU gobierna con el apoyo de los socialdemócratas. Allí, el partido de la canciller dejaría de tener 42 diputados para quedarse rondando los treinta, según los estudios de intención de voto. 
Aún así, que el democristiano Rainer Haseloff, el primer ministro de la región, pierda el poder de este bastión conservador parece poco probable, habida cuenta de que siempre podrían contar con la quincena de escaños que se prevén para un Partido Socialdemócrata (SPD) -socio de gobierno en la gran coalición liderada por Merkel- que también está en horas bajas. Los socialdemócratas podrían acabar siendo allí la cuarta fuerza política, por detrás de AfD, a la que se atribuyen entre 19 y 17 escaños. Por su parte, el partido de izquierdas Die Linke es en esta región la segunda fuerza política, y lo seguirá siendo, de acuerdo con las encuestas.
En Baden-Wurtemberg, la región más importante que vota este domingo – por su robusta economía y porque se cuentan allí casi 11 millones de habitantes –, a AfD se le ha llegado a atribuir un 13% de los votos. Ese porcentaje, sin embargo, no amenaza especialmente al primer ministro de la región, el ecologista Winfried Kretschmann, que gobierna gracias a una coalición de Los Verdes con el SPD.
Los últimos años de gestión parecen haber consolidado al candidato de la formación ecologista, que parece destinada a superar los 36 diputados conseguidos hace un lustro. Al SPD y a la CDU parece que allí también les pasarán factura estas elecciones intermedias. “Los Verdes se han convertido en esta región el partido más fuerte, y esto demuestra que las elecciones no son aquí un examen directo a Angela Merkel, porque Kretschmann ha apoyado la política de refugiados de la canciller”, aclara Petersen, el investigador del Instituto Allensbach.
La pujanza de AfD en Renania-Palatinado es menor que en Sajonia-Anhalt. Pese a que se le atribuye cerca de un 10% de la intención de voto, el protagonismo en la campaña de este estado federado lo han tomado dos candidatas que no son de la alternativa xenófoba. La socialdemócrata Malu Dreyer, la primera ministra de esta región, se encuentra luchando con su rival democristiana Julia Klöckner en un duelo tan equilibrado como incierto. 
Dieter Plehwe, el investigador del WZB, defiende que “las elecciones regionales no son tan importantes como las generales, por eso mucha gente no vota o, si lo hace, lo hace para protestar votando a AfD”. De ahí, en cualquier caso, que Martin Klausch, el politólogo de la Universidad Libre de Berlín, avise de que estos comicios servirán sobre todo “para que AfD haga una demostración de fuerza”.

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