El pasado 29 de marzo Ninde, una estudiante de 24 de Ciudad de México, se subió a un vagón de metro rosa en la estación de Bellas Artes. Se trata de un espacio habilitado exclusivamente para mujeres en un intento de acabar con la epidemia de tocamientos y abusos que se cometen en el transporte público, y permitir a las mujeres viajar tranquilas. Pero nadie vigila que la norma se cumpla, y tres hombres se subieron a bordo.
Uno de los individuos se colocó junto a Ninde y la joven temió ser objeto de un robo, por lo que protegió su bolso. Pero cuando se bajó en su estación, descubrió con horror que las intenciones del hombre eran diferentes: había eyaculado sobre su pantalón. Acababa de convertirse en parte del 65% de mujeres que han sufrido acoso sexual en el transporte público mexicano según una encuesta que publica BBC Mundo.
Pero Ninde decidió no callarse. Publicó una foto de la prenda manchada en su cuenta de Twitter exigiendo explicaciones a un alto cargo de Ciudad de México. Recibió respuesta de la oficina de atención a los Derechos de las Mujeres que no pudieron sin embargo explicar por qué los hombres pudieron acceder con impunidad al vagón rosa. Poco después, Ninde denunciaba una avalancha de insultos y amenazas por parte de hombres que la acusaban a ella de provocar el incidente obsceno.
"Me resulta preocupante es pensar hasta qué punto hemos llegado a normalizar estas situaciones de violencia", lamentaba Ninde en declaraciones a BBC Mundo. "Se llegó al punto de que la mujer tiene que aprender a convivir con que su cuerpo en el transporte público no es enteramente suyo".
La denuncia pública de la agresión soliviantó a los machistas en la Red, una cultura preponderante en el país americano que denuncian movimientos como Las hijas de la violencia, que han acosado a Ninde sin tregua desde entonces. Algunos mensajes la acusan de provocar con una prenda ceñida, otros le dicen que debería sentirse halagada. Tampoco ha contado con el apoyo de Facebook para su campaña, que eliminó la foto del pantalón manchado por contravenir sus normas de publicación.
Días antes del incidente que sufrió Ninde, la denuncia de otra joven sacudía la Red. Andrea Noel, una periodista freelance de nacionalidad estadounidense, sufrió una brutal agresión cuando caminaba por el barrio acomodado de La Condesa. Un hombre le levantó la falda, le bajó la ropa interior y salió corriendo. Pero Andrea tampoco quiso callarse. Consiguió la grabación de una cámara de seguridad que lo había registrado y la colgó en Twitter para encontrar al individuo. Fue su forma de conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Lo peor para Andrea fue denunciar ante las autoridades. " El interrogatorio dura cinco horas si tienes suerte" - narra al medio. "Te preguntan a qué edad te desvirgaron, cómo era la relación con tu padre, cómo defines la palabra sexualidad, dibuja una casa, un árbol, un hombre y narra un párrafo sobre el hombre que dibujaste..."
"Soy periodista, escribo sobre feminicidios, pero no me había tocado hasta ahora ser el objeto de tanto odio" - estalla. "Me ha pasado tantas veces que te nalguean, te agachas y sientes una mano, y son tantas que el estrés no lo vale; estoy de verdad harta, harta, harta y frustrada".