"Tenía once años cuando me vendieron. Fue un hombre de mi aldea. Me obligaban a acostarme con tres clientes al día en el burdel". "Mi marido me llevó a una casa y el dueño de esa casa dijo que era para trabajar allí. Yo no sabía que era para quitarme un riñón". Son los desgarradores testimonios de niñas y mujeres nepalíes rescatadas de los traficantes de seres humanos.
Si la trata de estas personas indefensas ya era un grave problema en el país del Himalaya antes del terremoto que hace casi un año -el 25 de abril sw 2015- mató a 9.000 personas y dejó afectadas a 8 millones, hoy se ha incrementado un 20%. Así lo ha asegurado esta tarde en Madrid su apreciada salvadora, Anuradha Koirala, en un evento-debate organizado por EL ESPAÑOL y Ayuda en Acción.
Considerada la "Madre Teresa de Nepal", Koirala allí es casi una deidad. Parece incómoda con los halagos que recibe de quienes la acompañan en el encuentro. Con un rostro serio, incluso triste, que no la abandona en ningún momento, cuenta el drama de estas ciudadanas de segunda clase a las que no sólo la pobreza ha condicionado su vida, sino también la desigualdad de género.
Todo empezó allá por principios de los noventa del siglo pasado cuando, harta de oír hablar a todo el mundo sobre el horrible tráfico de niñas y mujeres en su país, esta activista nepalí decidió pasar a la acción. Maestra de profesión, cuenta que antes de ir a la escuela solía ver a mujeres mendigando a las 3 de la mañana en la calle. Pero le llamó la atención su aspecto sano. Y empezó a interesarse por ellas.
"Hablaba con ellas. Cada una era superviviente de un tipo de violencia. Y tenían a niños pequeños con ellas. Cuando les preguntaba por qué no trabajaban, respondían: '¿Quién nos dará trabajo?' Y es verdad. Preguntarían por referencias", recuerda. Y las referencias eran inexistentes, porque habían sufrido la esclavitud, explotadas sexualmente desde pequeñas en la vecina India en la mayoría de los casos.
Con el dinero que tenía como maestra, les ofreció ponerles puestos callejeros donde vender chocolatinas, cigarrillos… Todas aceptaron la oferta. "Me aseguré de que cada día me dieran 2 rupias y con ese dinero empezaría el negocio para otras mujeres". Y así, poquito a poco fue ayudándolas y concienciándolas contra el tráfico de personas.
Cuando empezaron a surgir nuevas necesidades, como una escuela a la que llevar a sus hijos, puso en marcha una que hoy atiende a 400 menores. Pero en los inicios no era un colegio cualquiera: en realidad acogió a diez niños en un nuevo hogar donde convivió con ellos y su propio hijo. Doce en total, en dos habitaciones. En 1993 fundó la ONG Maiti Nepal, socio local de Ayuda en Acción.
Ha rescatado a más 30.000 niñas y mujeres de las garras de los desaprensivos que las esclavizaron engañando a su familia, con la promesa de un futuro mejor y un trabajo
Hoy ya ha rescatado a más 30.000 niñas y mujeres de las garras de los desaprensivos que las esclavizaron engañando a su familia, con la promesa de un futuro mejor y un trabajo. Hoy, muchas de aquellas a las que pudieron devolver una vida y ofrecer una educación, son activistas junto a ella contra la trata. Incluso vigilan puestos fronterizos para evitar nuevas víctimas. "Cada día paran de 3 a 4 chicas". ¡Zas! Cada día. También están en el aeropuerto: allí encontraron a Lapha, que llevaba un pasaporte de 26 años cuando en realidad tenía 12. Ahora Lapha va a la escuela.
"Es una de las tareas más infames que pueda haber: la explotación de niños, mayoritariamente de niñas", ha denunciado durante la presentación del acto el presidente de Ayuda en Acción, Jaime Montalvo.
Cuenta Anuradha Koirala que mientras antes el problema se centraba en las niñas y mujeres que se llevaban engañadas a la India, últimamente el tráfico se ha desviado también a otros países, principalmente de Oriente Medio. Allí son utilizadas como esclavas del hogar, más que para la explotación sexual. El problema se expande, a pesar de la lucha y a pesar de haber logrado llevar ante la justicia a nada menos que 1.200 traficantes desde Maiti Nepal, según las cifras que maneja esta mujer de voz calmada y silenciosa pero ideas firmes y decididas.
El periodismo tiene la obligación de mirar a esas situaciones intolerables con las que convivimos. Desgraciadamente, la trata de seres humanos es habitual, pero no puede ser normal
"Hace un año todos nos estremecimos. Y el momento en el que nuestra mirada se desvió, la atención de los medios de comunicación se trasladó a la siguiente crisis política o al siguiente episodio dramático, allí mismo -en el escenario de la tragedia- empezaba a gestarse otro drama dentro del propio drama: la repercusión que para las personas más desvalidas, especialmente las niñas", ha lamentado Pedro J. Ramírez, director de EL ESPAÑOL.
"El periodismo tiene la obligación de mirar a esas situaciones intolerables con las que convivimos. Desgraciadamente, la trata de seres humanos es habitual, pero no puede ser normal", ha afirmado Ramírez a la vez que ha mostrado su "compromiso con esta noble causa".
La cineasta Mabel Lozano, también presente en el acto, ha realizado diversos documentales sobre esta problemática en los pasados años. "La trata hay que llamarla por su nombre: es la esclavitud de la era moderna. Por desgracia, se ha dado en muchas partes del mundo, incluso en España", ha advertido. "Yo soy una activista. Mi hija Roberta, de 14 años, tiene todos los derechos del mundo. Por que tengamos un mundo en el que no haya esclavos en el siglo XXI", ha pedido.
Por favor, cierren los ojos. Tomen a cada niña como su propia hija y sentirán el dolor en su corazón. Así podremos salvar a cada niña
30.000 millones de euros al año son los que mueve en el mundo entero el tráfico de personas. Un tercio de las víctimas son menores y dos tercios de estas, niñas, según datos de Ayuda en Acción.
Esta ONG lleva 24 años trabajando en Nepal con otras organizaciones. "Se produce una vulnerabilidad extrema en países donde llueve sobre mojado (con el terremoto). Fue conocer el trabajo de Maiti Nepal y creo que tardamos como dos segundos [en decirle que nos queríamos unir a su causa]", ha comentado Alberto Casado, director de Campañas de Ayuda en Acción.
"La trata está ahí porque hay un problema de vulnerabilidad enorme, ausencia total de derechos y caen en falsas promesas de trabajo", ha explicado en el debate, en el que han participado Casado, Anuradha Koirala y el también cineasta Larry Levene, que formó parte del equipo de Iciar Bollaín para la película 'Katmandú', que aunque es de ficción aborda esta muy real problemática.
Anuradha -a todos los participantes se les escapa llamarla por su nombre de pila por la bondad que destila aunque no la hayan visto antes- no ha querido dejar que terminase el encuentro sin hacer esta petición: "Por favor, cierren los ojos. Tomen a cada niña como su propia hija y sentirán el dolor en su corazón. Así podremos salvar a cada niña".
"Tenía once años cuando me vendieron y me obligaron a prostituirme", es un contenido elaborado con la colaboración de Ayuda en Acción.