Nicola Sturgeon fue la invitada estrella de la televisión británica este domingo. La primera ministra escocesa –y, por ahora, la política mejor parada después del referéndum del pasado jueves– respondió una y otra vez a la misma pregunta: ¿puede Escocia bloquear la salida de Reino Unido de la Unión Europea? “Por supuesto. Si el Parlamento escocés tiene que juzgar esto basándose en lo que es mejor para Escocia, la opción de decir ‘no vamos a votar por algo que va contra los intereses de Escocia’ tiene que estar sobre la mesa”, aseguró en el programa de la BBC Sunday Politics.
La cuestión nace de un documento de la Cámara de los Lores que plantea que “el consentimiento del Parlamento escocés” sería necesario para “extinguir la aplicación de la legislación europea” en el contexto del brexit. El Partido Nacional Escocés (SNP) no tiene mayoría en la cámara de Edimburgo (63 de los 129 diputados), pero Sturgeon pedirá a los parlamentarios que no den su “consentimiento legislativo” a la ruptura. “Sospecho que el Gobierno de Reino Unido tendrá una visión muy diferente sobre ello y tendremos que ver dónde termina esa discusión”, aseguró.
“¿Puede imaginar la furia de los británicos si les impide abandonar la UE?”, le ha preguntado el presentador Gordon Brewer. “Quizá sea similar a la furia que mucha gente siente en este momento en Escocia ante la perspectiva de ser sacados de la Unión Europea en contra de su voluntad. Yo no he provocado esta situación, sólo estoy tratando de avanzar a través de ella de la mejor manera posible”.
El diputado conservador escocés Adam Tomkins no tardó en responder a Sturgeon: “Holyrood [el Parlamento escocés] no tiene poder para bloquear el brexit” porque aún no están claros los pasos legislativos del proceso. “No es lo mismo no dar el consentimiento que poder bloquear [el brexit]”, ha señalado Tomkins, profesor de Derecho Público en la Universidad de Glasgow.
Segundo referéndum
El documento de la Cámara de los Lores señala que Escocia “podría obtener ciertas ventajas políticas si no da su consentimiento”. El veto podría ser una pieza clave en la negociación de un segundo referéndum de independencia, puesto que el Parlamento británico debe aprobar su celebración. Si Westminster se negase a hacerlo “sería democráticamente inaceptable”, ha declarado en el programa Peston on Sunday (ITV). “Advertiría a cualquier futuro primer ministro de que no se pusiese en esa posición”, añadió en otra entrevista.
“Parece obvio que la única forma en la que podemos proteger los intereses escoceses es mirando de nuevo hacia la independencia. Un segundo referéndum en estas circunstancias no sería como repetir el de 2014, porque el contexto ha cambiado totalmente. El Reino Unido dentro del que votamos permanecer en 2014 ya no existe”, explicaba en SkyNews. La alternativa sería “encogerse de hombros” y dejarse “arrastrar” por los votos ingleses a favor del leave, pese a que el remain se impuso en Escocia con el 62% de los sufragios.
Varias encuestas realizadas este fin de semana muestran que el apoyo a la independencia de Escocia habría crecido (los resultados varían entre el 52% y el 59%). En 2014, la opción de permanecer dentro de Reino Unido ganó con el 55% de los votos. Hasta la autora de Harry Potter, J. K. Rowling, que en su momento hizo campaña en contra de la independencia escocesa, reconocía el pasado viernes que las cosas habían cambiado. “Escocia buscará su independencia ahora. El legado de Cameron será romper dos uniones. Ninguna tendría que haber sucedido”.
Sturgeon ha puesto el acento en el contraste entre la serenidad institucional en Escocia y el juego de tronos de Westminster (agitado por la sucesión de David Cameron y la dimisión de varios miembros del partido laborista, poniendo a Jeremy Corbyn contra las cuerdas). La situación en Londres es “caótica y vergonzosa”, ha dicho en su aparición en SkyNews. “En un momento en el que Reino Unido necesita liderazgo, probablemente más que en ningún otro momento desde la posguerra, los partidos conservador y laborista han abdicado completamente de sus responsabilidades y han decepcionado a la gente”.
El proceso de ruptura “es un territorio inexplorado” y la situación “más perjudicial y dolorosa” que ha tenido que afrontar Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial. “No voy a aceptar que Escocia tenga que pasar por ese sufrimiento”, le ha dicho al presentador Robert Preston.
Nervios en Gibraltar
Antes de que Sturgeon apareciese en el programa de entrevistas de ITV, el ministro de Asuntos Exteriores, el conservador Philip Hammond, hacía unas declaraciones contundentes sobre el divorcio con la Unión Europea. “Está claro que quieren que lo hagamos rápido, pero esa decisión [la del calendario de la ruptura] depende del próximo primer ministro”, señaló.
Reino Unido no tiene prisa en aplicar el Artículo 50 del Tratado de la UE, que establece la salida de un país miembro. Además, ha anunciado que esperan conservar “el acceso completo” al mercado único, porque abandonarlo sería “catastrófico”. El próximo gobierno tendrá que negociar “cuánta libertad de movimiento tendrá que aceptar para poder ‘comprar’ ese acceso”.
Respecto a Gibraltar, ha reconocido las consecuencias negativas del brexit: “Seremos menos capaces de proteger sus intereses si no estamos dentro de la Unión Europea. Por supuesto que podemos defender su territorio, pero miles y miles de trabajadores cruzan la frontera cada día, y cualquier interrupción de ese flujo será extremadamente dañino para la economía de Gibraltar”.