No es la primera vez que a Estados Unidos le toca hacer de árbitro entre los países de la UE. En el punto álgido de la crisis de deuda, el entonces secretario del Tesoro, Timothy Geithner, tuvo que asistir a una reunión del Eurogrupo en Polonia en 2011 con el fin de presionar a los socios de la eurozona para que acordaran soluciones. Este lunes le ha tocado el turno al secretario de Estado, John Kerry, que ha realizado un viaje improvisado a Europa con el propósito de mediar entre Londres y Bruselas tras la victoria del brexit en el referéndum del 23 de junio.
Kerry se ha reunido en Bruselas con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. También ha visto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Después se ha trasladado a Londres para conversar con su homólogo británico, Philip Hammond, y con el primer ministro, David Cameron. Su mensaje a las dos partes ha sido muy claro: el divorcio debe ser lo más amistoso posible y la UE tiene que evitar actitudes de “venganza” para no agravar las turbulencias que ya está provocando el brexit.
El secretario de Estado admite que el resultado del referéndum no es el que quería el gobierno de Barack Obama. De hecho, el presidente de Estados Unidos fue uno de los pocos líderes extranjeros que fue a Londres a hacer campaña a favor de que Reino Unido siguiera en la UE. Pero ha subrayado que lo importante ahora es minimizar el impacto negativo de la separación.
Que nadie pierda la cabeza
“Es absolutamente esencial que, durante este periodo de transición, todos nos centremos en evitar que nadie pierda la cabeza, que nadie actúe sin pensar, que nadie desarrolle actitudes de venganza”, ha dicho el secretario de Estado en una breve comparecencia ante la prensa, en la que no ha admitido preguntas, con Mogherini.
En nombre del presidente Barack Obama, Kerry se ha comprometido a hacer todo lo que esté en su mano "para que este proceso sea tan razonable y tranquilo como sea posible”. “¿Significa que no habrá dificultades? No, hay problemas. ¿Significa que no tendrá ningún impacto? No, eso tampoco es posible porque hay consecuencias”, ha reconocido el secretario de Estado. Pero el divorcio debe llevarse a cabo de forma “responsable, sensible, reflexionada y estratégica”, ha reclamado.
Ocurra lo que ocurra, Estados Unidos “mantendrá su relación especial con Reino Unido”, ha proclamado el secretario de Estado. Pero además, el presidente Obama apuesta por la supervivencia de una Unión Europea “fuerte” con la que seguir trabajando en asuntos como la lucha antiterrorista, el cambio climático o la crisis migratoria.