Roma

El primer ministro Matteo Renzi fue el primero en convertir el referéndum sobre la reforma constitucional que se vota este domingo en un plebiscito sobre su figura, al asegurar en varias ocasiones que de salir derrotado abandonaría la política. Después intentó rectificar, pero para entonces todos sus adversarios políticos –incluida una parte de su partido- ya había saltado a su yugular esperando que un ‘no’ terminara con su mandato.

El referéndum se interpreta como un voto político. Si el primer ministro fracasa tendrá muy difícil continuar al frente de un Gobierno que hizo de esta reforma institucional su razón de ser. Se atisban nubarrones en el panorama económico, con los bancos en la picota. Aunque la última palabra la tendría el presidente de la República, Sergio Matarella, ante el que se tendría que dirigir Renzi si decide dimitir. Si vence el sí, por el contrario, el Gobierno saldría reforzado. Aunque tampoco estarían descartadas unas elecciones anticipadas, en las que Renzi –que no fue elegido en las urnas- querría reafirmar su apoyo.

Pero más allá de sus implicaciones, los italianos tendrán que decidir sobre una amplia reforma que prevé modificar 47 de los 139 artículos que tiene su Constitución, aprobada en 1948. Se pone en cuestión el fin del ‘bicameralismo perfecto’, por el que el Senado, que antes tenía idénticas competencias a la Cámara de Diputados, quedaría prácticamente desposeído de funciones. Junto con la ley electoral, que prevé una mayoría más clara para el vencedor de las elecciones, el objetivo es dotar al país de una mayor gobernabilidad y mayor rapidez legislativa.

También el Estado asumiría competencias en cuestiones de infraestructuras, políticas sociales o de seguridad antes reservadas a las regiones y quedan suprimidas del texto las provincias, que como en España forman parte de las regiones (comunidades autónomas en el caso español). Los constitucionalistas Alessandro Pace, presidente del ‘Comité por el no’, y Stefano Ceccanti, que fue senador por el Partido Democrático, responden a las cuestiones más polémicas.

Artículo 57. La Cámara Alta queda reducida a 100 senadores que no serán elegidos por los ciudadanos, sino por consejos regionales. ¿Es constitucional, resta poder a la ciudadanía?

Ceccanti: "No es exactamente así. Se dice que los encargados son los consejos regionales, en conformidad con la elección de los ciudadanos. Quiere decir que cuando los ciudadanos votan los consejos regionales, se está respetando la elección de los ciudadanos. Exactamente como en EEUU, los ciudadanos votan a grandes electores y estos votan al presidente".

Pace: "Esto se contradice con el artículo 1 de la Constitución, que dice que la soberanía pertenece al pueblo que la ejercita. Transferir a los consejos regionales una función que le confiere al pueblo es inconstitucional. No se puede decir que es una elección indirecta, como sucede en Francia con el Senado o en Estados Unidos. Los consejos regionales ya tienen demasiadas competencias".

Artículo 70. La función legislativa recae sólo en la Cámara de Diputados y sólo en casos muy especiales, como una nueva revisión de la Carta Magna, también en la Cámara Alta. Las excepciones comportan casi dos páginas, ¿hay riesgo de confusión en el procedimiento legislativo?

Pace: "Quedan explícitas una decena de procedimientos legislativos de los que podría encargarse el Senado, cada uno con características específicas. Su interpretación podría dificultar la aprobación de las leyes".

Ceccanti: "A nivel técnico es una de las obras maestras de la reforma. Hay un elenco legislativo bien preciso, que parece largo, pero que en realidad concierne al 3% de las leyes que se aprueban. Lo importante no es tanto que el ciudadano conozca todos los conceptos, sino que sea claro para los expertos en derecho que deben aplicar estas normas. Y las normas son absolutamente claras.

Artículo 73. Algunas normas, como la ley electoral, pueden ser sometidas a juicio del Tribunal Constitucional antes de ser promulgadas. ¿Es un buen paso para los constitucionalistas?

Pace: "En esto estoy de acuerdo. No en los tiempos establecidos, de 10 días, pero sí en el concepto. Así, por ejemplo, con el Porcellum [la anterior ley electoral, declarada inconstitucional en 2013] pasaron dos años para que la Corte Constitucional la declarase inconstitucional".

Ceccanti: "Representa un elemento de garantía del sistema".

Artículo 75. Para aprobar un referéndum será suficiente con la mitad más uno de quienes votaron en las últimas elecciones generales y no un quórum de más del 50% como hasta ahora. ¿Se resta poder a los ciudadano o se facilita su elección?

Ceccanti: "Para ello deben recogerse 800.000 firmas, mientras que los ciudadanos tienen la potestad de presentar proposiciones de ley si se recogen 500.000 firmas. Es otro gran contrapoder de las leyes aprobadas por la mayoría parlamentaria".

Pace: "En esto también estoy bastante a favor, pero creo que recoger 800.000 firmas es una cifra bastante alta para asociaciones populares".

Título V. El Estado adquiere competencias exclusivas en materias sanitarias, políticas sociales o seguridad.

Pace: "Este aspecto es un enredo enorme. En la Constitución de 1948 la potestad legislativa correspondía al Estado, mientras que a las regiones les correspondía una potestad legislativa concurrente. Esto quiere decir que aunque el Estado pueda tener competencias en algunas materias, no están previstas sus líneas de actuación. Si desaparecen de las provincias, el Estado no tiene cómo aplicar estas normas".

Ceccanti: "La articulación del Estado se simplifica. No aparecen las provincias [similares a las españolas. Por encima están las regiones y el Estado] en el texto constitucional, lo que quiere decir que no deberían estar en la estructura italiana. Se prevé una ley final en la que se especificará que sólo las regiones que tienen la necesidad de ser divididas en provincias, podrían acceder a tener un ente intermedio. Pero las funciones administrativas que antes tenían dan un salto y pasan a las regiones".

En las disposiciones finales, queda eliminado el Consejo Nacional de la Economía y el Trabajo, un ente compuesto por figuras independientes que tenía potestad para presentar leyes en materia económica y fiscal. ¿Había otra solución?

Pace: "Era un zombie, un muerto viviente. Es positivo que se cancele".

Ceccanti: "No se ha lamentado nadie".

¿Cuál es su valoración final?

Ceccanti: "Los ciudadanos podrán elegir una mayoría que gobierne. Y además con un Senado representativo elegido por las regiones es posible una mejor integración del Estado. El Senado no puede ser nunca por definición un contrapoder, porque se da la circunstancia de que hay gobiernos que tienen mayoría en ambas cámaras. Yo creo que las críticas vienen alimentadas de una vieja cultura que piensa que es mejor tener gobiernos débiles. El voto del ciudadano es más decisivo si deciden cuál es la mayoría para formar Gobierno. Por eso creo que la reforma amplía el poder legislativo, no lo resta".

Pace: "La consecuencia de esta reforma junto con la ley electoral Italicum [la ley electoral vigente que, sin embargo, se prevé que sea retocada] sería la de un hombre solo al gobierno. Con un bonus de mayoría y sin un Senado con competencias, el presidente prácticamente no tendría contrapoderes. Pero el punto decisivo es que este Parlamento se eligió bajo la ley electoral llamada Porcellum, que fue declarada inconstitucional. Era un Parlamento viciado que no podría haber iniciado un proceso de reforma constitucional de este tipo".

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