De tan histriónico que se muestra, el comportamiento natural para Beppe Grillo es hacer mutis por el foro. Ante la prensa, a la que el fundador del Movimiento 5 Estrellas considera enemiga, por costumbre prima la ley del silencio. Mientras, en su blog, del que devienen las líneas maestras de su política, reina el ocultismo y la indefinición hasta que los hechos se consuman. Entonces se apunta al carro ganador y comienza el festival, como ocurrió este miércoles tras la victoria en Estados Unidos de Donald Trump.
“Ésta es la prueba de que los demagogos no son las personas, sino los periodistas, los intelectuales, refugiados en un mundo que ya no existe. Hay muchas similitudes entre esta historia americana y nuestro movimiento”, gritaba exultante el cómico en un vídeo publicado en su página web. “Ha sido un vaffanculogeneral; de locos”, decía, asemejando la elección de Trump a su famosa irrupción en la política, en la que mandaba a todos “a tomar por culo”. Viendo las imágenes, cualquiera diría que Grillo había manifestado poco antes que ninguno de los aspirantes a la Casa Blanca le despertaba entusiasmo.
Jugar al despiste y aprovechar la ocasión a posteriori es la estrategia habitual del Movimiento 5 Estrellas, la misma que está cocinando lentamente en las semanas previas al referéndum constitucional convocado por el primer ministro italiano, Matteo Renzi, para el próximo 4 de diciembre. Pese al rechazo del M5E a la reforma, aún no se han expuesto en forma de grandes mítines o manifestaciones, sino que esperan al día después para capitalizar el resultado, explica el cronista parlamentario Marco Damilano en la revista L’Espresso.
Ese mismo día se repetirán las elecciones en Austria, con protagonismo también para el líder de extrema derecha Norbert Hofer. Pero del voto en Italia depende en mayor medida la apertura de un nuevo cataclismo europeo, como han venido repitiendo los diarios más respetados del Continente. Renzi amenazó incluso con abandonar la política en caso de derrota. Y aunque ya se ha distanciado de esos extremos viendo las encuestas, un ‘no’ de los italianos a su reforma estrella auparía a su único gran rival actualmente, el 5 Estrellas.
EL ‘ESTABLISHMENT’ CONTRA EL RUPTURISMO
“No se ha interpretado como un cambio institucional, sino como un voto político entendido exactamente igual que en Estados Unidos: el establishmentcontra quienes apuestan por la desestructuración del sistema”, explica Michele Prospero, profesor de Ciencia Política de la Universidad de la Sapienza y experto en el estudio de las instituciones. “La victoria de Trump puede provocar o bien un empujón para quienes garantizan la estabilidad o la sensación de que si en América ha saltado todo, también puede ocurrir en Italia”, opina el profesor, que se inclina por la segunda opción.
Lo que votarán los ciudadanos es una amplia modificación de la Carta Magna, que afecta a un tercio de su contenido, cuyo objeto principal es la transformación del Senado en una cámara consultiva que no será elegida por los ciudadanos y dejará la hegemonía del poder legislativo a la Cámara de Diputados. Renzi la presenta como el instrumento para modernizar Italia, pero sus enemigos lo ven únicamente como una maniobra política con la que afianzar su mandato -que no fue elegido en las urnas- y ampliar su margen de acción.
Aunque la oposición a la reforma no la protagoniza sólo el 5 Estrellas. En realidad está todo aquel que no sean Renzi y sus aliados. Desde los conservadores moderados a la derecha radical, pasando por un sector crítico del Partido Democrático (PD) del primer ministro. La parte más ideologizada de su formación, una coalición socialdemócrata surgida de las cenizas del batiburrillo con el que se pretendía contrarrestar a Silvio Berlusconi, no perdonan el modo con el que Renzi ha tratado de ensanchar su electorado para minar la resistencia de la vieja guardia.
Resultado: “indefinición, mensaje repetitivo y hastío”, que unidos a “los problemas económicos, falta de perspectivas entre los jóvenes y sensación de abandono en el sur del país” ha terminado de hundirlo en las encuestas, sostiene Silvia Castagna, experta en Comunicación y campañas electorales de la consultora Doxa.
Si hace meses el referéndum parecía casi un trámite, ahora mismo no hay sondeo que prevea una victoria del ‘sí’. El último, ofrecido por la empresa Demos y publicada por el diario La Repubblica, revela que un 39% se decanta por el ‘no’, un 35% por el ‘sí’ y un 26% se muestran indecisos o no responden. “En los indecisos estará la clave, pero o mucho cambia la estrategia comunicativa del Gobierno o perderá”, pronostica Castagna. “Y desde luego el resultado en Estados Unidos no ayuda a los intereses del Ejecutivo”, señala.
RENZI TEME A LAS ENCUESTAS
Compartir el desencanto incluso favorece al M5E, que no corre el riesgo de verse derrotado en caso de victoria de Renzi, pero sí que enarbolaría un voto de castigo. La experta sostiene que en sus análisis observan además un voto oculto que podría aupar aún más al Movimiento 5 Estrellas y disparar su intención de voto, que actualmente se encuentra parejo al PD entorno al 30% en unas hipotéticas elecciones, hasta llegar al 40%.
El otro protagonista que asoma la cabeza tras la victoria de Trump es el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, un político mucho más cercano al nuevo presidente estadounidense que ha ‘rejuvenecido’ su movimiento gracias al mensaje xenófobo y euroescéptico copiado del Frente Nacional francés. Tampoco Salvini ocultó su euforia por la victoria de Trump, del que considera que “debería dar una lección a los italianos”.
La gran diferencia entre este voto y el de las elecciones estadounidenses o el brexites que en Italia el grueso de la oposición no lo protagonizan las clases trabajadoras o un electorado de edad más maduro, sino “los jóvenes desencantados con el sistema”, detalla el profesor Prospero.
Como ya ocurrió con los nuevos modos de Berlusconi, a Italia el M5E llegó con antelación y “no responden ni a una izquierda escorada como Syriza o Podemos ni a la derecha de Trump o Le Pen, sino que es un movimiento surgido de la desestructuración del sistema que trata de arañar de un lado y otro”, subraya el académico.
De modo que tan pronto impulsa propuestas reformadoras como recortar el suelo de los diputados a la mitad, se abstiene ante medidas progresistas como la ley de uniones civiles o sorprende con declaraciones de Grillo en contra de la acogida de migrantes. Con sus particularidades, lo cierto es que sumados M5E y Liga Norte las proyecciones de voto les ofrecen más de un 40% del electorado.
Y mientras a Renzi cada vez se le achican más los apoyos internos, el triunfo de Trump no lo alejará de Estados Unidos pero sí lo privará de un fuerte aliado externo. Enfrentado con Angela Merkel y la Comisión Europea a propósito del déficit, el primer ministro italiano había sido de los pocos mandatarios europeos en apoyar explícitamente a Hillary Clinton.
Renzi, que aspira a ser un reformista en medio de la Italia anquilosada, asegura que “si se trata de un voto contra la vieja guardia, se puede ganar incluso desde el Gobierno”. Pero la percepción de los ciudadanos no dicta lo mismo y a estas alturas el primer ministro ya sólo confía en que esta vez las encuestas también se equivoquen.