“Los retienen ilegalmente. Los humillan, golpean y electrocutan. Muchos regresan a casa moribundos. La homofobia es extrema y desenfrenada, por eso las personas LGTB se enfrentan a persecuciones y chantajes constantemente”. Con esta contundencia explica Tanya Lokshina, directora de programa de Human Rights Watch (HRW) en Rusia, el calvario al que cientos de homosexuales se enfrentan en Rusia y por el que se han visto obligados a abandonar el país rumbo a Canadá.
"En Canadá y en todo el mundo debemos seguir luchando contra la homofobia y la transfobia, y defender la expresión de género, la identidad de género y los derechos de orientación sexual”, dijo recientemente el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en el discurso del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.
"Condenamos los informes recientes y reprobables de violaciones de los derechos humanos de los homosexuales y bisexuales en Rusia. Hacemos un llamamiento a la protección de todas las personas cuya orientación sexual las convierte en un blanco de persecución”, anunció el mandatario.
Bajo esta premisa, el plan del Gobierno canadiense de acoger a los homosexuales rusos perseguidos ha estado operando encubiertamente por temor a las represalias. Kimahli Powell, directora ejecutiva de Rainbow Railroad, la organización oficial canadiense encargada de acoger y dar asilo a los homosexuales rusos, ha señalado que: "tenemos que ser discretos sobre el programa durante el mayor tiempo posible para mantener su seguridad".
"Ahora tenemos que centrarnos en el asentamiento y la integración de estas personas. Es importante que nuestra comunidad, que está preocupada por ellos, sepa que están aquí, que están a salvo", ha asegurado según The Independent. En lo que va de verano, Rainbow Railroad ha proporcionado asistencia en viajes para 35 personas con ayuda del Gobierno que preside Trudeau, quien asegura que "los derechos humanos no tienen fronteras".
La ‘purga gay’ en Rusia
La homesexualidad ha sido históricamente un tema tabú en el ‘gigante con pies de barro’ y, a pesar de que en 1993 se legalizara la homosexualidad, la persecución que sufre este colectivo es doble: política y social. Hace cuatro años la Asamblea Federal de Rusia aprobó una serie de leyes lascivas y discriminatorias que sancionan la información sobre “relaciones sexuales no tradicionales” a los menores.
Esta norma fue aprobada por una mayoría absoluta y unánime, pues recibió el voto favorable de 436 diputados en una cámara compuesta por 450. Hace unos meses, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó esta medida porque "refuerza el estigma y los prejuicios y fomenta la homofobia". Igualmente, su aprobación por unanimidad en la Duma rusa es un reflejo del rechazo a la homosexualidad en la sociedad.
Asimismo, la mayoría de las familias rusas consideran un ataque a su honor y un acto vergonzoso que cualquier miembro de la parentela ‘salga del armario’. El repudio social es tan amplio que existen casos paradigmáticos, como el de la televisión rusa y cristiana, Tsargrad TV, que propuso regalar billetes de ida a los gays para que se marcharan del país. “Buen viaje, sodomitas”, rezaba el anuncio que, además, exigía “un certificado médico que confirme la sodomía u otras formas de perversión”.
Chechenia, un ‘guantánamo’ para homosexuales
El lugar donde la persecución a homosexuales está cobrando tintes especialmente macabros en la pequeña República de Chechenia, uno de los 83 sujetos federales que componen Rusia. En este territorio, de mayoría musulmana, los gays no están reconocidos como ciudadanos de pleno derecho. Diferentes organizaciones, entre las que destacan la Russian LGBT Network, el principal grupo de defensa de derechos homosexuales del país, denuncian que existen centros de detención ilegales donde cientos de personas son torturadas y humilladas por su orientación sexual.
Las persecuciones no se producen por delincuentes o radicales descontrolados, sino que son los propios cuerpos de seguridad locales los que llevan a cabo esta empresa. “Los agentes han detenido ilegalmente a más de 100 hombres bajo sospecha de ser homosexuales” en lo que se conoce como la ‘purga anti-gay’, dice Lokshina, la investigadora de HRW, a EL ESPAÑOL.
Según la BBC, esta política ha sido impulsada por Ramzán Kadyrov, el controvertido líder checheno leal a Vladímir Putin y que también ha nombrado una comisión para impulsar el proceso de reconciliación de divorciados en la que participan imanes que predican la ley islámica, la sharía.
Muchas de las personas que han sido detenidas en los centros ilegales han sido sobornadas, de manera que debían pagar una cantidad de dinero a los funcionarios si querían que estos no desvelaran la homosexuaidad a su familia. “Son lugares no oficiales de confinamiento donde la gente es torturada y humillada con golpes y electrocuciones. El objetivo es conseguir que den información sobre otras ‘personas indeseables’”.
“La Russian LGBT Network ha abierto una línea telefónica especial y ha ofrecido asistencia relacionada con la evacuación a las víctimas y a las personas en situación de peligro inmediato”, sostiene la directora de programa de HRW en Rusia. Otros permanecen en “‘safe houses’ de la Red LGBT en el centro de Rusia, donde los agentes de seguridad o sus familiares homofóbicos pueden dañarlos fácilmente. Allí corren el riesgo de ser asesinado”, lamenta.