Sombra, el "terror" de los narcos colombianos a cuya cabeza le han puesto precio

La sinrazón que viste la guerra abierta en Colombia entre cárteles y fuerzas de seguridad se traduce en episodios más propios de una mala película ambientada en ciudades sin ley que en un escenario de crimen al uso, por muy brutal que sea. No es raro que, en este contexto, a los asesinatos y extorsiones tan recurrentes se sumen, como en aquellos western de celuloide, recompensas por acabar con un agente del orden o un enemigo.

Tal no sería tan noticia si la última información al respecto no rozara lo surrealista. La 'futura' víctima que los narcos esperan es un perro. Se trata de una hembra de pastor alemán de seis años, que responde al nombre de Sombra, y que durante los últimos meses se ha convertido, gracias a su fino olfato, en el azote de los narcotraficantes.

7.000 dólares por su cabeza

Esta perra policía ha encendido las iras de los capos, que han ofrecido 20 millones de pesos colombianos, unos 7.000 dólares como recompensa a quien acabe con la vida del can.

El motivo por el que Sombra ha enfurecido al Clan del Golfo, el más poderoso del país, es su trayectoria como agente antidroga. En una de las incautaciones que 'dirigió', logró destapar más de cinco toneladas de cocaína que estaban destinadas a alcanzar Europa.

Ante esta información que manejan los servicios de inteligencia, sus responsables han decidido sacarla de las zonas controladas por esta banda criminal y destinar a la perra a un lugar más seguro. En principio, estará en el aeropuerto de El Dorado, de Bogotá, donde se puede garantizar su integridad.

La policía ha priorizado la seguridad de su animal estrella, a quien califican como el "terror" de los narcotraficantes. De hecho, incluso ha sido condecorada en dos ocasiones por sus logros, considerados un "invaluable aporte" en esta guerra contra los señores de la droga.

Hasta ahora, su ámbito de operaciones se situaba en la ciudad de Turbo. El lugar es un centro estratégico de la distribución de la droga en lanchas y submarinos hacia Estados Unidos o Europa. Fue allí donde encontró el alijo de cinco toneladas mencionado, aunque en su hoja de servicios también tiene un hallazgo igualmente meritorio, de cuatro toneladas.