Al menos 27 personas han muerto y 70 han resultado heridas por dos explosiones registrada este domingo en la catedral de la ciudad de Jolo, en el sureste de Filipinas, días después de la celebración de un referendo encaminado a lograr la paz en la región.
La primera explosión se produjo dentro del recinto religioso durante la misa dominical y la segunda en el exterior de la catedral, declaró a Efe la portavoz de la Policía Nacional, Kimberly Molitas. Según dichas fuentes, los servicios de emergencia todavía trabajan en el área por lo que la cifra de fallecidos y heridos aún puede aumentar en las próximas horas.
"Condenamos fuertemente este ataque atroz que se ha llevado por delante vidas humanas sea cual sea el propósito de los responsables", informó en un comunicado el director de la Policía Nacional, Oscar Albayalde, quien apuntó a un posible ataque de grupos terroristas.
La mayoría de los muertos y heridos son civiles que acudieron a la misa de la mañana, aunque también hay varios militares encargados de tareas de seguridad.
El jefe de las Fuerzas Armadas, Benjamin Madrigal, pidió a la población "calma" mientras las autoridades han puesto en marcha una operación para perseguir a los supuestos responsables del ataque, que hasta momento no ha sido reivindicado por ningún grupo o individuo.
El secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, dijo que los heridos más graves fueron trasladados por aire al hospital de Zamboanga, mientras ha sido reforzado la seguridad en todos los lugares de culto de la zona.
El suceso tiene lugar días después del referendo para la creación de una región autónoma musulmana en el sur del país, bautizada Bangsamoro y concebida como solución pacífica a décadas de conflicto separatista provocado por radicales islamistas.
La provincia de Sulu -donde Jolo es la capital- votó en contra de integrarse en Bangsamoro, pero como forma parte de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán (ARMM), con otras cuatro provincias, sus votos computan en bloque y pasarán a pertenecer a esa nueva entidad. En Sulu tienen sus bastiones varios grupos yihadistas ligados al Estado Islámico, como Abu Sayyaf o el grupo Maute, responsables de sangrientos atentados en la región.