La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, confirmó este domingo que nueve minutos antes del asalto a la primera de las dos mezquitas atacadas su oficina recibió por correo electrónico el manifiesto en el que Brenton Tarrant justificaba su acción, y que también fue enviado a otros 30 destinatarios, incluidos políticos, instituciones y medios de comunicación.
Según la gobernante, el correo fue puesto en manos de responsables de seguridad dos minutos después de su recepción pero "no incluía ni el lugar ni datos específicos" sobre el ataque.
La primera ministra también dijo que mañana, el primer día laborable de la semana, se reforzará la presencia policial en Christchurch, y que ésta se mantendrá en las mezquitas de todo el país durante la celebración de plegarias.
El comisionado de la Policía, Mike Bush, añadió poco después que a partir del lunes habrá una "alta presencia policial" en colegios, negocios, locales de ocio en todo el territorio neozelandés "para que todo el mundo se sienta seguro en lo que tenga que hacer".
Bush también defendió la rapidez de la respuesta al atentado por parte de la Policía, que, según dijo, a los seis minutos del primer aviso ya tenía agentes en la zona, en diez minutos desplegó su escuadrón armado, y en 36 ya tenía al principal sospechoso bajo custodia.
Identificación de víctimas
Las autoridades de Nueva Zelanda comenzarán este domingo a devolver a los familiares los restos de los cincuenta fallecidos en el atentado de Christchurch.
Familiares y representantes de la comunidad musulmana piden desde el sábado que se acelere esta entrega para poder efectuar los ritos funerarios de conformidad con su religión, que establece un plazo de unas 24 horas para enterrar a los fallecidos.
"Los cuerpos van a comenzar a ser devueltos al final de la tarde. Será un pequeño número. Esperamos que todos los restos hayan sido devueltos el miércoles", declaró Ardern a la prensa en Wellington tras reunirse con la comunidad musulmana de la capital.
Tanto el Gobierno como la policía neozelandesa han expresado su comprensión e interés en satisfacer esta demanda pero han pedido paciencia para que los forenses concluyan la identificación de los cadáveres.
La jefa de los forenses, Deborah Marshall, añadió poco después que la identificación de víctimas comenzó esta mañana y que espera que al final de la jornada puedan entregarse los primeros restos a las familias. La forense dijo ser consciente de las "cuestiones culturales" sobre el trato de los fallecidos y aseguró que su equipo trabaja "tan rápido como puede" siguiendo los estándares internacionales. "No hay nada peor que dar el cuerpo equivocado a los familiares, que es lo que ocurre cuando se va con prisas", dijo Marshall en rueda de prensa.
Sobre el principal sospechoso y único imputado por ahora, el australiano Brenton Tarrant, de 28 años, Ardern informó de que se encuentra en una celda de máxima seguridad a la espera de comparecer de nuevo ante el juez el 5 de abril.
La primera ministra dijo haber pedido consejo sobre una posible repatriación de Tarrant, imputado de momento con un cargo de asesinato, pero aseguró que tanto la acusación como el juicio tendrán lugar en Nueva Zelanda. "Afrontará la justicia en Nueva Zelanda por el ataque terrorista que ha cometido aquí", aclaró Ardern.
El Gobierno neozelandés prevé reunirse mañana lunes, cuando recibirá un informe preliminar sobre el atentado y abordará las discusiones preliminares sobre políticas, incluida la de la reforma de la ley que regula la posesión de armas.