Juan Guaidó en un reciente acto público.

Juan Guaidó en un reciente acto público. Reuters

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Maduro da oxígeno a Guaidó con una inhabilitación que impulsa su nueva estrategia

En las calles de las principales ciudades se escenificará una batalla de movilizaciones "de Libertad" en medio de fallas en el suministro de electricidad y agua.

30 marzo, 2019 02:35

En la mañana del viernes las noticias no eran alentadoras. Los sistemas eléctricos que ponen en marcha el suministro de agua de Caracas aún no terminan de arrancar por las averías en la central hidroeléctrica Guri. En la ciudad más poblada de Venezuela, abundaban las filas de personas tratando de abastecerse de agua: unos a orillas del río Guaire, devenido en corriente de aguas servidas, y otros en comercios de agua potable.

Mientras la sed se apodera de la capital y de la mayor parte de las ciudades del país y los apagones parciales continúan, los bandos de oposición y del madurismo se aproximan este sábado a otra batalla en las calles.

Juan Guaidó, presidente encargado, anunció que este sábado 30 de marzo se realizará una jornada de protestas en toda Venezuela para rechazar las fallas del servicio eléctrico y reclamar lo que él llama el cese de la usurpación. "No sólo el sábado vamos a protestar, sino cada vez que se vaya la luz. Vamos a reunirnos en las calles a exigir que ya basta de los atropellos del dictador. Nada de acostumbrarse ni de aguantar pasivamente", dijo.

En respuesta, Nicolás Maduro convocó para el mismo día una movilización en más de mil puntos de concentración en  todo el territorio nacional que llamó Operación Popular en Defensa de la Libertad. Agregó que espera la asistencia de 500.000 personas sólo en Caracas: "Esto no va hacer un simulacro, esto será una operación popular de calle, vamos a seguir movilizados, ganando la batalla".

El pulso en las calles había tomado una pausa en medio de los tres grandes blackouts en Venezuela (el primero ocurrido el 7 de marzo, el segundo el 25 de marzo y el tercero el 27) y las negociaciones del Grupo Internacional de Contacto, compuesto por 16 delegaciones de países europeos y americanos.

Para Luis Salamanca, profesor universitario de Derecho Constitucional y doctor en Ciencias Políticas, esta lucha llegó a nueva etapa. "¿Por qué? Primero porque el plazo no señalado explícitamente, que era inminente, para lograr el cambio en corto tiempo, se extendió. En enero y febrero hubo varios 'días D', momentos muy álgidos, en los que se pensaba que el cambio político llegaría. Eso no ocurrió. Entonces en esta nueva etapa, el movimiento de Guaidó se caracteriza por darle a entender a la gente que no se puede establecer un plazo, un deadline. Más bien hay que dar la lucha permanente por ese cambio siguiendo el plan trazado por Guaidó", explicó.

Además de la extensión de la fecha, Salamanca destacó que la nueva fase se caracteriza por el llamado de Guaidó a la sociedad civil a organizarse y producir una acción colectiva nacional, no partidista o personal de un líder. "Esa convocatoria de que se organicen en sus trabajos y zonas de residencia supone que el proceso requerirá un plazo mayor. Ambos puntos nos señalan que hay que seguir con la emoción del cambio pero que cada quien debe aportar su grano de arena. Hay que reforzar la esperanza de que el movimiento sigue, de que este es el capítulo final del modelo chavista. Esta es una etapa de mayor ponderación de las esperanzas y de reajuste de la estrategia. Se trata de vencer la resistencia del contrario", dijo.

En cuanto a la inhabilitación política de Guaidó a cargos públicos por 15 años anunciada por la Contraloría General de Venezuela, Salamanca resaltó que en vez de perjudicarlo lo relanza en un momento en el que el pulso por el poder había caído en una especie de estancamiento. "La política venezolana no se ajusta a las reglas jurídicas. Es una política en la que se lucha con el poder que cada uno de los bandos tiene. Las normas y el respeto quedan a un lado", explicó el politólogo, quien resaltó que la decisión del gobierno lesionó la bomba de oxígeno que representa el Grupo de Contacto para Maduro ya que esta organización criticó esta inhabilitación.

Previo a la movilización del sábado 30 de marzo, Guaidó convocó a una toma de las calles para el próximo 6 de abril en lo que definió como un "simulacro" de la Operación Libertad. "El objetivo es generar presión y con ella tensión para ganar las piezas que faltan para lograr el cese de  la usurpación", explicó hace dos días el presidente interino.

La Operación Libertad, de acuerdo con Guaidó, saldrá de 40 puntos de Caracas "para que no nos puedan desmovilizar". "Esta responsabilidad es de todo el pueblo de Venezuela, aquí no hay vuelta atrás",  remarcó. 

Vuelve la ayuda

Después del intento infructuoso de hace más de un mes, Guaidó explicó que el ingreso de la ayuda humanitaria es un hecho y que en pocos días llegarán insumos para atender "la tragedia" que se vive en Venezuela. 

Como complemento, Francesco Rocca. Presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja, declaró que esa ayuda que llegará en los próximos días servirá para atender a 650.000 personas, en operativos coordinados con la Iglesia Católica. "Será algo similar a lo que se realiza en Siria, en cuanto al número de personas que serán asistidas", explicó.

Así como no se detalló la puesta en marcha de la Operación Libertad tampoco trascendió la manera en la que ingresará la ayuda humanitaria.